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Es posible que muchos de nosotros recordemos los tiempos heroicos en los que había que dejar que las baterías de los ordenadores se descargasen completamente para luego poder volver a cargarlas al máximo de su capacidad, con el fin de que no “perdiesen memoria” y por tanto cada vez durasen menos. Afortunadamente ya hace más de una década que se impusieron las baterías de iones de litio, que solucionaban el problema de “la memoria” y permitían tantas cargas como deseáramos y cuando deseáramos.
Sin embargo, esta tecnología de almacenamiento de energía basada en una reacción química reversible de una sal de litio, que genera acumulación de electrones entre un polo negativo y otro positivo, para que luego circulen por los diversos circuitos haciendo funcionar el móvil, tiene un pequeño inconveniente. Los componentes tienden a degenerar con el tiempo y la vida útil de la batería es por tanto limitada.
Se mide la misma en ciclos de carga porque una de las cosas que desgasta el sistema es precisamente estas reacciones donde se mueven electrones, ya que a cada ciclo se vuelven menos reversibles y por tanto pierden capacidad de acumularlos, es decir capacidad de cargar energía que dar al uso del móvil. Este inconveniente, además, es especialmente sensible a la temperatura, de modo que a mayor temperatura menos reversible se vuelve la reacción que hace circular los electrones al polo de carga.
Así es: el calor es el principal y casi único enemigo de la vida de las baterías, al menos de que la que tiene prevista el fabricante no se acorte excesivamente. Si somos de los que vemos que nuestro teléfono cada vez aguanta menos cargado, que experimenta “saltos de carga” de más a menos de golpe, o que tras apagarlo y encenderlo de nuevo da valores mayores, debemos saber que tenemos la batería enferma, con la capacidad de carga muy mermada.
No debemos asustarnos, no hace falta que tiremos el teléfono ni compremos otro nuevo; afortunadamente hoy en día la mayoría de fabricantes, Apple incluido, permiten el cambio de batería. Se trata de algo que le dará nueva vida al teléfono y renovada fluidez en la ejecución de sus funciones, pues cuando la batería “enferma”, el sistema operativo se ralentiza expresamente para garantizar la máxima autonomía del aparato. Por ende, el precio de cambio no suele ser muy alto.
De todos modos, una vez reparada la batería, o por si acaso no queremos que en nuestro nuevo móvil nos suceda, debemos atender a las siguientes diez acciones o hábitos que, a la par son muy comunes, son las principales responsables de la pérdida anticipada de capacidad de las baterías de móvil.
1. Usar fundas gruesas
En efecto, si eres de los o las que emplea fundas gruesas y aparatosas de goma o bien de piel y con tapa, como si en lugar del smartphone guardaras un diario personal, debes saber que tendrás el móvil muy calentito, fashion, protegido y a gusto, pero la batería, en lugar de estar refrigerándose estará recibiendo el calor del teléfono y acortando sus ciclos. Mejor usar las fundas aconsejadas por el fabricante, se suelen ser delgadas, austeras y permiten la correcta pérdida de calor.
2. Dejar el smartphone al sol
Un clásico veraniego es llevar el móvil a la playa o la piscina, una medida nefasta que acorta la vida de la batería a marchas forzadas. Pero también lo es dejarlo en el salpicadero del coche recibiendo todo el sol. En verano el móvil debe estar lo más cerca del aire acondicionado posible.
3. Llevar el teléfono pegado al cuerpo
Otro acto que mata la batería es llevar el móvil en los bolsillos del pantalón o en la pechera, pegado a nuestro cuerpo, que está a más de 35ºC, cuando la batería de los móviles se aleja de su óptimo si supera los 32ºC. Mejor un bolso o los bolsillos de la chaqueta o la americana, alejados del calor corporal.
4. Colocar el móvil en sitios que se calienten mucho
En la misma línea, es un error dejar el teléfono cerca de radiadores, hogares u otras fuentes de calor, pero también en la guantera del coche en verano, por ejemplo. Busquemos siempre los sitios más frescos.
5. Permitir que la batería baje por debajo del 30%
En otro orden de cosas, cuanto más baja está la carga de la batería, más dificultad tiene en el momento de la carga para arrancar el retorno de los electrones y mayor calor se generará en el proceso, que afectará a la batería. Porque la carga es un proceso donde se genera calor, y de hecho es el motivo de que se limite la vida de una batería a un número limitado de ciclos. El fabricante en realidad, cuando nos dice que la batería está al 0% “nos está engañando”.
Tranquilos, lo hace por nuestro bien, y de facto es el sistema el que apaga el teléfono en ese momento para evitar que la carga caiga más, ya que una descarga completa es muy perniciosa para la batería. Digamos que el fabricante fija un umbral de seguridad, pero en realidad queda batería, entre otras cosas para el arranque del sistema. Lo más aconsejado es cargar la batería cuando se acerca al 30%, de modo que nunca bajemos de ese porcentaje.
6. Dejar el móvil cargando toda la noche
No es un acto que merme mucho la capacidad -realmente la pérdida es casi imperceptible-, pero tampoco ayuda a mantener la batería en sus máximos. Los problema de este acto son dos. El primero es que un móvil cargado al 100% afecta a la batería; el segundo que esta se irá descargando algo, con lo que precisará recargarse de nuevo. Si nos acordamos, mejor cargamos el móvil antes de acostarnos y lo desconectamos de la alimentación.
7. Usar el móvil mientras lo estamos cargando
Cuando el móvil está conectado a la red eléctrica se cierra un circuito de carga por el que los electrones pasan de esta a la batería, cargándola. Cuando usamos el móvil, por otro lado, los electrones pasan por los circuitos para regresar al polo positivo, realizando un proceso de descarga de la batería. Cuando usamos el móvil mientras se está cargando, simultaneamos ambos procesos, con lo cual forzamos a la batería en un ciclo abierto que la calentará y le hará perder eficacia. Si lo hacemos, al menos procuremos no trabajar con aplicaciones que consuman muchos recursos.
8. Cargar el móvil al 100%
Otra costumbre no recomendable, que aunque no es de las más lamentables, tampoco ayuda a mantener al máximo la vida útil de la batería, ya que una carga alta genera inestabilidad en la batería y produce calor. De nuevo aquí los fabricantes “nos engañan”, por nuestro bien, y nos dan un valor de carga total ficticio, entre el 1% y el 5% menor al 100%. El motivo es evitar la carga completa total. Mejor si cargamos el móvil con más frecuencia pero hasta valores no superiores al 80%.
9. Usar sistemas de carga rápida
Algunos fabricantes asiáticos ofrecen cargadores de cargas rápidas para situaciones de emergencia. Abusar de ellos es una mala idea porque perjudican seriamente a la batería al general excesivo calor. Mejor evitarlos.
10. Usar sistemas de carga inalámbrica
Otro sistema que debe limitarse a cargadores oficiales del fabricante, que tengan sistemas de ventilación eficaces, ya que la carga magnética genera mucho calor, además de hacerlo directamente donde más duele, que es en la batería. Esta es la razón por la que no se han impuesto estos sistemas en el mercado de forma mayoritaria.
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