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La planta serpiente se ha ganado su reputación de “casi inmortal” con razón: tolera lo que otras plantas de interior no toleran, sobre todo, la falta de luz; y lo hace de forma estoica. Además, solo exige una precaución para no matarla: que no nos pasemos al regarla.
Esta dureza ha convertido a la planta serpiente, conocida como sansevieria, en toda una influencer vegetal, en una “planta it” del momento. Pero, mientras que la más popular de la familia es la especie Sansevieria trifasciata, vertical y de hojas planas, también apodada planta de lengua de tigre o de suegra, existen variedades más interesantes, e igual de fáciles de cuidar.
Entre ellas, la intrigante S. cylindrica, con hojas gruesas en forma de tallos puntiagudos, y que produce (ocasionalmente) unas bonitas flores blancas que llenan el salón de un aroma similar al jazmín. Tratémosla bien y tendremos una amiga vegetal de por vida que, además, resulta muy poco exigente. No es complicado: aquí van los cuatro pasos más importantes para tenerla siempre bonita.
1. Coloca tu planta serpiente en la maceta correcta
Para hacer feliz a una planta serpiente, lo primero es escoger una maceta adecuada. La sansevieria no tolera que sus raíces estén encharcadas, por lo que resulta clave optar por un recipiente con buen drenaje. Al fin y al cabo es casi lo único que nos pide.
Si preferimos una maceta más ornamental que nos ayude a embellecer el espacio, conviene colocar la planta serpiente en un recipiente de plástico con agujeros de drenaje y, después, meterlo dentro del receptáculo que más nos guste.
Con la precaución de sacar la maceta de plástico para regar, dejar que drene bien y pierda todo el exceso de agua antes de volver a colocarlo en su receptáculo decorativo, por ejemplo, una cesta. También podemos hacer macetas muy bonitas con objetos que nos sobran por casa, como una lata de aluminio o un colador de la pasta.
Otra precaución: el tamaño de la maceta importa. Aunque la planta serpiente se adapta a todo tipo de condiciones, S. cylindrica y sus compañeras de familia agradecen crecer en macetas algo pequeñas, que aprieten ligeramente sus raíces.
2. Coloca tu planta serpiente en luz indirecta (si puedes)
Mientras que la planta serpiente prefiere vivir en una zona con luz indirecta, por ejemplo, cerca de una ventana que mire al sur o al este, sobrevive en casi cualquier condición lumínica, incluso en zonas con poca luz. ¡Y esto es lo que la convierte en una planta tan genial! [Hace un tiempo hablamos de otras seis plantas estupendas para un rincón oscuro.]
Ahora bien, intentemos no colocarla donde reciba luz directa y fuerte porque podríamos matar a esta planta casi indestructible, y, con el tiempo, se secará. Es más: una radicación solar intensa puede quemar sus bonitas hojas.
Tampoco resulta buena idea que coloquemos a la planta serpiente demasiado lejos de una ventana. Si lo hacemos, sus hojas comenzarán a inclinarse en busca de los preciados rayos de sol, y nuestra escultural planta serpiente perderá su forma compacta y su bonita forma de estrella de mar.
3. No te pases con la regadera
Ya lo hemos dicho: si la planta serpiente tiene un punto débil este es que no tolera bien el exceso de agua. Por ello, conviene practicar el autocontrol antes de coger la regadera, y limitarnos a riegos esporádicos, cada semana o dos semanas; aunque en invierno podemos esperar un poco más, incluso meses, entre riego y riesgo.
Puesto que cada casa es distinta, y las condiciones pueden variar, en caso de duda, comprobemos que la tierra de nuestra maceta está completamente seca antes de volver a mojarla. Para ello, funciona bastante bien el truco del dedo: meterlo hasta la segunda falange dentro de la tierra para comprobar si, a esa profundidad, queda o no humedad.
Ojo: las hojas de nuestra planta serpiente deberían verse regordetas y firmes; si empiezan arrugarse o a marchitarse, suele ser señal de que nuestra compañera vegetal de piso necesita tomar un trago (de agua) cada menos tiempo.
4. Alimenta tu planta serpiente con moderación
Puesto que no le gusta la tierra encharcada, podemos colocar a nuestra planta serpiente en un sustrato para cactus y suculentas, que están preparados para drenar mejor. Y, si queremos fertilizarla, basta con hacerlo una vez al mes, y siempre con la mitad de la recomendación del paquete, ya que la sansevieria prefiere comer con moderación.
Más fácil todavía: los fertilizantes sólidos o granulados simplifican este paso, ya que se incorporan poco a poco a la tierra, y basta con que nos acordemos de aplicarlos al principio de primavera y, de nuevo, a finales de verano.
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