Cambio de armario de otoño: así puedes doblar tus camisetas para que ocupen menos espacio

Hay ocasiones en las que cada centímetro es vital para mantener el orden en nuestros armarios, cómodas y demás alternativas de almacenamiento para la ropa. No todos podemos contar con una amplia habitación convertida en vestidor para organizar todas nuestras prendas sin calentarnos mucho la cabeza con el espacio. De hecho, no suele ser lo más habitual y normalmente sucede lo contrario. Pero no por ello tenemos que renunciar a tener toda nuestra ropa bien ordenada, hay trucos y estrategias para aprovechar los centímetros con los contemos de la mejor manera.

Con los cambios de temporada vuelven siempre los quebraderos de cabeza para ver cómo organizar nuestras prendas, que todo nos quepa en el armario, guardarlas de forma que cuando vayamos a usarlas no estén arrugadas y que podamos verlas e identificarlas a un golpe de vista.

A un par de semanas de dejar atrás oficialmente el verano y meternos de lleno en el otoño –y sintiendo ya ligeros cambios de temperatura– se acerca el temido cambio de armario. Hay que empezar a guardar las camisetas y pantalones más finos y frescos, los vestidos de tirantes y las sandalias para ir sacando las mangas largas, chaquetas o las deportivas y calzado de entretiempo.

Cada cambio de armario es una oportunidad para hacer una pequeña limpieza en nuestra colección de prendas de vestir. La mejor forma de ahorrar espacio es solo guardar lo que vayamos a usar realmente. No merece la pena guardar la ropa que se nos ha quedado grande o pequeña o que por lo que sea hace varias temporadas que siempre se queda dentro del armario y que ya no nos ponemos.

Cómo doblar la ropa para guardar

Una vez que tengamos seleccionado lo que sí que vayamos a guardar, te vamos a contar cómo puedes organizar tus camisetas, que suelen ser unas de las prendas que más nos cuesta guardar de forma ordenada. Seguramente has oído hablar de Marie Kondo, la gurú del orden. Con su método de doblar las camisetas de forma vertical es muy sencillo tener esta prenda siempre bien ordenada y clasificada:

  • A tercios: vas a doblar la camiseta en tercios desde los extremos derecho e izquierdo hacia el centro. Y después, de abajo hacia arriba como si fuera un paquetito. Es una de las mejores formas para mantenerlas ordenadas visualmente en un cajón o el espacio que les hayas destinado.
  • En rodillo: otra fórmula es doblarlas en forma de rollito. Aunque no lo parezca es una de las mejores fórmulas para evitar que se arruguen y las saquemos perfectas del armario. Es una fórmula que permite almacenarlas de una manera muy ordenada y ahorrar espacio. Este método nos vendrá muy bien también a la hora de hacer una maleta.

Una vez tengas dobladas las camisetas con tu método favorito es hora de guardarlas. Te recomendamos, como hemos comentado antes, que las dispongas de forma vertical (de pie) en un cajón, para poder verlas todas de un vistazo. Pero si lo que quieres es recuperar espacio en el armario y cómoda para dejar paso a la ropa de abrigo, también puedes almacenarlas con estos métodos con mucha facilidad. Puedes adquirir por muy poco dinero una funda de edredón, que por lo general se caracterizan por ser muy espaciosas. En ella, guarda con cuidado tus camisetas para que así no se arruguen. Después, deja esta funda en la parte superior de tu armario o en un trastero. Tu ropa estará protegida hasta la próxima estación. Como medida preventiva, no olvides introducir en la funda un ambientador antipolillas.

Cómo renovar nuestro armario para el otoño

Es muy probable que al cambiar el armario te hayas encontrado con prendas de verano e invierno que ni recuerdes haber comprado, mucho menos haberlas usado. Como consumidores, puede ocurrir que seamos víctimas de microtendencias, caprichos pasajeros o todo un mar de 'por si acasos'. Si esto es así es posible que quieras dejar ir algunas prendas para dar paso a otras:

  • ¿Realmente me lo pongo? Aquí la sinceridad con uno mismo es el punto de partida. Esta pregunta puede dar pie a que te deshagas de muchas prendas o de ninguna, por lo que revisa tu decisión al menos en cada cambio de armario o date plazos de tiempo para volver a preguntártelo –¿me he puesto este pantalón en los dos últimos meses?–. Si usas un artículo de ropa de forma frecuente, considera quedártelo.
  • Quedártelo, desecharlo o donarlo: prepara tres pilas de ropa tanto para el cambio de armario entrante como para el saliente. Cada pila representará lo que te quieres quedar, lo que ya no está en condiciones de uso y no se puede recuperar y lo que vas a donar. Lo ideal es que el montón de desecho sea irrisorio comparado con el resto, reservado solo a prendas en mal estado. Esa pila además no tiene por qué suponer que de forma literal te deshagas de estos artículos en la basura. Puedes darles una nueva vida como trapos para la ropa, o para hacer manualidades como rellenos de cojines y camas para tus mascotas.
  • Conviértelo en un juego: si quieres, puedes hacer que la experiencia del cambio de armario pase de ser un suplicio a entretenida. Y por el camino, tal vez le des un nuevo uso a prendas que tenías olvidadas. Para este método necesitarás tiempo –es posible que toda una tarde– pero la experiencia será divertida. Se trata de gamificar el proceso de cambio y limpieza de armario. Es posible que alguna vez hayas jugado a un juego de vestir un avatar en tu niñez, y a menudo hayas probado todas las combinaciones posibles que se te permitía. Vamos a aplicar la misma premisa con nuestro armario. Para ello debes probarte todas tus prendas y combinarlas todas, hasta la última de ellas, por muy absurdo e imposible que pueda parecer a priori el conjunto resultante. Verás que ropa que jamás habrías usado junta cobra sentido, y en el mejor de los casos lograrás darle uso a muchos artículos que tenías olvidados en el fondo del armario. Si alguna de tus prendas no funciona con nada, podría ser una señal de que es hora de donarla y dejarla ir.