Comida de confinamiento: diez recetas deliciosas para aprovechar el pan duro

Nos gusta el pan fresco: no es casualidad que tantas personas estén haciendo sus pinitos panaderos en la cocina, lanzándose a hacer pan para salir lo mínimo de casa durante el confinamiento. Pero la vida de barras y hogazas no tiene por qué terminar cuando endurece, aunque para muchas es así. De hecho, el pan es el alimento que más desperdiciamos en España: un millón de kilos (kg) acaba en la basura cada semana (56,6 millones de kg al año), según un estudio del Gobierno sobre la materia.

Hay motivos muy sabrosos para reanimar el pan duro. A medida que el pan cumple días y pierde esponjosidad, también se transforma en un ingrediente clave para decenas de platos: ensaladas, minipizzas, galletas crujientes tipo cracker o un pudin dulce. También puedes hacer una tortilla de pan, y de paso aprovechar otros restos de alimentos o recetas ya cocinadas que te queden en la nevera.

Ahora bien, ten en cuenta que el pan natural, sin componentes artificiales, es decir, el hecho solo con harina, levadura, agua y sal (como el casero) se conserva mejor que las barras más procesadas, y puede utilizarse sin problemas durante más tiempo. Y no guardes las hogazas y chapatas en una bolsa de plástico porque, al cabo de unos días, acumularán humedad y adquieren una textura chiclosa. Para evitarlo, mejor envuélvelas en un paño de cocina seco o dentro de una bolsa de papel. Así, pueden secarse poco a poco y convertirse en un ingrediente estupendo para decenas de recetas deliciosas.

Platos para no volver a tirar el pan

1. Tres ensaladas de pan y verdura

Haz fattoush, una ensalada de pan frito, hortalizas y especias muy popular en algunos países árabes. La receta original usa pan de pita, pero puedes adaptarla con rebanadas de pan duro cortadas finas. Otra versión es la panzanella italiana (ensalada de pan, cebolla, vinagreta y albahaca) o la ensalada césar mexicana, con huevo y queso.

 

2. Revive tu pan con agua

Transforma tu pan duro: basta con que le espolvorees un poco de agua y lo metas unos minutos en el horno caliente. Listo para comer con un poco de queso o con crema untada.

3. Minipizza veloz

Cubre el pan duro con tomates machacados en un mortero, junto con alguna hierba aromática, como orégano o albahaca, y un poco de queso rallado. Mételo unos minutos al horno, para que se caliente y dore.

4. Cracker o galletas crujientes

Unta aceite de oliva o mantequilla en unas rebanadas de pan duro y mételas en el horno para que se doren. Ya las tienes: geniales para comerlas con un queso suave o cremoso.

5. Sopas de pan: con ajo o ribollita

La ribollita es una sopa espesa italiana que suele prepararse con pan duro, berza y alubias. Otra opción clásica para aprovechar el pan duro de un modo sabroso: la sopa de ajo.

 

6. Cobertura deliciosa para helado o para pasta

No suena como la receta más evidente para aprovechar el pan duro, pero si tostamos algunos trozos en mantequilla en una sartén a fuego medio hasta dorarlos (unos ocho minutos) ya tienen la base para una cobertura estupenda y crujiente para postres y helados. La textura es similar a la que obtienes con los frutos secos. Una vez frío, machácalo para hacer migas pequeñas. Alíñalas con canela o un poco de cacao en polvo antes de servirlos con el helado. Si en lugar de canela introduces orégano, albahaca o pimienta, puedes usarlo para espolvorear sobre un plato de pasta. Ñam.

7. Pudin “pasmao” con pan duro

El pan y la leche parecen estar hechos el uno para el otro. Si además los combinamos con el huevo, no solo obtenemos una receta vitamínica (el huevo es uno de los alimentos vitamínicos más completos), también tendremos una mezcla versátil con la que hacer, por ejemplo, este pudin de pan duro que te va a dejar “pasmao”, según la cocinera Any Díaz, de Las cosas de Any y Nemi.

 

8. Guarnición de otros platos

Más allá de las clásicas migas, puedes cocinar dados de pan duro con cebolla, aromáticas, pimienta negra y un poco de sal para obtener un acompañante rápido para tus platos de verduras, carne o pescado. No te quedes ahí: experimenta añadiendo otros ingredientes como calabaza, espinacas, un poco de mostaza (brutal) o salsa de soja. Si quieres añadir vitaminas al plato, incluye algunos frutos secos o unas frutas.

9. Tortilla de pan y sobras

La tortilla de pan es otro clásico de las recetas de aprovechamiento. Pero podemos añadirle un poco de gracia, y restos de alimentos de la nevera, para preparar una cena más que digna durante el confinamiento. Hay que desmigar el pan duro y añadirle leche para que se ablande. Mientras, puedes preparar un majado con ajo, sal, pimienta y aromáticas en el mortero; y batirlo con un huevo o dos (depende de la miga que tengas). En una sartén, fríe lo que te apetezca o, más bien, lo que tengas en la nevera: vale verdura, como puerro o cebolla, o carne. Exprime el exceso de leche del pan y mézclalo todo bien antes de freírlo en la sartén, como harías con una tortilla de patata.

 

10. Pan de huevo

Otra receta veloz para reanimar un pan tristón. Empápalo en un huevo batido y fríelo hasta dorarlo. Ya tienes una tostada para añadir miel o unas rodajas de fruta.

Cuando el pan está súper duro, aún puedes usarlo para espesar salsas y guisos. Y hay muchas recetas más: basta darse una vuelta por internet para darse cuenta. Lo que sugiere que, de toda la comida que tiramos, seguramente el pan sea el mayor sinsentido.

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