Hubo un tiempo en que la compra a granel era la única opción para muchas personas. Las tiendas de ultramarinos presentaban a sus clientes grandes contenedores de arroz, harina, azúcar, legumbres y otros productos que se vendían al peso.
Poco a poco, la desaparición de los comercios de proximidad y la transición hacia los supermercados está haciendo la compra de productos a granel algo del pasado. Sin embargo, no ha desaparecido del todo. Según una encuesta de YouGov sobre el consumo de alimentos a granel en España, Francia e Italia, el 48% de los italianos, el 43% de los españoles y el 41% de los franceses son compradores habituales de productos a granel, es decir, que los compran al menos una vez al mes.
La diferencia es que mientras que en Francia esta tendencia es relativamente nueva y los compradores declaran comprar a granel desde hace entre uno y cinco años, en España e Italia la mayoría compran a granel desde hace más de cinco años. La motivación también es diferente: en Francia, la ecología y la reducción del consumo de envases individuales. En España e Italia, el ahorro.
Estos son los dos factores que hacen recomendable comprar productos a granel siempre que sea posible. El menor precio, por un lado, y evitar el plástico, los envases y el desperdicio alimentario todo lo posible. Los productos que los españoles consumen a granel con mayor frecuencia son, por este orden, los frutos secos, la pastelería, las semillas o legumbres, las especias, el té y el café.
Qué mirar antes de comprar a granel
Los alimentos a granel tienen que tener ciertas características para que sea aconsejable comprarlos de esta forma. Por un lado, los más adecuados son los alimentos con un periodo de consumo más largo, que no se echen a perder rápidamente. Los cereales, legumbres, frutos secos, encurtidos y especias son buenos ejemplos de alimentos con larga vida útil.
No basta con que sean alimentos o productos que se conservan bien. También es importante priorizar los productos que uses frecuentemente. Comprar a granel algo que raramente utilizas hará que tengas que tirar una gran cantidad cuando se eche a perder.
Otro factor es disponer del espacio de almacenamiento en casa y, si lo tienes, asegurarte de tener contenedores adecuados para almacenar los productos a granel. Esto ayuda a mantener su frescura y prolongar su durabilidad. Esto es importante con alimentos que pierden fácilmente su aroma y su frescura, como café, té y especias.
Muchos alimentos a granel tienen precios competitivos respecto a los empaquetados, pero no siempre. Compara los precios porque a veces, las ofertas en productos empaquetados pueden ser más económicas, especialmente si están en promoción.
Qué alimentos comprar a granel
Comprar alimentos a granel es una opción inteligente tanto para ahorrar dinero como para adoptar un estilo de vida más sostenible. Estos son los alimentos ideales para comprar a granel en tu tienda preferida:
Legumbres
Entre las mejores opciones para comprar a granel se encuentran las legumbres como judías, garbanzos y lentejas secas. Estos alimentos son conocidos por su durabilidad y su capacidad de conservarse a temperatura ambiente durante largos periodos de tiempo. A pesar de la degradación de ciertos nutrientes con el tiempo, algunos estudios indican que muchas legumbres pueden ser comestibles incluso después de una década. Además, son ricas en fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales, y se pueden incorporar en una amplia gama de recetas, desde sopas hasta ensaladas.
Encurtidos
Los encurtidos como las aceitunas, pepinillos o cebollitas, gracias al proceso de fermentación con sal y vinagre, tienen una durabilidad muy larga que puede llegar a los dos años. Esto los convierte en una opción ideal para comprar en grandes cantidades, ya que pueden almacenarse durante meses sin perder su sabor. Los encurtidos fermentados son una fuente de probióticos, que son beneficiosos para la salud intestinal y fortalecen el sistema inmunitario, además de aportar vitaminas y minerales esenciales.
Arroz y cereales
Una opción habitual para comprar a granel son, precisamente, los granos enteros. Por ejemplo, los copos de avena se conservan unos cuatro meses a temperatura ambiente y hasta un año si se congelan en un recipiente hermético. El arroz blanco puede durar hasta dos años, mientras que el integral solo dura entre tres y seis meses. Por otro lado, otros cereales integrales como el arroz salvaje (que no es un tipo de arroz, sino un cereal diferente), la quinoa y el amaranto duran mucho tiempo, de dos o tres años, y aportan una rica fuente de fibra, vitaminas y antioxidantes.
Frutos secos
Los frutos secos con cáscara duran mucho más que los frutos secos sin cáscara, por lo que son una excelente opción para comprar a granel y el almacenamiento a largo plazo. En la mayoría de los casos, pero especialmente en almendras, cacahuetes y nueces, comprar frutos secos con cáscara prolonga su periodo consumible. Por ejemplo, las almendras con cáscara se conservan hasta seis meses a temperatura ambiente, mientras que las almendras sin cáscara solo duran cuatro meses. Comprar los frutos secos con cáscara tiene una ventaja añadida: hay que trabajar y usar el cascanueces. Este pequeño obstáculo nos ayuda a regular la ingesta y a no consumirlos en exceso.
Pasta seca
A diferencia de la pasta fresca, que debe cocinarse en pocos días, la pasta seca puede conservarse hasta dos años. La pasta integral es mejor opción que la pasta blanca refinada, ya que tiene menos calorías y más nutrientes, como fibra, manganeso y magnesio, aunque también dura menos tiempo. Otra opción de larga vida es la pasta elaborada con legumbres, como la pasta de lentejas, que tiene menos calorías y un aporte extra de proteínas.
Pasas y fruta deshidratada
La fruta deshidratada es muy nutritiva y contiene una cantidad impresionante de fibra, vitaminas y minerales. Además, se conserva durante mucho más tiempo que la fruta fresca, hasta seis meses. Las frutas deshidratadas como mangos, arándanos rojos y albaricoques pueden conservarse aún más tiempo en el frigorífico. Hay que tener precaución con estos productos, ya que el azúcar está mucho más concentrado y es fácil pasarse.
Batidos de proteínas
Las proteínas en polvo de buena calidad, de suero de leche o de guisante y arroz pueden ser muy caras y han experimentado un gran aumento de precio en los últimos años. Sin embargo, la mayoría de las empresas ofrecen envases más grandes de proteínas que hacen que el precio por kilo sea mucho más barato. Las proteínas en polvo más consumidas, como las de suero o guisantes, suelen caducar entre 8 y 18 meses después de su compra.
Semillas
A menudo se hace referencia a las semillas, como las de lino, calabaza o chía como superalimentos, debido a su alta concentración de grasas omega-3, fibra, magnesio, calcio y antioxidantes. Suelen ser productos caros y comprarlos a granel puede tener ventajas, ya que pueden durar más de un año si se conservan en un lugar fresco y oscuro o se refrigeran.
Qué alimentos no comprar a granel
Algunos alimentos no son ideales para comprar a granel debido a su corta durabilidad, requisitos de almacenamiento específicos o porque su consumo en grandes cantidades no es común. Estos son algunos ejemplos:
Harinas integrales
En general, las harinas integrales se conservan solo durante unos tres meses a temperatura ambiente, ya que después empiezan a enranciarse, pero se puede duplicar el tiempo si se refrigeran. Las harinas refinadas tienen una mayor durabilidad, ya que no se estropean tan rápido como las integrales.
Aceites
Aunque los aceites saturados como el de coco y el de palma se conservan bien, otros aceites no deben comprarse a granel. Por ejemplo, los aceites de semillas ricos en grasas poliinsaturadas, como el de girasol, soja o maíz tienden a oxidarse a los pocos meses. Lo mismo ocurre con otros aceites como el de cacahuete o el de sésamo. El aceite de oliva dura algo más de tiempo, pero también pierde sus propiedades al cabo de un año.
Especias, té y café
Aunque parece una buena idea comprar especias, té y café a granel, no debe hacerse en grandes cantidades. Las especias pueden perder su potencia con el tiempo y deben sustituirse cada seis meses para obtener un sabor óptimo. El café molido pierde aroma rápidamente, aunque durará un poco más si se compra en grano y se muele en casa.