Tras la operación bañador/bikini de primavera para caber en la ropa de verano, en septiembre llega el turno de “la semana de la purga detox”, una especie de penitencia dietético-religiosa al exceso de cañas, bocatas de calamares, gambas al ajillo, fritangas varias, tortillas de patatas, litros de gazpacho y gintonics de colores que nos hemos metido entre pecho y espalda en agosto.
Pretendemos, con una dieta a base de zumos verdes y de frutas, sin probar bocado sólido, pasar unos días de abstinencia en los cuales suponemos que el verde y el naranja del zumo nos limpiarán el hígado y los riñones de toxinas cual si fuesen infusiones de carbón activo, o la absolución de un cura tras la confesión de un reguero de excesos orgiásticos.
En el fondo lo que queremos es desintoxicar nuestra conciencia y, de paso, comprobar si a base de pasar unos días sin comer conseguimos perder los cúmulos de grasa almacenada en la tripa y los muslos en el tiempo de descanso veraniego. Pero no, las cosas no funcionan así; para desintoxicar ya están precisamente el hígado y el riñón, y si tuviéramos problemas de toxinas por los excesos gastronómicos, lo que precisaríamos sería un trasplante de estos órganos y no una dieta.
Afortunadamente la inmensa mayoría de nosotros no se intoxica por abusar de los fritos, las tortillas y otras delicatessen chiringuiteras durante un mes, y podemos retomar la alimentación sana a la vuelta de vacaciones, de modo que poco a poco a base de retornar a la verdura, las ensaladas, las legumbres, la fruta entera, etc., recuperemos el peso adecuado y dejemos acaso de tener digestiones pesadas, que nada tienen que ver con la acumulación de toxinas.
Pero si somos de los que creemos que las cosas se consiguen en dos días y queremos una bajada de peso exprés mediante una dieta detox, antes debemos ser conscientes de que tienen efectos adversos que pueden llegar a ser serios. Es decir que más que desintoxicar pueden llegar a intoxicar. A continuación te describimos diez de ellos.
1. Padecerás estreñimiento
Los batidos verdes y de frutas tienen el gran problema de que eliminan los rastros sólidos que conforman la fibra insoluble y buena parte de la soluble de los vegetales. Por tanto nuestras heces carecerán de consistencia y transitarán a duras penas por el intestino hacia su destino final. Iremos poco al baño y cuando acudamos, depondremos blando como los pajaritos.
2. Te pasarás los días con la sensación de tener el estómago vacío
Otra consecuencia de la ausencia de fibra vegetal en estos zumos y batidos es que desaparece el efecto saciante que esta tiene al absorber el agua del alimento. En consecuencia estaremos todo el rato con sensación de hambre, seguramente tratando de calmarla a base de más zumos y batidos.
3. Ingerirás más azúcar del recomendable
Al abusar de la cantidad de zumos y batidos para calmar el hambre, lo que haremos es ingerir más cantidad de azúcar de la recomendable y por tanto pondrás a prueba la resistencia de tus células a la insulina, lo que a la larga puede traducirse en riesgo de diabetes cuando no de aumento de materia grasa corporal.
4. Sufrirás pérdida de masa muscular
Evidentemente como a pesar de los azúcares este tipo de dietas son netamente hipocalóricas, para cubrir tus necesidades metabólicas tu cuerpo destruirá parte de tu masa muscular para tomar energía de ella, porque no puede tomarla de manera inmediata de tus grasas. La consecuencia es que al tener menos músculo tendrás un metabolismo basal más bajo.
5. Engordarás en cuanto abandones la dieta
Posiblemente si aguantas la dieta cerca de una semana perderás peso, pero más por consumo de músculo que de grasa. Al tener menos músculo tendrás un metabolismo basal más bajo, como ya te hemos contado, y por tanto al volver a comer sólido, todo lo que ingieras no te devolverá el músculo sino que acrecentará tus reservas de grasa. Es lo que se conoce como “efecto yo-yo” y hace que terminemos estando más gordos que antes de la dieta detox.
6. Aumentarás el riesgo de crear cálculos renales
Pero no solamente se verá afectada tu masa muscular y tu porcentaje de materia grasa; también puedes sufrir intoxicaciones por exceso de ácido oxálico, un compuesto muy presente en las verduras de hoja verde. El problema de tomar ácido oxálico por encima de lo recomendable -cuando abusas de los batidos verdes, que además lo tienen concentrado- es que es una de las sustancias que dan lugar a los cálculos renales o piedras del riñón.
7. Entrarás en riesgo de deshidratación
Parece un contrasentido pero no lo es; la ingesta de grandes cantidades de zumos nos puede provocar una bajada de sales a nivel intestinal, con lo que perdamos capacidad de retención de líquidos por los efectos diuréticos. Por mucho que bebamos, lo perderemos todo en forma de orina y con el calor de septiembre, si estamos al sol, podemos sufrir una deshidratación.
8. Es posible que sufras anemia
Aparte de que los batidos verdes tienen pocas vitaminas, ya que prescindimos de la piel, que es donde se acumulan, ingerimos grandes cantidades de ácido fítico, que es una molécula capaz de secuestrar los iones de hierro a nivel plasmático y llevarlos a las heces, con lo que corremos el peligro de tener una bajada de hierro y por tanto anemia.
9. Descalcificarás tus huesos
El ácido fítico también tiene capacidad para fijar iones de calcio plasmático. Una bajada de calcio en el plasma sanguíneo se repone desmineralizando el hueso, es decir quitándole iones de calcio.
10. Empeorarás tu higiene dental
Aunque estos zumos no dejen restos sólidos, sí provocan tinciones de los dientes. Además, sus aportes de azúcar pueden alimentar a las bacterias del sarro y las caries.
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