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Cuánto aguanta una botella con agua del grifo en la nevera

Foto: Wikimedia Commons

Marta Chavarrías

Toño, socio y lector de eldiario.es, nos escribe el siguiente texto en un correo electrónico: “os cuento un tema que me ronda estos días: tengo en la nevera un par de botellas de agua del grifo. Yo no suelo beber el agua muy fría, pero la tengo para las visitas, porque hay personas a las que les gusta el agua muy muy fría. Mi pregunta es: ¿cuánto tiempo se puede almacenar el agua del grifo en botellas de cristal en la nevera? Dicho de otra manera: ¿el agua en botella de cristal rellenada del grifo... 'se pone mala'?”

Hay que tener cuidado con la conservación de alimentos líquidos, en este caso de agua. La conservación del agua, aunque sea en la nevera, no es eterna. Si bien el frío ralentiza la actividad de los microorganismos, esto no significa que los elimine. Además, algunos patógenos son capaces de multiplicarse a temperaturas de refrigeración. Es el caso de Aeromonas hydrophila, que suele crecer en alimentos como el pescado, el marisco y el agua. El tiempo durante el cual puede almacenarse el agua de manera segura en la nevera depende de factores como el origen del agua (grifo o embotellada) y el tipo de material en el que se conserva.

¿Del grifo dura menos?

A principios de 2018, la Comisión Europea presentaba propuestas para incentivar el consumo de agua del grifo por encima de la embotellada. Con un claro objetivo medioambiental, la medida también va acompañada de la aprobación de nuevos controles para detectar y controlar ciertas sustancias. Cuando hablamos de agua del grifo, debe diferenciarse entre calidad y sabor, ya que suele a asociarse el agua del grifo como de menor calidad que la embotellada. Pero no hay problema siempre que haya seguido las normas y se hayan aplicado las condiciones que establecen las autoridades sanitarias respecto a la estabilidad biológica de la red de distribución.

El agua del grifo puede proceder de ríos, lagos o acuíferos, lo que hace que tenga una composición muy variable. Esto requiere la aplicación de técnicas de tratamiento concretas. Pero, ¿y el almacenamiento en casa? Es recomendable consumir el agua a lo largo del día, en un plazo de 24 horas para evitar cualquier tipo de contaminación. Debe tenerse en cuenta que el agua del grifo se trata con cloro para evitar el crecimiento de bacterias. En España, la cloración del agua se somete a regulaciones muy estrictas que tienen como objetivo garantizar que no suponen ningún riesgo.

Por tanto, una de las desventajas es que el agua puede tener un gusto a lejía poco agradable. El cloro es volátil y se disipa rápidamente en el aire, por lo que si dejamos reposar el agua durante unos minutos este se evaporará. Lo ideal es llenar una botella de agua por la mañana y dejarla en reposo en la nevera antes de beber.

¿Puedo dejarla a temperatura ambiente?

La temperatura es un factor determinante en la conservación del agua del grifo. Segúnexpertos de la Universidad de Carolina del Sur, con el agua del grifo ocurre como con la cerveza: cuanto más tiempo ha estado la cerveza fuera de la nevera, mayor es su acidez. El agua del grifo se transporta a través de tuberías subterráneas, donde en la mayoría de los casos la temperatura es más fría. A medida que el agua alcanza la temperatura ambiente, su aroma se refuerza; es decir, cuanto más caliente está el agua, más rápido se mueven las moléculas y más fuerte es el aroma.

¿Debo tapar la botella?

Sí, es preferible hacerlo porque el agua es un medio que favorece la multiplicación bacteriana y si no tapamos el envase se favorece la exposición a posibles bacterias, sobre todo si tenemos en cuenta que el cloro se evapora al cabo de un rato y hace al agua más vulnerable. Se trata de una cuestión de higiene que es mejor tener en cuenta, incluso si después se hierva. Si hacemos la prueba y dejamos una botella abierta, o simplemente un vaso de agua durante toda la noche, comprobaremos que el agua adopta un sabor como metálico.

Pero el agua no contiene ni azúcares, ni grasas o proteínas que ayuden a hacerla rancia. Lo que ocurre es que, en contacto con el aire, puede absorber CO2, y una pequeña parte de este se convierte en ácido carbónico, que forma carbonatos y bicarbonato. Esto hace el agua más ácida. ¿Significa esto que esta agua deja de ser segura para la salud? No, simplemente se ha modificado el sabor.

Botella de plástico, vidrio o jarra

El vidrio, a diferencia del plástico, es impenetrable para los olores. Así que hay una mayor probabilidad de que el agua de una botella de vidrio tenga más buen sabor, siempre y cuando se mantenga bien limpia, se lave de manera periódica y se tape bien. El plástico puede contener elementos químicos que acaban pasando al agua al cabo de un tiempo, aunque se trata de pequeñas cantidades que no son perjudiciales para la salud si no pasa mucho tiempo.

El agua que se almacena en una jarra y que se bebe diariamente debe cambiarse de forma periódica y la jarra debe limpiarse al menos una vez a la semana. Si dejamos una jarra de agua del grifo en la nevera seguramente no mantendrá el sabor original porque no está bien aislada.

¿Puedo beber directamente de la botella?

Muchas veces solemos abrir la nevera, cogemos la botella, sacamos el tapón y bebemos directamente. Este gesto no debería preocuparnos en exceso, porque son nuestros propios gérmenes de la boca los que transferimos a la botella; otra cosa es que la compartamos con otras personas, ahí sí sería mejor no hacerlo. Desde el punto de vista microbiológico, hay más riesgo en las manos que en la boca porque en muchos casos estarán contaminadas con bacterias como E. coli. Por tanto, como siempre, una adecuado lavado de manos nos ayudará a prevenir problemas.

La respuesta a Toño

Cuando Toño nos pregunta si el agua en botella de cristal rellenada del grifo... “se pone mala”, hay que responderle que depende de las condiciones en las que haya rellenado la botella. Si lo ha hecho directamente desde el grifo en botella de vidrio o plástico y con tapón, aunque tendrá peor sabor, la podrá conservar durante bastante tiempo, semanas o meses incluso si no la abre. Pero una vez que la abra para servirla a sus visitas, será mejor que la rellene de nuevo o la consuma en el plazo de 24 horas.

Si en cambio la ha almacenado en una jarra y ha dejado que el cloro se evapore a temperatura ambiente, el sabor será mejor pero el riesgo de crecimiento microbiano aumentará. Lo recomendable es que a temperatura de nevera, si no ha habido la correcta higiene, podamos almacenarla unos días, incluso una semana con seguridad total, pero a partir de este plazo perderemos las garantías. La probabilidad de que se ponga realmente mala, de todos modos y si se han cumplido con los mínimos requisitos de higiene, es muy baja. Pero en este caso existe.

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