10 recetas que puedes hacer con huevos durante el otoño

Los huevos son probablemente los alimentos más versátiles, nutritivos y jugosos que podemos tener en la cocina. Valen para todo, se pueden añadir a prácticamente cualquier plato, sirven de base o de toque final, aportando esa melosidad que hace agradable cualquier mazacote o el ingrediente más aburrido que tengas en la nevera.

Aquí les vamos a hacer un homenaje con deliciosas recetas que resultan bastante económicas y sencillas, elaboradas por el chef Branly Coy. Algunas son más rápidas, otras requieren más tiempo de cocción, pero en todo caso, resultarán fáciles para cualquiera que, antes del confinamiento, se hiciera todo a la plancha, hervido o en microondas a toda prisa para no perder tiempo en cocinar.

1. Huevos revueltos con setas y gulas

Sofríes las setas con una guindilla o un ajito y aceite, le agregas las gulas de paquete refrigeradas o ya descongeladas, y en la misma sartén, bien revuelto, le echas un huevo por persona en el último momento antes de sacarlo de la sartén, revolviéndolos de manera que no se cuajen del todo. Sazona y listo.

2. Sahkshuka israelí

Se sofríen medio pimiento rojo, dos dientes de ajo y dos tomates frescos picados en tacos más dos cucharadas de tomate triturado aparte. Cuando todo esté uniforme, se crean unos hoyitos en la sartén y echas un huevo por persona en cada uno hasta que la clara se haga. Sal, pimienta y queso feta espolvoreado si te apetece.

3. Huevos rotos con foie

Necesitas tener un bloque de micuit de foie congelado para poder rallarlo al final. Pones las patatas laminadas a rodajas de unos tres milímetros a confitar en la sartén cubierta con un dedo de aceite o en la freidora, con la idea de que queden cocidas por dentro y un poquito crujientes por fuera. En otra sartén aparte, vas, mientras tanto, friendo los huevos.

Cuidaremos muy bien que no se cuaje la yema, para echarlos sobre las patatas en cuanto las saques. Sobre esa cama, rallas el foie congelado de modo que se derrita con el calor, sazonas y a la mesa. Para comerlos, se han de romper las yemas de manera que enjuguen todas las patatas y repartan bien el foie. También se puede sustituir el foie con jamón serrano, gulas, chistorra, etc. 

4. Timbal de verduras con rulo de cabra

Si no tienes un paquete de verdura congelada o prefieres lo natural, cortas las verduras que te apetezcan en cubitos, las rehogas en una sartén con un poco de aceite, sal y especias, las que quieras. Bates un huevo por persona en un táper apto para microondas, agregas las verduras y lo pones a 700 vatios hasta que quede cuajado y esponjoso. Entonces le pones la rodaja de rulo de cabra bien gruesa para que se funda con el grill del microondas, y a desmoldar.

5. Quiche de queso azul o de cabra con calabacín y bacon

Lo más fácil es comprar masa filo en el súper, extenderla en una bandeja con mantequilla y harina para poder desmoldarla después y reservar. Bate un huevo por persona y aparta en un bol. Sofríes el calabacín con bacon en tiritas, agregas los cubitos de queso (sugerimos de cabra o azul por intensidad de sabor, pero realmente puedes poner el que te guste o tengas) y lo viertes todo sobre el huevo. Lo revuelves y lo echas en la fuente sobre la pasta filo. Al horno durante 25-30 minutos, hasta que esté todo cuajado y el pan doradito, y voilá.

6. Puré de boniato con sobrasada y huevo frito

Hierves un boniato en agua con sal y un poco de pimienta hasta que esté tierno, lo trituras con una cucharada de mantequilla para obtener más cremosidad y le echas encima la sobrasada pasada brevemente por la misma sartén en la que freirás posteriormente dos huevos con su aceitillo. Montar sobre el puré de boniato y a gozar. 

7. Volcán de morcilla con la yema del huevo cruda y mermelada de pimientos del piquillo

Quítale la tripa a una morcilla de 200-250 gramos y vuélcala entera en la una fuente o una cazuela para el horno. Aplástala con la mano de modo que quede en forma de volcán y amóldala con un hueco en medio que sostenga la yema del huevo, es decir, no perfores hasta el fondo.

Con el horno precalentado al máximo por arriba y por abajo, metes la morcilla sola para que se cocine, que se dore un poquito por encima. Cuando la saques, pones la yema en el ‘cráter’, adornas con un poco de mermelada de pimientos y, nada, a cucharadas, si acaso con rebanadas tostadas para canapés o piquitos crujientes, para contrastar texturas.

8. Patatas panadera con lascas de ternasco o cordero

Este sería un guiso 2x1, pues primero vas a asar una pierna de ternasco o de cordero con sus patatas panaderas y, con las sobras, para la siguiente comida, una parte de esas patatas las pondrás en una sartén a calentar, echarás la carne desmechada encima y le añadirás dos huevos recién fritos, que la yema quede cruda, ante todo.

9. Puding de calabaza y queso de crema

Corta la calabaza de tamaño mediano en dos partes y colócalas boca abajo en la bandeja del horno a 200 grados por media hora aproximadamente, hasta que la notes tierna. Con una cuchara separas toda la carne de la corteza y reservas en un bol. En una sartén, agrega 100 gramos de azúcar blanca a fuego medio hasta que se derrita y, mientras tanto, en otro recipiente, añade 700 mililitros de leche entera, seis huevos y 125 gramos de azúcar. Lo bates en la licuadora y, cuando esté homogénea la mezcla, le sumas la calabaza y una tarrina de queso para untar. Lo mezclamos todo.

Cuando el caramelo esté listo, con mucho cuidado porque quema (y eso duele), distribúyelo por toda la base de la fuente del horno, donde verterás a continuación la mezcla de calabaza y crema de queso. Esa fuente irá dentro de otra fuente más grande con agua en el horno a 200ºC durante una hora o hasta que el cuchillo salga limpio. Lo sacas del horno y lo dejas enfriar unas dos horas para poder desmoldar.

10. Puré de yuca con morcilla, huevo poché y membrillo

Si, en vez de tanta patata, quieres variar con yuca, coge un buen cuchillo, pues su cáscara es muy dura, y corta el tubérculo en pedazos con una buena tabla debajo. Échalos en agua del grifo a hervir hasta que se reblandezca, una media hora. Mientras hierve, vas cortando en rodajas la morcilla; mírate las variedades de morcilla de España en este artículo.

Echas un huevo en una taza cubierta con filme transparente y un chorrito de aceite; cierras muy bien con un nudo el filme formando una bolsita y lo dejas en el microondas minuto y medio al máximo.

Fríes las rodajas de morcilla con el membrillo a tacos hasta que estén doradas y, entre tanto, pelas la yuca y la haces puré con la batidora, echándole un poco de sal. Lo emplatas, distribuyes la morcilla con el membrillo por encima del puré, sacas el huevo poché del saquito y coronas el plato. 

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