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¿Cómo puedo saber si un producto de limpieza es ecológico?

Antonio, socio de eldiario.eseldiario.es, nos escribió recientemente el siguiente correo: “Me gustaría conocer tiendas físicas donde se vendan jabones y productos de limpieza ecológicos. El otro día descubrí una tienda ”Jabón a granel“ en Madrid, en la que venden productos de limpieza a granel que dicen que son ecológicos, pero no tienen las etiquetas de ecológicos ni te dan la composición del producto. [...] En resumen, ¿cómo podemos saber si un producto de limpieza es ecológico?”.

Aclaremos primero por qué no consideramos ecológicos la mayoría de los productos de limpieza industriales y cómo debe estar hecho un detergente, ya sea para vajilla, ropa, suelos, etc., para entrar en la categoría de producto ecológico y merecer la etiqueta, tal como los considera la Unión Europea en su reglamento (CE) No 66/2010.

¿No son ecológicos los detergentes habituales?

En efecto, muchos de ellos no lo son por varios motivos. El primero es que en su elaboración no se ha tenido en cuenta el uso expreso de energías renovables ni la optimización del proceso para reducir la huella de carbono en la atmósfera. Pero además hay que tener en cuenta los ingredientes usados en su fabricación y que configuran su composición.

Intervienen agentes tensioactivos, que son los encargados de romper la tensión superficial de las grasas y así lograr que se mezclen y se dejen arrastrar por el agua. En los detergentes habituales los estas sustancias son derivados del petróleo, por lo que ya son intrínsecamente insostenibles además de degradarse muy lentamente o no hacerlo de forma natural, por lo que terminan acumulándose en el medio. Es decir, no son biodegradables.

Otro elemento presente en los detergentes industriales son los fosfatos, que tienen una incidencia muy negativa sobre los medios acuáticos, ya que son un importante nutriente para las algas, que de este modo crecen desaforadamente y roban la luz a las plantas de ríos y lagos, provocando un fenómeno conocido como eutrofización que acaba con las comunidades acuáticas.

Además está la presencia de agentes desincrustantes, que generalmente son ácidos corrosivos que actúan sobre la suciedad más resistente y sólida. Estos ácidos, generalmente en dosis importantes, acaban también en el medio acuático vía el agua de las depuradoras, acidificando los acuíferos y matando muchas formas de vida.

Los blanqueadores de ciertos detergentes también son ácidos o bases cáusticas muy agresivas. Para hacernos una idea, si en el etiquetado indica que debemos usar el producto con guantes y vigilar el contacto con los ojos y las mucosas, imaginemos cómo será su efecto en el medio.

También debemos contar con la presencia de desinfectantes sintéticos que por su estructura compleja no son degradados en las depuradoras y pasan al medio acuático, donde pueden crear formas resistentes de superbacterias. Tampoco debemos olvidar los aromatizantes, que se utilizan para dar buen olor al producto y también son sintéticos y apenas biodegradables. Finalmente, consideraremos el envase, que suele ser de plástico no degradable y que acabará en un vertedero.

¿Cómo es un producto de limpieza ecológico?

Para empezar, deben usar tensioactivos naturales, como los derivados del aceite de coco, saponaria, y otros productos obtenidos directamente de extractos vegetales, siempre con métodos respetuosos con el medio. No pueden utilizar enzimas. Estos compuestos, que catalizan reacciones químicas, pueden actuar con disruptores endocrinos en los medios acuáticos e incluso en los seres humanos. Es decir que pueden interferir con nuestras hormonas o las de los animales acuáticos.

Por otro lado, sus blanqueadores también deberán ser sustancias naturales, como el bicarbonato, el limón, etc. También usarán perfumes naturales, generalmente aceites esenciales de plantas aromáticas, que en ocasiones también son bactericidas. En general, los ingredientes que los compongan deben ser altamente biodegradables, así como los envases donde se encuentren.

Deben primar las sustancias de origen vegetal entre sus componentes y en el etiquetado debe incluirse información detallada de dichos ingredientes, así como de su procedencia. Finalmente, deben poder demostrar que han sido fabricados con un reducido coste energético, mediante energías limpias y que han sido diseñados para proteger el medio ambiente.

Si cumplen con estos requisitos podrán incluir en su etiquetado la etiqueta ecológica europea, EcoLabel, creada por la Unión Europea en 1992 para garantizar la procedencia y el respeto al medio ambiente de determinados procesos de elaboración y sus productos.

Si no figura la etiqueta EcoLabel -una flor formada con las estrellas azules de los estados europeos-, el producto no podrá considerarse ecológico. Al menos, no tendrá garantías oficiales.

¿Puedo fabricarme detergentes ecológicos caseros?

La etiqueta EcoLabel no está exenta de polémica, pues algunos productos certificados, a pesar de su evidente mejora, siguen teniendo incidencia negativa sobre el medio ambiente y las organizaciones ecologistas recomiendan que se apueste por los productos ecológicos de elaboración casera, que se pueden elaborar con elementos domésticos sencillos.

Ecologistas en Acción ofrece algunas recetas para fabricar fácilmente detergentes caseros. Según esta organización, “son suficientes cinco productos para realizar todas las tareas de la limpieza general del hogar: vinagre, jabón natural, limón, alcohol etílico y glicerina”. El vinagre “contiene ácido acético, lo que reduce y corta la grasa. Además, es un buen ambientador”.

Respecto al jabón natural, aseguran que “limpia cualquier superficie, actúa aumentando la eficacia del agua para lavar, se degrada fácilmente y no es tóxico”. A continuación explican que se elabora con aceite usado, agua y sosa cáustica (hidróxido de sodio) y aducen que “es fácil que alguna persona mayor te explique como elaborarlo”.

El limón actúa como un antioxidante que quita las manchas y tiene un olor refrescante, y el alcohol etílico es un buen limpiador “que seca superficies rápidamente, es desinfectante y quita manchas de grasa o pegamento de manera eficaz”. Finalmente, según la publicación de Ecologistas en Acción, la glicerina es un líquido limpiador capaz de quitar manchas de orina o café.

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