Hace unos pocos meses Apple lanzó al mercado un nuevo modelo de iPhone y, como es habitual, muchos fans de los productos de la manzana se lanzaron a comprarlo. Lo mismo ocurre con Samsung, que también actualiza sus teléfonos inteligentes con frecuencia para atraer al público que busca lo más avanzado en tecnología en su bolsillo: más velocidad de proceso, más memoria, mejores cámaras, pantallas más brillantes y con más resolución.
Simultáneamente, los modelos anteriores bajan sustancialmente de precio a la hora de comprarlos directamente del fabricante. Aún más sustanciosas son las rebajas de las empresas que ofrecen productos reacondicionados, que ofrecen la misma garantía y funcionamiento que los nuevos, y solo requieren que seamos capaces de vivir con un par de diminutos arañazos –que, por cierto, haríamos nosotros mismos en cuestión de días con un modelo nuevo–.
Por qué comprar el modelo anterior
El principal motivo para comprar el modelo anterior de teléfono inteligente es que, en los últimos años, las mejoras que se introducen en los nuevos modelos no son tan importantes. Si has estado siguiendo los avances en electrónica de consumo, hay una falta de innovación significativa. Pocos productos son revolucionarios, como lo fue el primer iPhone, o el primer modelo con pantalla plegable de Samsung. En su mayoría, hay mejoras de un 10-15% en características como duración de la batería, brillo de la pantalla, velocidad de proceso o calidad de imagen de las cámaras.
Sin embargo, este ritmo más lento de innovación es una excelente excusa si buscas una ganga. El teléfono que era el último modelo de hace uno o dos años sigue funcionando igual de bien, toma fotos prácticamente idénticas y tiene muchas de las mismas funciones que el lanzamiento de este año. A no ser que necesites una característica muy específica, como por ejemplo la capacidad de hacer vídeos en 4K a 120 fps, o conectividad 5G, que solo ofrezca un modelo nuevo; el teléfono del año anterior será igual de útil y efectivo en el día a día.
El hardware de los teléfonos móviles envejece bien. El motivo, además de que las mejoras introducidas no sean tan grandes, es que los fabricantes quieren asegurarse de que los clientes fieles que tienen estos modelos un poco más antiguos no se queden descolgados de las nuevas versiones de sistemas operativos y las apps más avanzadas.
Por ejemplo, el nuevo sistema operativo móvil de Apple, el iOS 17, es compatible incluso con el iPhone XR, un modelo que salió al mercado en 2018, hace cinco años. Se queda sin la actualización el modelo iPhone X, de 2017, y anteriores, que aún así seguirán funcionando con versiones más antiguas del sistema operativo.
iPhone, Samsung Galaxy y Google Pixel: ¿cuánto puedo ahorrar?
Para hacernos una idea de los potenciales ahorros podemos comparar las características y precios de los dos modelos de gama alta más populares y deseados por los consumidores: el iPhone, el Samsung Galaxy y el Google Pixel.
El iPhone 15 se introdujo en septiembre de este año, y el modelo más básico tiene un precio de 959 euros. Inmediatamente, el modelo anterior, el iPhone 14, que costaba lo mismo cuando se lanzó, se empezó a ofrecer en la tienda de Apple por 859 euros, un 10% de descuento.
Comparando los dos modelos de iPhone nos encontramos que el iPhone 15 incorpora en la pantalla una zona dinámica en la parte superior llamada Dynamic Island, en lugar de la pestaña fija de color negro del modelo anterior, donde se encuentra la cámara frontal. El procesador en el iPhone 15 es el A16 en lugar del A15. Comparando ambos procesadores, el nuevo es capaz de ejecutar 17 TOPS (operaciones por segundo) frente a 15,8 del anterior, es decir, una mejora del 10%.
La cámara trasera en el iPhone 15 pasa de 12 Mpx a 48 Mpx, y se incorpora un zoom óptico de 2X, pero en ambos casos se mantiene la lente .5X de gran angular. La batería tiene la misma duración y, gracias a la presión de las autoridades europeas, el iPhone 15 tiene un conector USB C. La pantalla es ligeramente más brillante, pero el resto de las características son prácticamente idénticas.
Si en lugar de comprar el modelo anterior directamente del fabricante buscamos una alternativa reacondicionada, podremos encontrar el iPhone 14 con la misma capacidad de memoria por unos 700 euros, un ahorro de casi el 30%.
En el caso de Samsung, este año se introdujo el modelo Galaxy S23, que en su configuración más básica se vende por 779 euros. Si lo comparamos con el modelo anterior, el Galaxy S22, que ahora se vende por 649 euros, la cámara frontal pasa de 10 a 12 MP. La batería pasa de 3700 a 3900 mAh. La velocidad de la CPU, de 2,8 a 3,36 GHz. El resto, incluyendo la pantalla, las cámaras traseras, la resolución de vídeo, el peso y las dimensiones, es idéntico.
Si buscamos en el mercado de reacondicionados, el mismo modelo se puede comprar por unos 440 euros, lo que supone un ahorro de más de 300€ respecto al nuevo modelo, o poniéndolo de otro modo, un 43% menos, casi la mitad.
Algo similar ocurre con los teléfonos Pixel fabricados por Google y que se presentan como una alternativa de alta gama al iPhone y los Samsung Galaxy. Si comparamos el modelo Pixel 8 frente al Pixel 7 veremos que el nuevo dispone de una pantalla ligeramente más brillante y la batería pasa de 4355 a 4575 mAh. El procesador se actualiza del modelo G2 al G3. Sin embargo, el resto de características son idénticas. Si queremos comprarlos en la página de Google son 799 euros por el Pixel 8 frente a 649 por el Pixel 7, pero lo encontraremos reacondicionado por unos 480. Un 40% de ahorro.
Hay que tener en cuenta que en unos pocos meses, o incluso semanas, estos precios y características cambiarán, pero la regla general sigue siendo la misma. Si evitamos la tentación de comprar el último modelo, el modelo del año pasado nos ofrecerá una experiencia de uso prácticamente igual a un precio mucho menor.
¿Cuándo el modelo antiguo es demasiado antiguo?
La mayoría de los españoles cambian de móvil cada dos o tres años, antes de que termine su vida útil. Los teléfonos pueden usarse durante mucho más tiempo, quizá sustituyendo la batería, que empieza a perder capacidad de carga en unos dos años. No obstante, en unos cinco años muchos modelos antiguos ya no permiten instalar actualizaciones del sistema operativo, el fabricante deja de ofrecer soporte y no son capaces de ejecutar algunas de las apps más avanzadas.
Teniendo esto en cuenta, el equilibrio entre el precio y las prestaciones hace que la opción más económica sea comprar un teléfono antiguo o reacondicionado con dos o como mucho tres años de antigüedad, con lo que aún le quedará un tiempo similar de soporte y capacidad.
Otra tentación puede ser comprar un modelo nuevo de gama baja o media al mismo precio que un modelo un poco más antiguo pero de una gama superior. En este caso estaremos perdiendo muchas de las prestaciones (mejor óptica en cámaras, mejores procesadores y pantallas) solo por el privilegio de tener un producto nuevo, que por ser de las gamas inferiores también envejecerá mucho más rápidamente en prestaciones.