Sucede con muchos objetos o productos: basta con mirarlos con atención durante el tiempo suficiente para comprobar que, detrás de una imagen que parecía simple, hay un mundo de lo más complejo. Es lo que ocurre ahora con las mascarillas, un dispositivo que hasta hace unas cuantas semanas solían relacionarse con el personal sanitario o personas de origen asiático, pero que desde el jueves 21 de mayo son obligatorias para ir por la calle u ocupar espacios públicos cerrados en todo el territorio español.
Y no es solo que de pronto haya sido necesario prestar atención a las mascarillas, sino que en todo este tiempo ha habido mucha información contradictoria en torno a ellas. Por un lado, sobre su utilidad: pasaron de ser aconsejadas solo a profesionales sanitarios y personas con síntomas -en el inicio de la crisis generada por la Covid-19 en Europa- a ser obligatorias, primero en el transporte (desde el 4 de mayo) y ahora en casi todos los ámbitos públicos. Por otro lado, están las dudas sobre los tipos de mascarillas, su eficacia y su autenticidadlos tipos de mascarillas, su eficacia y su autenticidad. ¿Hay mascarillas 'falsas'? ¿Cómo se pueden detectar?
Cuatro tipo de mascarillas
En general, se puede afirmar que existen cuatro tipos de mascarillas , con distintas funciones y niveles de eficacia: caseras, higiénicas, quirúrgicas y EPI (equipos de protección individual). De las mascarillas caseras, no tendría sentido decir que son 'falsas': de lo que se puede hablar es de su eficacia. Hay consenso entre los científicos de que estas mascarillas no protegen a quienes las usan para evitar contagiarse, pero hay posturas encontradas en cuanto a su utilidad para que personas infectadas no contagien a otras.
La consejera de Salud del Gobierno Vasco, Nekane Murga, ha señalado en estos días que las mascarillas caseras “con doble capa de algodón” y “componentes específicos de celulosa” ofrecen una “buena capacidad de filtrado”, dando su aval a estos dispositivos. Cabe recordar, de todos modos, que para reducir el riesgo de contagio es imprescindible complementar el uso de mascarilla -tanto si es casera como de otro tipo- con las otras medidas de seguridad esenciales, como el frecuente lavado de manos con agua y jabón, la distancia social de dos metros y la precaución de evitar tocarse la cara.
Mascarillas higiénicas, ¿cuáles sirven y cuáles no?
¿Qué sucede con las mascarillas compradas en farmacias u otros establecimientos? Las más básicas son las llamadas higiénicas, recomendadas para las personas sanas. Existen a su vez -según explica un documento del Ministerio de Consumo titulado ¿Qué debes tener en cuenta al comprar una mascarilla? - tres tipos de mascarillas higiénicas:
- Las que cumplen con las especificaciones UNE 0064 y 0065 (es decir, con los requisitos de la Asociación Española de Normalización, actualizados en abril ).
- Las que cumplen con otras especificaciones.
- Las que no cumplen con ninguna.
Por supuesto, las que cumplen con las especificaciones (en particular, las UNE 0064 y 0065) son las que ofrecen una mayor protección. Las otras, en cambio, no se han sometido a ensayos ni verificaciones y por lo tanto pueden ofrecer una protección escasa o prácticamente nula. Estas mascarillas pueden considerarse “falsas”: es mejor no fiarse de ellas.
Las indicaciones deben aparecer en el etiquetado del producto, incluso si la mascarilla no se vende envasada (la información tiene que “figurar en una etiqueta sobre el propio producto o en un folleto que se entregará al comprador”, subraya el documento de Consumo) o si se compra por internet.
Otros datos de la etiqueta a los que se debe prestar atención son los siguientes: talla (adultos o niños), instrucciones de colocación y uso, composición del material y duración, es decir, si es reutilizable o no, y si lo es cuál es el máximo de veces que se puede lavar y de qué manera hacerlo. Ver también: ¿Cómo podemos reutilizar y desinfectar las mascarillas si solo las hemos usado durante un rato?
Para pacientes con el virus, mascarillas quirúrgicas
Las mascarillas quirúrgicas, por su parte, están recomendadas para personas infectadas con el virus, tanto si presentan síntomas como si no. El objetivo es que estas personas no contagien a otras. Para ello, están diseñadas con un tejido que filtra el aire exhalado. Su diseño debe permitir ceñirlas de manera estrecha sobre la nariz, la boca y la barbilla de las persona que las llevan puestas.
Estas mascarillas siempre deben venderse empaquetadas, salvo en farmacias, donde pueden expenderse de manera individual, sin envasar, pero “en un formato que garantice su protección frente a la contaminación antes de su uso”, según indican las autoridades. El etiquetado debe exhibir tres datos:
- El marcado CE (la certificación europea que asegura que el producto cumple con la normativa).
- El sello de cumplimiento del estándar de calidad UNE-EN 14683.
- La especificación de si su eficacia de filtración es de tipo I o II (menor o mayor protección, respectivamente).
Algunas mascarillas quirúrgicas incluyen fecha de caducidad, pero no es un requisito obligatorio. Sí lo son los tres anteriores. Si falta uno o más de ellos, es muy probable que se trate de mascarillas falsas. Dado que su misión es evitar la propagación del virus por parte de personas que están contagiadas, el riesgo que generan estas falsificaciones es mayor.
Requisitos para las mascarillas autofiltrantes
A diferencia de las anteriores, las mascarillas EPI, también llamadas filtrantes o autofiltrantes, tienen como principal función proteger a la persona que las usa. Para lograrlo, filtran el aire que el usuario inhala, evitando de esa forma que las partículas del virus ingresen en su organismo. Se recomiendan sobre todo para el personal sanitario, pero también -por indicación médica- para pacientes que forman parte de un grupo vulnerable.
El etiquetado debe incluir cuatro informaciones obligatorias:
- El marcado CE.
- El sello del estándar de calidad UNE-EN 149.
- La indicación de si es reutilizable (la letra R) o si es no reutilizable (NR).
- El tipo de mascarilla del que se trate y el filtro que posee.
El tipo de mascarilla se señala con la sigla FFP (de filtering face pieces, es decir, piezas faciales filtrantes) y el filtro, con la letra P. En ambos casos, la numeración de 1 a 3 indica la menor o mayor protección. Las mascarillas FFP3 con filtro P3 son las más efectivas: retienen el 98 % de las partículas que flotan en el aire (las FFP1 retienen el 78 %), de acuerdo con un documento del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos .
Tales son los datos en el etiquetado de las mascarillas EPI que dan fe de su autenticidad. También hay que tener en cuenta que algunas de estas mascarillas poseen también una válvula de exhalación y, en consecuencia, no previenen que eventualmente quien las usa contagie a otras personas. Por eso, es recomendable, en estos casos, la colocación de otra mascarilla (higiénica o quirúrgica) por encima de la autofiltrante.
Más allá de todas estas especificaciones, la recomendación más importante: no relajarse. El uso de mascarilla no sustituye ninguna de las demás medidas de prevención. Mantener la distancia de seguridad de dos metros con las demás personas, lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse la cara son las mejores maneras de “autoprotegerse”, algo que seguirá siendo clave no solo durante la desescalada sino también en la nueva normalidad , hasta que exista una vacuna o un tratamiento efectivo contra la enfermedad.
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