Recoger y limpiar la casa un poco: desde pasar la aspiradora, quitar el polvo, quitar la ropa de en medio o lavar los platos. Es algo que solemos hacer todos los días y que nos lleva a pensar que nuestro hogar está impoluto. Y es que, cuando pensamos en lugares con gérmenes, esos diminutos organismos que no vemos pero que están y que pueden acumularse fácilmente en cualquier lugar, nos vienen a la cabeza algunas zonas obvias como el baño y la cocina. Pero, en realidad, no son de los más sucios porque, entre otras cosas, solemos lavarlos con frecuencia. Sin embargo, hay objetos y zonas a las que no les prestamos la atención necesaria y que no solemos limpiar con regularidad pero pueden albergar gérmenes.
Si creemos que nuestro hogar es un refugio contra las bacterias, estamos equivocados. Al menos así lo señala este estudio publicado en Science, que dice que cada habitación de nuestra casa está repleta de bacterias. Cada uno de nosotros estamos expuestos a 60.000 tipos de gérmenes cada día y, aunque su presencia no tiene por qué ser dañina y la mayoría de ellos no tienen ningún impacto en nuestra salud, algunos pueden permanecer en los lugares más insospechados y ser molestos e incómodos.
Las zonas y objetos que solemos pasar por alto al limpiar (y albergan gérmenes)
El baño, las encimeras o el suelo son los lugares preferidos de las tareas de limpieza más comunes. No lo son, en cambio, otras zonas. Como las que menciona este estudio realizado por NSF International, según el cual los objetos del hogar con el mayor recuento de gérmenes y que a menudo solemos pasar por alto son:
1.Esponjas y trapos para platos: los usamos para limpiar el fregadero, las encimeras o las tablas de cortar, pero son de los objetos más sucios. En esta investigación detectaron más de 360 especies distintas de bacterias en las esponjas de cocina: en solo un centímetro cúbico de espacio vivían 82.000 millones de bacterias.
El estudio del NSF International también nos dice que más del 75% de las esponjas y trapos de cocina albergan bacterias como las coliformes. Hablamos de objetos de mucho contacto que se reutilizan y retienen humedad, factores que hacen que se conviertan en un caldo de cultivo ideal para las bacterias.
La solución que dan los expertos de los Servicios de Investigación Agrícola (Estados Unidos) es ponerlos en el microondas durante un minuto, una acción que mata casi el 100% de las bacterias, levaduras y moho. Otra estrategia pasaría por reemplazar los estropajos al menos una vez por semana.
2. Superficies y objetos de alto contacto: hablamos de los interruptores de la luz, los pomos y los manillares de las puertas y los mandos de la televisión. Los tocamos cada día varias veces con nuestras manos y, si no somos muy diligentes con el lavado de manos, vamos a pasar los gérmenes de un lugar a otro con facilidad. Para evitarlo, es importante frotarlos con frecuencia con un paño de microfibra húmedo y un limpiador multiusos de vez en cuando.
3.Vaso de cepillos de dientes: aunque el baño no es una de las zonas que olvidemos limpiar, ¿hemos mirado de cerca todo lo que hay dentro del vaso de los cepillos de dientes? No hace falta recordar que un cepillo de dientes contiene numerosos gérmenes, que no sería un problema si lo enjuagamos bien después de cada uso y lo sustituimos cada cierto tiempo. Pero no hacemos lo mismo con el vaso donde lo guardamos, que puede albergar bacterias coliformes, una familia de microorganismos que causa enfermedades y que incluye E. coli y Salmonella.
4.Bol de comida para mascotas: tener mascotas en casa nos expone a más gérmenes y alérgenos. Los perros, de forma especial, ponen sus hocicos por todas partes, por lo que no es de extrañar que los platos de su comida y sus juguetes sean uno de los lugares más contaminados del hogar. Para evitarlo, debemos lavar cada día sus platos en el lavavajillas o frotarlos con agua caliente y jabón.
5. Zócalos: solemos pasar la aspiradora y fregar el suelo con regularidad, pero ¿qué ocurre con el zócalo? Esta zona está llena de pequeños rincones que son perfectos para que se acumule el polvo. Por tanto, es importante también que pasemos la aspiradora por todos los rincones, así como un paño húmedo junto con algún producto de limpieza.
6. Cortinas de baño: los microbios son unos grandes amantes de la humedad, por tanto, se reproducen como la pólvora en las cortinas de ducha, que suelen permanecer húmedas durante mucho tiempo. De hecho, algunos estudios han llegado a detectar 60 veces más bacterias en las cortinas de la ducha que en el inodoro. Por tanto, a la hora de limpiar el baño no debemos olvidarnos de las cortinas, que podemos poner en la lavadora si la etiqueta así lo indica. Mantener la cortina cerrada también creará menos rincones húmedos en los que los gérmenes puedan prosperar.
7. Cabezales de la ducha: continuamos en el baño, esta vez con los cabezales de la ducha, que pueden albergar especies de micobacterias no tuberculosas como Mycobacterium abscessus y M. avium complex, que forman biopelículas. Aunque suelen ser inofensivas, estas especies pueden provocar enfermedades pulmonares en personas inmunodeprimidas.
8.Felpudos de bienvenida: los encontramos fuera del hogar, pero se trata de una de las zonas más sucias. De acuerdo con un estudio publicado en Anaerobe, las suelas de los zapatos albergan más Clostridium difficile, una bacteria que provoca diarrea, fiebre y dolor de estómago, que el inodoro. Cada vez que los pisamos, las bacterias se plantan en las suelas de los zapatos y los introducimos en casa si no nos descalzamos antes.
Limpiar y desinfectar para eliminar gérmenes
Aunque ya hemos ido dando pistas sobre cómo podemos limpiar algunas de las zonas que pueden albergar más gérmenes, es importante que sepamos diferenciar entre limpiar y desinfectar. Cuando limpiamos, eliminamos físicamente los gérmenes, la suciedad y los residuos que hayan podido quedar en una superficie. Cuando desinfectamos, en cambio, matamos la mayoría de los microbios y, para ello, necesitamos usar soluciones como la lejía.
Cuando se trata de nuestro hogar, tendremos que limpiar y desinfectar. El agua y el jabón eliminan la suciedad, la lejía es un desinfectante eficaz si la usamos después de usar agua con jabón.