Púrpura intenso, un vivo magenta, anaranjado, rojo, rosado y blanco. Son las distintas tonalidades que nos brindan las flores de las buganvillas, una explosión de color que inunda fachadas, jardines y balcones en los meses calurosos del verano tanto en las regiones de clima mediterráneo como atlántico.
Las buganvillas, al contrario de lo que pudiera parecer, son unas plantas muy resistentes y con pocos requerimientos para salir adelante. En general, la regla de oro es que necesitan mucha luz solar, un amplio espacio para desarrollarse y poco riego.
Estas plantas arbustivas son originarias de Brasil, desde donde se han extendido al resto del mundo, convirtiéndose en una de las trepadoras más populares. Precisamente esta característica –que la variedad sea trepadora o tipo arbusto– es lo que determina tanto el color de sus flores como el tamaño tanto de estas y de sus hojas. Mientras que la trepadora es una de las favoritas para fachadas o balcones, el arbusto de buganvilla es perfecto para cubrir grandes extensiones de muros, paredes o las vallas de un terreno.
La buganvilla o Bougainvillea recibió su nombre en honor al explorador, militar y navegante francés Louis Antoine de Bougainville, responsable de la introducción de esta planta brasileña –y por tanto originaria de un clima tropical- a Europa.
Una curiosidad que quizás no conozcas es que en realidad las flores de colores que hacen tan característica a la buganvilla en realidad no son tales, sino que son las brácteas que protegen a la verdadera flor, muy pequeña y blanca.
A pesar de ser una planta muy resistente, sí que hay una serie de consejos que podemos poner en práctica para conservar sus bellas flores también en invierno, manteniendo toda su belleza y colorido:
- Uno de los principales enemigos de la buganvilla son los descensos bruscos de temperatura –hemos contado que tiene su origen en un país de clima tropical–. Si vivimos en una zona de clima templado, no hay ningún problema en plantar nuestras buganvillas en el exterior, y es muy probable incluso que no pierda sus flores con el fin del verano y los meses cálidos.
- Pero si por el contrario nos encontramos en una zona donde los inviernos son más fríos, con temperaturas por debajo de los 3ºC, lo más oportuno para conservar nuestras buganvillas será haberlas plantado en macetas y guarecerlas de las heladas del invierno.
- En caso de que no lo hayamos tenido en cuenta y las hayamos sembrado o plantado directamente en el suelo, otra opción a tener en cuenta es cubrirlas con una malla térmica de jardinería. Lo mismo sucederá con otras plantas o árboles de clima tropical, como plataneras o cocoteros.
Mucha luz, espacios amplios y poco riego
Antes de plantar nuestras buganvillas es muy importante que estudiemos bien todas estas cuestiones. El lugar donde las plantemos es vital para su correcto desarrollo y supervivencia a lo largo de los años. A pesar de ser unas plantas resistentes una vez se han adaptado a su entorno, también es cierto que sus raíces son bastante delicadas y no admiten bien los trasplantes.
- Como hemos contado antes, estas trepadoras necesitan un lugar con mucha luz, mucho espacio para crecer –lo hacen muy rápidamente y pueden alcanzar hasta los 8 metros– y poco riego.
- En verano las regaremos una vez a la semana para hidratar bien sus raíces. Aumentaremos la frecuencia a un par de veces cada siete días si está plantada en una maceta. Aunque si vives en una región muy calurosa, con altas temperaturas, sí que es recomendable regarlas al menos cada tres días. En invierno, con el agua de la lluvia será suficiente.
- Recién plantadas sí que requieren riegos algo más frecuentes para mantener el suelo siempre húmedo. La mejor época del año para plantarlas es la primavera.
- A la hora de regarlas es preferible no mojar ni hojas ni flores para evitar plagas como las de la cochinilla, común en estas plantas. Si ya se ha infectado, te recomendamos eliminarlas con un trapo si son pequeñas. Si el caso es más grave tendrás que utilizar un insecticida específico.
- Otro aspecto a tener en cuenta es que no quieren suelos que sean muy ricos en nutrientes, tampoco toleran bien el abono en exceso.
- Es importante también que sepas que de vez en cuando hay que proceder a podar tu buganvilla, para eliminar las ramas secas y que no le roben energía al resto de la planta y para guiarla (puedes usar tutores para plantas). Una celosía o enrejado pueden ser útiles para dirigir sus ramas hacia donde nos interese.
Propiedades medicinales
Las buganvillas, como muchas otras plantas que podemos encontrar en huertos y jardines, tienen propiedades medicinales. Son útiles para tratar afecciones respiratorias como el asma, la tos, la bronquitis e incluso gripes. Pueden ser beneficiosas también para algunas infecciones cutáneas, ya que tienen propiedades antisépticas, lo que las hace aptas para tratar el acné y las descamaciones de la piel, además de para desinfectar algunas heridas.
Si viajamos a otras partes del mundo, quizás no te entiendan si preguntas por una “buganvilla”. Otras formas de denominar a esta exuberante trepadora son apelillo (en Perú), napoleón (en Honduras, Costa Rica y Panamá), trinitaria (en Cuba, Panamá, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela y Colombia) o veranera (El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Costa Rica, Panamá y Colombia).