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10 (+1) ideas para reciclar las sobras de Nochebuena y Navidad sin grandes complicaciones

Según los datos del último informe sobre el desperdicio alimentario, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el desperdicio de alimentos aumentó un 8,9% en España durante 2018, lo que puede traducirse en un total en 1.338 millones de toneladas de comida tirada a la basura, con un pico muy pronunciado precisamente al final del año, es decir durante las fiestas navideñas- Y es que es en esta época cuando menos miramos la comida y más desperdicio creamos con nuestras bacanales gastronómicas de Nochebuena, Navidad y Nochevieja.

Según datos de la aplicación contra el desperdicio alimentario Too Good to Go, en Navidad se calcula que el gasto de los hogares españoles se eleva hasta un 20% respecto a un mes normal y la partida de alimentación es la que más crece llegando en ocasiones a triplicarse. Por lo tanto, es importante poner nuestro grano de arena contra el desperdicio alimentario, y el mejor modo de hacerlo es buscando modos sencillos de dar una segunda vida a las sobras de las comilonas navideñas.

Y hacemos hincapié en el término “sencillas”, porque sin duda después de cocinar para la parroquia y el 24 y el 25, y eventualmente el 31, no es plan de complicarse la vida con recetas virgueras; así que te proponemos estas diez soluciones para tener una nueva tanda de platos ricos, ricos, en un pis-pás, que luego puedes zamparte durante la cuesta de enero, si los congelas.

Con los aperitivos

1. Relleno para pasta fresca italiana con los patés: los restos de patés que dejan los cuñados y la sobrinada, son ideales para rellenar pasta fresca italiana. Puedes comprar las láminas de sémola en tiendas especializadas, enharinarla al gusto y moldearla con el delicioso paté. No debes preocuparte que el hervor al cocerlas eliminará todas las bacterias y respetará los sabores.

2. Habas a la catalana y los restos del jamón: esos recortes de jamón que quedan en el plato de los suegros, y esa grasa descartada de la pata de ibérico, son perfectos para combinar con una morcilla, unos ajos y unas habas de tamaño medio. Se saltea todo en una cazuela o una sartén a fuego medio, se añade un chorrito de brandy o jerez y se deja evaporar. Se salpimienta y al garete. También se le puede echar unas hojas de menta.

3. Un caldo con las sobras de la ensalada y la grasa del jamón: pues sí; si somos lo bastante cautos como para no aliñar la ensalada en las ensaladeras, podremos luego aprovechar la escarola, la cebolla y los cherry para hervirlos junto con la grasa del jamón y los restos del asado, para sacarles el alma a estos restos, que luego podemos pasar por el turmix para un puré. El caldo nos puede servir para reforzar alguna crema de zanahoria, calabaza, calabacín, etc.

4. Banderillas borrachas con los restos de gambas, aceitunas y pepinillos: tan sencillo como recoger las sobras de los en curtidos y las gambitas y pincharlas con palillos o pinchos morunos y ahogarlas en un vino generoso de batalla durante unos días. Tendremos un recurso para el vermú perfecto. Incluso podemos bebernos el líquido de gobierno. 

Con la carne

1. Croquetas con la carne de olla: ¡fácil, fácil, rico, rico! Basta con desmechar la carne del cocido y la escudella (en parte de los Països Catalans), pero también el asado, el cordero y lo que se tercie, y mezclarlo con una bechamel (la venden hecha). Después rebozamos la masa con pan rallado, harina y huevo, y la congelamos hasta que queramos freírla y meter la croqueta entre pecho y espalda.

2. Relleno de pimientos si hubo asado: es casi lo mismo solo que en lugar de rebozo usaremos unos pimientos rojos de tamaño medio. Horneamos el producto hasta que quede el pimiento blando y o lo comemos o cuando se enfríe lo congelamos. ¡Para chuparse los dedos, oiga!

3. Ropa vieja con los restos del asado: desmechamos las carnes que tengamos y las metemos en un sofrito con ajo, cebolla, pimiento verde y tomate hasta que quede una salsa que podamos aderezar con las especias de nuestro gusto. Podemos también añadirle patata asada. Queda deliciosa con anís pimienta y comino, al estilo matancero.

 

Con el pescado

1. Una tortilla con las sobras de salmón: esos recortes que no quisieron papá y mamá, y que quedaron orillados en todos los platos ante el empacho general, nos harán las delicias en una tortilla flambeada con calvados, o en unos huevos asesados.

2. Un fumet con las espinas y restos del besugo, del rape y del marisco: tan fácil como meterlo todo en una olla con el agua justa y hervirlo hasta sacarle el alma a las raspas. Perfecto para una paella, de base para una bullabesa o simplemente para calentarnos el golete junto a una copa de ribeiro a granel.

Con la verdura

Una crema o un puré con las zanahorias, patatas, puerro, etc.: si hicimos escudella, la carne de olla te pedirá a gritos que la tritures, la suavices con leche o caldo y la especies al gusto. Si sobró queso, puedes rallarlo encima y echar algún aceite especiado, por ejemplo con piel de pomelo. Si tienes salsa Perrins y Tabasco, puedes llegar al clímax experimentando.

De propina

Tropezones de helado con las migas de turrón y mazapán: compras un helado de vainilla o nata y lo mezclas bien con los restos de turrón, sobre todo si es de chocolate o jijona. Si lo combinas con un carajillo y un toscano dinamitero, alcanzarás el éxtasis el día de año nuevo. 

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