Pasamos casi un tercio de nuestra vida sobre el colchón, entre 49 y 63 horas a la semana. Cuidar de él y mantenerlo limpio es, por tanto, casi tan importante como mantener la cocina o el baño desinfectados. Sin embargo, hacerlo no está incluido en la lista de las tareas cotidianas. Esto no significa que no sea necesario.
Hay muchas razones por las que deberíamos dedicar unos minutos cada pocos meses a este objeto, uno de los más caros y duraderos de nuestra casa. Aunque no hay una fecha concreta para reemplazar el colchón, según la National Sleep Foundation deberíamos hacerlo cada ocho años.
Los ácaros, unos habitantes incómodos en nuestra cama
Mientras, y durante todos estos años, debemos prestarle cierta atención, aunque no sea con la misma asiduidad que otras zonas de la casa. Debe tenerse en cuenta que, sobre todo si ya tiene unos años, el colchón puede acumular ácaros de polvo, moho, bacterias y otros alérgenos.
Incluso puede ocurrir que un colchón llegue a concentrar una mayor cantidad de ácaros de polvo que cualquier otro artículo del hogar. Esto puede complicar los síntomas de alergia o asma en personas con este tipo de problemas.
Los excrementos microscópicos de estos ácaros son los verdaderos desencadenantes de una reacción alérgica. Y la cama es uno de sus lugares favoritos. Se calcula que un colchón usado podría llegar a tener entre 1,5 millones de ácaros en su interior.
Esto, unido al sudor, la humedad y otra suciedad, hace que los colchones, sobre todo los que tienen más años, sean un gran caldo de cultivo. Pensar que con lavar las sábanas de forma periódica ya es suficiente es un error. Es necesario ir más allá y profundizar en la limpieza.
Un estudio de la Universidad de Kingston dice incluso que simplemente con dejar la cama sin hacer cada mañana, con las sábanas expuestas al aire, permite que estas se sequen, lo que reduce de manera significativa la cantidad de ácaros de polvo. Una razón más para no hacerse la cama.
Seis pasos para limpiar el colchón
Lejos de lo que pueda pensarse, limpiar el colchón es fácil. Puedes hacerlo siguiendo seis sencillos pasos:
- Lavar la ropa de cama: para poder lavarlo con facilidad, antes tenemos que retirar toda la ropa que lo cubre: sábanas, almohadas, fundas, mantas, etc. Las sábanas es recomendable lavarlas una vez a la semana con agua caliente, lo que nos facilitará deshacernos de los ácaros de polvo.
- Examinar el colchón: no es lo mismo limpiar un colchón prácticamente nuevo que hacerlo con uno sucio y con manchas, con zonas decoloradas, olores y otros signos que nos obliguen a prestar más atención a una zona concreta.
- Contar con el material de limpieza necesario: necesitaremos un kit de limpieza formado sobre todo por agua fría, bicarbonato de sodio, trapos, un detergente para ropa suave (sin lejía) y jabón (sirve el que se usa para los platos o para tapicerías). El uso de productos suaves evitará que se dañe la tela del colchón y facilitará que pueda quitarse con más facilidad (eliminar el detergente de un colchón no es una tarea fácil).
- Pasar la aspiradora: aspirar el colchón, como si fuera una alfombra, nos ayudará a eliminar todo el polvo y suciedad que pueda estar en las costuras, donde suele acumularse más polvo e, incluso, piel muerta.
- Prestar atención a las manchas: las manchas de sangre, de sudor, de orina, etc., requieren más dedicación. Para ello, primero aplicaremos un poco de jabón con un paño limpio (podemos usar también el limpiador para tapicerías), dejaremos secar y aplicaremos agua fría con otro trapo. Repetiremos este proceso hasta que se elimine la mancha. La idea es no empapar en exceso el colchón ni aplicar directamente el jabón sobre el colchón para no dañarlo. Esto es especialmente importante para los colchones de espuma viscoelástica, ya que esta no está diseñada para mojarse.
- Aplicar bicarbonato de sodio: cuando esté la zona seca, aplicar un poco de bicarbonato de sodio, en todo el colchón, y dejarlo durante varias horas. De esta manera se absorbe la humedad y se neutraliza el olor. Tras unas ocho horas, volvemos a aspirar para retirar el bicarbonato de la superficie.
El último paso es girar el colchón y repetir todo el proceso. Aunque visiblemente la parte de debajo no esté igual de sucia, sí puede albergar la misma cantidad de polvo y humedad. ¿Cada cuánto debo hacerlo? Los expertos aconsejan limpiarlo una vez cada seis meses, excepto si se mancha antes. En este caso es importante eliminar la mancha antes de que esta se asiente.
Proteger el colchón, clave para mantenerlo mejor
Para evitar que la suciedad se acumule en el colchón es muy importante lavar con regularidad la ropa de cama y los protectores. Con hacerlo una vez por semana debería ser suficiente. El protector de colchón se coloca entre este y las sábanas; de esta manera, lo protegemos de cualquier derrame o daño porque pueden ser impermeables o antialérgicos en caso de pieles sensibles. Mantener en condiciones óptimas un colchón empieza protegiéndolo de manera adecuada.
También es aconsejable, para una mayor durabilidad del colchón, girarlo de vez en cuando, es decir, la parte de la cabeza pasará a los pies (no todos los colchones pueden darse la vuelta, como los acolchados de espuma). Girar el colchón tiene doble beneficio: por un lado evita que la suciedad se acumule en un solo lugar y, por otro lado, contribuye a evitar la flacidez.
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