Cómo proteger tu casa y tu cocina de las hormigas
Cuando vamos al campo o paseamos por un parque en primavera podemos quedarnos embobados observando a filas o grupos de hormigas transportando comida a sus hormigueros. Si las encontramos en la cocina de casa, la imagen deja de ser interesante para convertirse en una amenaza.
Las hormigas se han adaptado muy bien a los ambientes urbanos debido a la disponibilidad de comida y refugio. Hacen sus nidos dentro de las paredes, bajo el suelo o detrás de los azulejos y plafones. Estos espacios les ofrecen protección contra el frío y el acceso a estructuras más cálidas de los edificios.
Muchas especies de hormigas entran en un estado de latencia o hibernación durante el invierno, reduciendo su actividad metabólica y conservando energía hasta que las temperaturas se elevan nuevamente en la primavera. Es entonces cuando las encontramos paseando por la cocina en busca de comida que llevar a su nido.
Por qué las hormigas son tan difíciles de eliminar
Aunque las hormigas generalmente no son peligrosas, su presencia puede resultar molesta, especialmente porque, de no atajar el problema, la colonia crecerá y un día podemos encontrarnos la cocina invadida por ellas.
La forma en la que las hormigas se comunican y coordinan su trabajo es mediante feromonas, unos compuestos que actúan como mensajeros químicos que las otras hormigas pueden interpretar. Si una hormiga encuentra comida, por ejemplo, unas migas de galleta en el suelo, regresará al nido dejando un rastro de feromonas en el suelo. A continuación, más hormigas seguirán ese mismo rastro para ir a por más migas y regresar con el botín a su nido. Por si fuera poco, otras hormigas exploradoras ampliarán el radio en busca de más alimentos.
El resultado es que nuestros suelos, paredes y hasta techos quedan cubiertos por invisibles rastros de feromonas, las líneas de una carretera, que guían a las hormigas hasta los lugares donde encontrar los restos de comida. Las hormigas pueden formar nidos en lugares inaccesibles, lo que hace difícil eliminarlas completamente sin ayuda profesional.
Qué hacer para evitar las hormigas en casa
Para proteger tu casa, y especialmente la cocina, de las hormigas puedes tomar varias medidas preventivas y de control que son efectivas y seguras.
Almacenar bien los alimentos
Tu despensa es la tierra prometida para las hormigas. Cualquier alimento que dejes allí expuesto se convertirá en un objetivo. Por eso es fundamental no darles la oportunidad. Asegúrate de guardar el azúcar, chocolate, harina o frutos secos en recipientes o bolsas cerradas herméticamente. Ten en cuenta que a las hormigas no sólo les gusta la comida para humanos: la comida para tus mascotas también es un tesoro y debes guardarla con las mismas precauciones.
Cuidado con la humedad
Las hormigas entran en tu casa porque están buscando tres cosas: refugio, comida y agua. Las hormigas no necesitan mucha agua para vivir, por lo que un paño de cocina húmedo o una alfombra con marcas de agua puede ser suficiente para atraerlas, igual que una tubería o un grifo que gotea. Asegúrate de que todo está seco, sobre todo alrededor de las plantas de interior que son otro gran foco de atracción.
Limpia la cocina
La cocina es como un bufé libre para las hormigas. Cualquier resto de comida, por pequeño que sea se convertirá en un objetivo para la colonia. Esto incluye las migas de pan que caen al suelo, los granos de azúcar que se han esparcido mientras te ponías una cucharada en el café o un resto de mayonesa que no has limpiado de la encimera. Si no mantienes tu cocina libre de suciedad, las hormigas seguirán viniendo a por más.
Olores naturales disuasorios
Las hormigas, como muchos otros insectos, confían en su sentido del olfato para encontrar su próxima comida. En lugar de recurrir a venenos, aerosoles o trampas peligrosas, podemos ahuyentarlas con olores que las repelen. Por ejemplo, el aroma del aceite de menta, limón o canela ahuyenta a las hormigas. Puedes poner estos aceites esenciales diluidos con agua y alcohol en un pulverizador y rociar las zonas donde veas hormigas, o espolvorear canela o pimienta molida donde las hayas visto caminar.
Repara las grietas y juntas de los azulejos
Sellar las pequeñas grietas en la pared con masilla, y repasar las juntas de los azulejos y las baldosas del suelo es una buena medida preventiva para mantener a las hormigas y otras plagas fuera de la cocina.
Elimina las feromonas con vinagre
El vinagre blanco de limpieza diluido con agua al 50% es una forma de eliminar los rastros de feromonas de paredes y suelos y, además, repeler a las hormigas con el olor.
No uses insecticida
Puedes sentir la tentación de rociar todas las hormigas que veas con insecticida para matarlas, pero eso no es una buena idea. Por cada hormiga que ves en tu cocina hay muchas más en el nido a quienes no estás alcanzando. Las hormigas no desperdician nada, y volverán incluso a por las que han muerto. Por si fuera poco, cuando las obreras avisan de un peligro, la hormiga reina divide la colonia, y produce más larvas para sustituir a las víctimas, por lo que multiplicarás tu problema con las hormigas.
Utiliza bórax para eliminar el nido
Una forma realmente eficaz de eliminar las hormigas de la cocina para siempre es crear una mezcla de bórax que pueda matar a toda la colonia de hormigas, evitando que vuelvan. El bórax funciona como un caballo de Troya. Mezcla una parte de azúcar, una de bórax y dos partes de agua, y empapa bolas de algodón con este líquido, que dejarás en el camino. Este veneno empieza a hacer efecto en las hormigas entre 24 y 48 horas después, cuando se han repartido el botín en el nido, eliminando a todas las hormigas incluyendo a las larvas.
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