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Vibradores de viento: los nuevos aerogeneradores sin aspas son el futuro de la energía eólica

Aerogenerador Tacoma. Foto: Vortex Bladeless

Darío Pescador

20 de diciembre de 2022 05:56 h

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Los aerogeneradores han cambiado para siempre el paisaje de muchos países. En España, la energía eólica representa ya un 23% del total de energía producida en el país, con más de 21.500 aerogeneradores que han producido más de 28 gigavátios hora en el último año.

Se trata de una energía limpia, construir un aerogenerador tiene un coste medioambiental mínimo comparado con la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que se ahorra el planeta. 

Sin embargo, estos modernos molinos de viento tienen sus detractores, que se quejan de daños a las aves, el ruido o de su impacto estético. La preocupación principal es el daño ecológico a distintas especies de aves, que sufren desde colisiones en vuelo con resultado de muerte o lesiones, hasta la destrucción de su hábitat y perturbaciones en las zonas de cría durante la temporada de anidamiento.

Desgraciadamente, parece que por muy cuidadosamente que se coloquen las turbinas eólicas, se produce una disminución gradual de las poblaciones de aves cerca de las instalaciones. A pesar de estos inconvenientes, se calcula que la cifra de aves muertas sigue siendo inferior a la que causan las centrales de combustibles fósiles.

Se puede argumentar que la estética es una cuestión de gustos, y que los aerogeneradores no estropean el paisaje más que las casas. Sin embargo, las turbinas eólicas generan sonidos de muy baja frecuencia que pueden producir algunas molestias a los vecinos, desde dolores de cabeza y náuseas hasta trastornos del sueño.

¿Hay alternativas a los aerogeneradores que permitan extraer la energía del viento sin estos inconvenientes? La respuesta es afirmativa: los aerogeneradores sin aspas. 

Sin aspas, sin ruido

En la actualidad hay dos empresas que han desarrollado turbinas aerogeneradores sin aspas. La primera es una invención Española. La empresa Vortex Bladeless, con sede en Madrid, ha creado un generador que consiste en un poste vertical de unos 2,75 metros de altura, aunque pueden ser de mayor tamaño.

El viento hace que el poste oscile, y en en su interior esta oscilación se convierte en electricidad. Uno solo de estos postes puede alimentar una nevera, muchos teléfonos y algunas luces led para una casa sin conexión a la red, según la empresa.

La forma fálica de estos generadores y el hecho de que vibran les ha granjeado el nombre en inglés de “skybrator”, el “vibrador del cielo”. 

La turbina de Vortex no tiene aspas ni otras partes móviles, con lo que su mantenimiento es mínimo y el funcionamiento es muy silencioso. Además, su diseño no provoca daños a las aves.

El dispositivo genera energía in situ y puede servir como fuente complementaria de energía renovable junto con los paneles solares, por ejemplo, en zonas residenciales. También se pueden colocar distribuidos en un terreno, y generar en total mucha más potencia.

La otra solución para los aerogeneradores sin palas es de la empresa Aeromine Technologies, en Texas, EEUU que dispone de turbinas silenciosas que no verás en el campo, ya que están pensadas para su instalación en las azoteas de los edificios, en concreto en el lado donde el viento es más fuerte.

Pueden generar energía a partir de vientos de tan solo ocho kilómetros por hora. Se instalan en hileras de 20 a 40 unidades, cada unidad puede producir la misma electricidad que 16 placas solares. Son totalmente silenciosas y, combinadas con las placas solares, pueden abastecer de energía eléctrica a todo el edificio.

Una empresa británica Alpha 311 tiene otra solución que no solo funciona sin aspas, sino también sin viento. La idea es acoplar una turbina hecha de plástico reciclado alrededor del poste de una farola, y disponer muchas de ellas en hilera en los bordes de las autopistas.

El aire que desplazan los coches al pasar es suficiente para hacer girar la turbina y producir la electricidad de 20 metros cuadrados de paneles solares, suficiente para iluminar la farola a la que está sujeta y producir sobrantes que irán a la red eléctrica.

Según los responsables de Alpha 311, las autopistas no son entornos especialmente bonitos, así que no hay que preocuparse por el impacto estético, y sí alegrarse por la energía gratis.

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