La portada de mañana
Acceder
El Gobierno mete presión a sus socios para sacar adelante los Presupuestos
Sánchez busca en Mauritania frenar el aumento de llegadas a Canarias
Opinión - Va a ser que Feijóo no es un político. Por Rosa María Artal

¿Vuelves en coche de tus vacaciones? Cinco consejos para que los mareos no te arruinen el trayecto

Cómo evitar los mareos en coche.

Marta Chavarrías

0

Estamos deseando que lleguen las vacaciones para emprender aquel viaje que tanto hemos estado preparando durante todo el año. Tanto si va a ser en coche, como en tren o en avión, a más de uno le gustaría ahorrarse el trayecto. Y es que algunas personas sanas son propensas a marearse, un problema que en términos médicos se conoce como cinetosis o 'enfermedad del movimiento'.

Según datos de la Sociedad Española Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL CCC), la cinetosis aparece en más del 40% de los niños entre 7 y 12 años cuando viajan en coche o en autobús. Algunos estudios nos dicen que más de la mitad de las personas que viajan en coche sufren mareos y que aproximadamente dos de cada tres personas han experimentado mareos en el coche en algún momento de su vida. ¿Por qué nos sucede esto? ¿Podemos evitarlo?

Mareos en el coche: discrepancia entre lo que vemos y lo que cuerpo experimenta

La teoría del conflicto sensorial nos dice que un factor clave en el mareo por movimiento es nuestro sistema de equilibrio, que no se mantiene solo con un solo órgano sino que combina lo que vemos y lo que sentimos con la información que recibe del órgano de equilibrio en nuestros oídos internos y que es el que dice exactamente dónde estamos.

Nos mareamos porque nuestros sentidos entran en conflicto, es decir, hay una discordancia entre las entradas sensoriales reales y las esperadas. Cuando vamos en coche o en cualquier otro medio de transporte, algunas personas procesan de manera errónea la información visual que reciben. Es decir, los ojos, el oído interno y el cuerpo envían mensajes contradictorios al cerebro

Cuando viajamos en coche, nuestro cuerpo permanece inmóvil pero el vehículo se mueve. Y esto se acentúa cuando vamos por una carretera de curvas o cuando la conducción es un poco agresiva, es decir, con frenadas bruscas y mayores aceleraciones.

Esto explicaría también por qué no nos mareamos en otras situaciones, como cuando bailamos o por qué si conducimos tampoco nos mareamos tanto como si vamos de pasajeros. Al conducir, podemos controlar y, por tanto, nos anticipamos mejor al movimiento del coche en comparación a cuando somos pasajeros y esto reduce las discrepancias entre el movimiento que esperamos y el percibido.

El cerebro recibe mensajes contradictorios de las partes del cuerpo que detectan el movimiento: los propioceptivos, el oído y el sentido visual. Es decir, los sentidos propioceptivos nos dicen que no estamos en movimiento. Nuestro oído interno, que es el que nos ayuda a controlar el sentido del equilibrio, en cambio, detecta que estamos en movimiento y le envía a nuestro cerebro este mensaje. Y los sentidos visuales depende: si miramos fuera veremos que sí estamos en movimiento pero si miramos dentro, no. 

Es lo que ocurre cuando en el coche miramos el móvil: la parte del oído y el movimiento nos dice que nos movemos, pero el mensaje de los ojos nos dice que estamos quietos. Si no miramos por la ventana, los oídos internos perciben movimiento, pero los ojos mantienen una vista estática.

¿Qué hace el cerebro? No puede procesar estos mensajes contradictorios e intenta averiguar qué señal de las que recibe es la correcta. Comenzamos a marearnos y aparecen síntomas como palidez, sudoración fría o dolor de cabeza. Aunque son los más comunes, es verdad que varían de una persona a otra ya que, además de estos síntomas descritos, también pueden aparecer pérdida de apetito, apatía o salivación excesiva. Si el movimiento no para, estos síntomas pueden acabar en náuseas, arcadas y finalmente vómito.

Algunos estudios nos dicen incluso que la genética también puede jugar un papel importante en algunos casos y que podría predisponer a una persona a marearse y otros que ciertos trastornos, como las migrañas, también aumentan la probabilidad de sufrir mareos por movimiento.

Qué podemos hacer para evitar los mareos

Podemos intentar minimizar el riesgo de marearnos si procuramos que la información que recibe nuestro sistema nervioso sea lo más coherente posible. De acuerdo con esta investigación, realizada sobre varios estudios de mareo por movimiento, el mareo se puede prevenir mediante modificaciones conductuales y ambientales. Unas medidas que se simplifican en:

  1. Comer ligero antes de viajar. Es clave evitar las comidas copiosas y el alcohol antes y durante el viaje. Debemos tener presente que cualquier cosa que tomemos antes de viajar y que nos cause malestar estomacal en condiciones normales puede incrementarse por el movimiento. 
  2. Evitar leer o mirar un dispositivo electrónico. Guarda cualquier cosa que te haga centrar la mirada en un objeto y redirige la mirada al exterior, mira objetos a lo lejos o al horizonte. Una visión amplia por la ventana reduce el mareo porque somos más capaces de anticiparnos al movimiento que viene. Además, observar lo que nos viene ayuda a que nuestros ojos y oídos internos se sincronicen de forma más rápida con otras funciones corporales. Observar de cerca lo que viene ayuda a que sus ojos y oídos internos se sincronicen más rápidamente con otras funciones corporales.
  3. Cerrar los ojos. De esta manera eliminamos la información visual que interactúa con la sensorial, las dos partes más conflictivas.
  4. Mantener una temperatura adecuada. El interior del coche debe estar bien ventilado antes de iniciar el viaje y durante el trayecto es clave mantener una temperatura de entre 21ºC y 23ºC
  5. Pasar de pasajero a conductor. La posición es clave para evitar los mareos. Una de las mejores es el asiento del copiloto o, de no poder ser, la del medio de los asientos traseros. Aunque la opción más fiable para no marearnos en coche pasa por, siempre que podamos, conducirlo nosotros mismos porque si lo hacemos y, por ejemplo, tomamos una curva hacia adelante podemos anticiparnos al movimiento a medida que giramos, mientras que si somos pasajeros reaccionaremos cuando se produce el giro.

Si en lugar del coche vamos a coger un barco, un tren o un avión, nos puede ayudar, además de todo lo descrito, tomar medidas como viajar en el sentido de la marcha. En estos casos, en los que es posible sentarnos en dirección contraria a la que vamos, lo más recomendable es sentarnos en el sentido de la marcha ya que la posibilidad de anticipar el movimiento futuro se reduce con esta posición y disminuye el riesgo de que aparezcan náuseas.

Si a pesar de todo los mareos son frecuentes, sea cual sea el medio de transporte, o los síntomas son muy intensos, existe la posibilidad de recurrir a algún fármaco que nos ayude a mejorar los síntomas del mareo. Aunque podemos adquirirlos sin receta, es mejor consultar con un médico para que nos indique cuál es mejor para nosotros y en qué dosis.

Etiquetas
stats