A la hora de organizar los tiempos para hacer la colada, es importante calcular cuál será la disposición más efectiva para coordinar varios programas, que diferencien entre ropa de color, ropa blanca o prendas delicadas, entre otros. Sin embargo, esta tarea no siempre es posible, y a veces no queda otra que saltarse la planificación y lavar de urgencia la ropa más necesaria para tenerla disponible cuanto antes.
De ser así, otro problema se presenta tras el lavado: cómo secar la ropa rápidamente para poder ponértela cuanto antes. Utilizar la secadora en una situación de este tipo no siempre es posible, bien porque no se tenga, por la duración de sus programas o por el consumo innecesario que supondría secar tan solo un par de prendas.
Pero existe un un truco sencillo que ayuda a reducir la condensación y que permite secar la ropa más rápido sin necesidad de recurrir a una secadora.
El método para secar la ropa rápidamente sin utilizar la secadora
En ocasiones, no es posible poner la secadora para tener listas las prendas a tiempo o sencillamente nuestra lavadora no centrifuga demasiado bien y la ropa tarda demasiado en secarse. Hay un método que permite secar la ropa en casa más rápido, sin recurrir al electrodoméstico y de manera sencilla. Este no es otro que el método de la toalla, que consiste en enrollar una prenda mojada en una toalla completamente seca para que las fibras de esta absorban todo el agua, reteniendo la humedad y dejando la prenda lista para su uso.
Para llevarlo a cabo, extiende la prenda sobre una toalla seca y limpia, asegurándote de que la prenda esté completamente estirada. A continuación, enrolla las dos partes desde arriba o abajo hasta que quede un cilindro firme.
Tras ello, presiona el rollo para facilitar que la toalla absorba la mayor cantidad de humedad posible. Es esencial ejercer fuerza de manera uniforme, ya que de no ser así, la prenda podría deformarse. Para finalizar, desenrolla la ropa y cuélgala en un lugar bien ventilado. Después de todo el proceso, la prenda debería estar mucho menos mojada, permitiendo que se seque con mayor rapidez.
Por qué funciona el método de la toalla
El método de enrollar la ropa mojada en una toalla seca no solo es eficaz por su sencillez, sino también porque mediante la absorción de gran parte de la humedad, permite que las prendas queden listas en un periodo de tiempo mucho menor. De esta manera, la toalla actúa como una centrifugadora manual, que al aplicar presión, retira buena parte de la humedad sobrante en la ropa húmeda.
Consejos adicionales para utilizar el método de la toalla
A la hora de poner en práctica el método de la toalla, es importante seguir una serie de recomendaciones que permitirán llevarlo a cabo de la manera más efectiva. Así, es importante que la toalla sea absorbente, preferiblemente de microfibra o algodón, ya que son las que tienen mayor capacidad de retener líquidos respecto a otros tipos de tejidos.
Además, si la prenda sigue estando muy mojada después de un primer secado, es posible repetir el método con otra toalla seca hasta retirar toda la humedad. Para ello, recuerda ejercer presión de manera uniforme, evitando deformar el tejido.
Una vez puesto en práctica el truco de la toalla, habrá que colgar las prendas para que terminen de secar. Evita la acumulación de humedad en el ambiente colgándola en un lugar donde el aire circule de manera continuada. Este paso no solo es importante para que la ropa seque más rápidamente, sino para evitar la acumulación de humedad y malos olores en las prendas.
Cuándo es útil el método de la toalla
El método de la toalla no solo es simple y rápido, es una gran alternativa casera para situaciones límite, como la necesidad de tener alguna prenda lista al momento; uniformes escolares, ropa de entrenamiento o de trabajo, o cualquier prenda sucia que se necesite con rapidez. Además, el truco también es una gran alternativa a situaciones límite, como una posible avería de la secadora.
Así, a diferencia de estas últimas, es una manera económica y ecológica de secar las prendas más rápido que no solo evita consumir electricidad, sino que prolonga la vida útil de las mismas, ya que evita la fricción y el calor excesivo con el que efectúa su tarea el electrodoméstico.