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Una canción pop de los 80 decía “besarte es como comer naranjas en agosto y uvas en abril”. Más allá de lo cursi que pueda resultar, la frase no tendría ningún sentido hoy en día porque los supermercados están bien abastecidos con todo tipo de productos agrícolas durante todo el año, da igual si están en temporada o no, y se hace más difícil distinguir cuáles son los típicos de cada estación. Podemos comer melocotones en pleno invierno o alcachofas en mitad del verano, aunque traídas de otros países o cultivadas en invernaderos.
Pero comer productos fuera de temporada tiene un gran impacto medioambiental, como el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, un mayor consumo de energía y posibles efectos negativos en los ecosistemas locales.
El transporte de productos alimentarios desde lugares distantes donde son de temporada a zonas donde no lo son contribuye a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte, que a menudo tiene que ser refrigerado, incrementando el consumo de energía. Los productos que no son de temporada a menudo requieren más embalaje para su transporte y conservación, lo que aumenta la generación de residuos.
Por otro lado, el cultivo de productos alimentarios fuera de temporada en invernaderos suele requerir sistemas artificiales de calefacción, iluminación o refrigeración, que consumen más energía que los métodos naturales de producción en temporada. Además, estos cultivos pueden provocar cambios en el medio ambiente y llevar al agotamiento de las reservas hídricas, acabando con la biodiversidad local y destruyendo ecosistemas enteros como el Parque Nacional de Doñana, desecado por los cultivos de fresas en invernaderos en Huelva.
Por último, el consumo de productos fuera de temporada también puede resultar en un menor valor nutricional, ya que los productos deben ser cosechados antes de que estén completamente maduros y luego transportados largas distancias, lo que lleva a una disminución en el contenido de nutrientes y un aumento de las emisiones.
Los productos fuera de temporada en verano
El verano es una buena época para la alimentación porque se producen abundantes frutas y verduras de la que nos podemos aprovechar, como los melones, ciruelas, melocotones, albaricoques, tomates, berenjenas o pepinos, entre otras muchas.
Sin embargo, algunos productos que están en temporada durante los meses más fríos pueden ser menos abundantes o estar fuera de temporada en verano, y se importan o se cultivan en invernaderos. Estos son los ejemplos más notables:
1. Naranjas
La temporada de la naranja Valenciana va desde principios de noviembre hasta finales de mayo. Si hay naranjas en tu supermercado en pleno agosto es porque provienen del hemisferio sur, de países como Argentina o Sudáfrica, enviadas en contenedores cuando están poco maduras, y por eso no saben a nada. En otros casos, los productores recogen naranjas en invierno (también poco maduras) y las mantienen congeladas hasta que se necesita venderlas, para lo que hay que hacerlas pasar por procesos de maduración artificial, en conjunto reduciendo la cantidad de vitaminas que contienen.
2. Manzanas
Aunque depende de la variedad, la mayoría de las manzanas locales se cosechan a mano entre septiembre y octubre. En estos meses podemos conseguir manzanas frescas y el resto del año consumimos las que se han almacenado en cámaras frigoríficas y en una atmósfera con dióxido de carbono para venderlas más adelante, ya que pueden durar seis meses. El problema es que la fruta se queda en el grado de maduración inicial, que era poco, y se resienten el sabor y el contenido en nutrientes. La mayoría de las manzanas se producen en España, sobre todo en Cataluña y Aragón, aunque también hay importación de manzanas de otros países como Francia, que nos vende el 30% de las manzanas que consumimos.
3. Kiwis
La mitad de los kiwis consumidos en España son producto nacional, del que dos tercios se producen en Galicia. Sin embargo, los kiwis son originarios de Nueva Zelanda y de ahí llegan aproximadamente la mitad de los que se consumen en España, en grandes contenedores frigoríficos que zarpan de las antípodas con la cosecha del año y llegan a Europa alrededor del mes de abril. De nuevo, se conservan en cámaras frigoríficas con atmósfera controlada para poder venderlos durante meses.
4. Repollo, col rizada y brócoli
La temporada de las crucíferas o brasicáceas, familia a la que pertenecen estas verduras, es de noviembre a abril. España es el primer exportador de brócoli del mundo, por encima de Francia y EE UU, pero aun así el que consumes en verano procede de cámaras frigoríficas. Es mejor en este caso comprar estas verduras congeladas, ya que se envasan durante la cosecha y conservan muy bien sus propiedades.
5. Alcachofas
La alcachofa tiene dos temporadas, una de ellas es el otoño, durante los meses de octubre, noviembre y principios de diciembre, y otra en primavera, desde finales de marzo hasta principios de junio. España importa alcachofas frescas de Perú, Francia y China. Si decides comprarlas congeladas, a sabiendas de que las alcachofas sí pierden sabor y valor nutritivo, puede que encuentres que proceden de Egipto, de donde importamos el 30% de este producto congelado.
6. Espárragos
Los espárragos son una verdura de primavera y su temporada es de marzo hasta junio. En el caso de los espárragos blancos, el 90% de los que compras envasados provienen de otros países, principalmente China y Perú, este último es el mayor exportador a nivel mundial. Los espárragos verdes que ves en el supermercado durante el verano se importan de Perú y otros países.
Cómo saber qué productos están en temporada
Los alimentos de temporada nos ofrecen numerosas ventajas que van más allá del simple deleite del paladar. Desde la mejora de la salud nutricional hasta la promoción de una economía sostenible y un medio ambiente más limpio, los alimentos de temporada representan una opción inteligente y responsable.
Un recurso que permite conocer qué alimentos están en temporada y fuera de ella es la página Soydetemporada.es, un proyecto desarrollado por Medialab Prado del Ayuntamiento de Madrid a partir de un taller colaborativo y de datos abiertos. Solo tienes que seleccionar un mes del calendario.