¿Qué debe tener un buen contorno de ojos para que sea realmente efectivo?
La piel pierde volumen, resplandor y humedad a medida que envejece. Hábitos como fumar, tomar el sol y un mal descanso no ayudan a prevenir esta pérdida. De entre las distintas partes del rostro, la piel del contorno de ojos lo sufre de forma particular porque es, como indica la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), muy fina y, por tanto, más sensible que la del resto de la cara.
En concreto, el espesor medio de esta capa de la dermis es “cinco veces más fina que el del resto de zonas de la cara”, señala la Academia. Una particularidad a la que debemos sumarle una más: la presencia de colágeno en esta zona es menor y, además, se estira con facilidad porque siempre se está moviendo.
Esta parte del cuerpo tiene también muy pocas glándulas y colágeno y es muy vascularizada, lo que hace que se vea traslúcida y se observen en ella las consecuencias de los trastornos circulatorios y pigmentarios que suelen aparecer en la zona. De acuerdo con un estudio publicado en Clinical Anatomy, las áreas de la piel que tienen menos glándulas sebáceas como las que tratamos son menos densas y más propensas a las arrugas.
Esto explicaría en gran medida por qué la piel de alrededor de los ojos a menudo delata cómo hemos dormido, nuestro ritmo de vida, nuestra edad, y el factor genético que nos han dejado en forma de signos como bolsas, ojeras, pequeñas líneas de expresión, arrugas, flacidez o sequedad. Algunas buenas razones que tenemos para cuidar de esta zona, aunque a menudo no le dediquemos la atención que merece para mantener su apariencia saludable.
Qué es un contorno de ojos y cómo nos puede ayudar
Las cremas para el contorno de ojos son productos que se usan para cuidar y tratar esta zona tan delicada. Suelen estar formuladas con activos drenantes, descongestivos y antiarrugas, entre otros. Funcionan de distinta forma según sus ingredientes activos. Algunos ingredientes están formulados para hidratar, otros para iluminar la piel apagada, contraer los vasos sanguíneos y disminuir las ojeras o restaurar la tersura y hacer que las líneas sean menos visibles.
El objetivo es reparar los signos de la edad, mitigar los pigmentos responsables de oscurecer las ojeras y aliviar y mejorar la circulación recuperando la firmeza y elasticidad de la piel.
Es importante usar una crema para los ojos que esté diseñada de forma específica para la piel de los párpados. Por ejemplo, los cosméticos a base de derivados de la vitamina K y el ácido ascórbico como la vitamina C ayudan a combatir el daño de los radicales libres y mejorar la hiperpigmentación y el oscurecimiento de los ojos. El ácido hialurónico es un humectante que atrae la humedad y ayuda a rellenar el área; los péptidos mejoran la firmeza y la elasticidad; y el retinol ayuda a aumentar la producción de colágeno, mejorar la textura y reducir las líneas finas.
Usar un producto que esté especialmente formulado para los ojos es imperativo no solo para evitar posibles irritaciones de esa parte del rostro más delicada, sino también para que podamos obtener los mejores resultados hidratantes y antienvejecimiento.
Por tanto, a la hora de usar un contorno de ojos deberemos tener en cuenta aspectos como qué queremos abordar, qué tipo de piel tenemos y los ingredientes que necesitamos. No es lo mismo combatir unas finas líneas alrededor de los ojos que la hinchazón o las ojeras.
Como explica la dermatóloga Mari Cruz Martín Sánchez a elDiario.es, hay distintos tipos de contornos de ojos. “Según sea su composición, repara la circulación, tiene efectos antioxidantes y previene la flacidez y mejora la textura de la piel, eliminando o mejorando pequeñas arrugas. También mejora el aspecto de la ojera, pero no la elimina”.
En función del tipo de piel que tenemos deberemos considerar un producto para pieles grasas, para que no obstruya los poros, o para piel seca como una crema con ingredientes hidratantes y humectantes.
A partir de qué edad debemos empezar a usar un contorno de ojos
El mejor momento para empezar a usar un contorno de ojos “depende de cada caso, aunque normalmente es recomendable hacerlo a partir de los 30 años”, dice la dermatóloga. A partir de esta edad es cuando la piel tiende a perder de manera progresiva elasticidad, de ahí que necesitemos cremas o geles que nos devuelvan la tonicidad.
Si no sabemos cuál es el mejor contorno que más se adecue a nuestras necesidades, “lo mejor es consultar con un especialista ya que la composición varía en función de qué aspecto de la zona queramos tratar, y de si queremos tratar el color, la arruga o la bolsa”, recuerda Martín Sánchez.
Cómo y cuándo tenemos que aplicar el contorno de ojos
A la hora de aplicar el contorno de ojos debemos tener en cuenta una serie de premisas. La primera es que la zona tiene que estar bien limpia y seca, por tanto, la limpieza es lo primero que debemos aplicar.
Una vez tenemos la zona preparada, “es suficiente con aplicar una cantidad equivalente a un granito de arroz en cada lado, de dentro hacia fuera”, aconseja la dermatóloga, que reconoce además que “hoy en día muchos aplicadores llevan un aplicador frío muy cómodo que nos ayuda a mejorar la zona y favorecer el drenaje linfático, siempre de dentro hacia fuera”.
Es un error común pensar que cuanta más cantidad usemos, mejor. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la mayoría de las cremas para los ojos son mucho más hidratantes que otros productos para el cuidado de la piel porque, como hemos visto, esta zona más delicada necesita más humedad.
Sobre cuándo es el mejor momento para aplicar el contorno de ojos, Martín Sánchez afirma que “es aconsejable aplicarlo mañana y noche”.
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