Amoaxofobia: seis estrategias para curar el miedo a conducir
Bloqueo frente al volante, sudor en las manos, nervios, taquicardia o incapacidad para salir a circular son algunas de las sensaciones que experimentan las personas que tienen miedo a conducir. O, lo que es lo mismo, que sufren lo que se conoce como amaxofobia, un término detrás del cual se esconde una verdadera aprensión a conducir.
Este problema afecta a más del 30% de los conductores españoles, según un estudio del Instituto MAPFRE de Seguridad Vial. Como cualquier fobia, el temor a conducir es injustificado porque las situaciones no son peligrosas en sí mismas. El tráfico, por ejemplo, se vive como una amenaza.
Las personas con amaxofobia temen sobre todo conducir por autovía o autopista (en un 35%), por ciudad (14%) y por vías desconocidas (14%). Las condiciones climatológicas también condicionan este miedo, porque al 50% le temen conducir con lluvia y nieve y un 27% acompañado con niños, según el Estudio sobre Ansiedad en la Conducción de la Fundación del Comisariado Europeo del Automóvil (CEA).
La intensa sensación de falta de control produce un fuerte impacto emocional y un temor a que la crisis de ansiedad mientras se conduce aparezca. Los síntomas suelen aparecer de manera automática e incontrolada, tanto en hombres como en mujeres.
Causas del miedo sobre ruedas
En la mayoría de los casos, el miedo, más que en la conducción, está relacionado con el riesgo. Las personas con esta fobia deben entender que son víctimas de un miedo irracional. Existen varias causas que pueden provocar miedo a conducir.
- Haber tenido experiencias negativas pasadas: el miedo a conducir es particularmente común después de haber sufrido un accidente automovilístico, tanto propio como ajeno. Según un estudio, entre el 25% y el 33% de las personas involucradas en un accidente que acabó en el hospital experimentaron un miedo relacionado con conducir después. Aunque los accidentes automovilísticos son las causas más comunes, hay otras. Conducir a través de una fuerte tormenta, perderse y quedarse atrapado en el tráfico durante mucho tiempo, etc. Los pensamientos y miedos repetitivos pueden hacer que la persona evite conducir, lo que empeora la ansiedad. Incluso ser testigo de un accidente.
- No tener suficiente práctica frente al volante: es habitual que durante los primeros años de sacarse el carnet la mayoría de los conductores sientan cierto estrés al ponerse frente al volante. Una situación normal que una minoría no supera y lo convierte en ansiedad.
- Influencia de la genética: se cree que la herencia, la genética y la química cerebral se combinan con las experiencias de la vida para desempeñar un papel en el desarrollo de las fobias, y la del miedo a conducir no es una excepción.
Seis actitudes para superar el miedo a conducir
El primer paso para evitar tener el carné de conducir en un cajón y el coche en el garaje es reconocer la existencia de este problema. Después, puedes enfrentarte a este miedo irracional con estos consejos que ofrece el Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC):
- No dejes de conducir: cuanto más tardes en coger el coche por miedo, más aumentará tu inseguridad. Inventar mil excusas para no conducir y evitar subir al coche solo intensificará y mantendrá la ansiedad. No hace falta que hagas trayectos largos. La conducción debe hacer de forma progresiva y mediante pequeños retos. Puedes mantener la práctica con viajes cortos y que te conozcas para que no pierdas confianza en ti mismo. Si hace mucho que conduces, puedes pedir a una autoescuela que te ayude con alguna clase práctica para refrescarte cómo se hacen algunas maniobras.
- Elige bien el acompañante: si te pones nervioso al conducir solo, pídele a un familiar o amigo que te acompañe. Además de servir como apoyo emocional, podrán ayudarte a vigilar el tráfico o en la navegación. Puedes elegir un conductor experimentado y de carácter tranquilo que no te ponga nervioso.
- No te automediques: los medicamentos no curan las fobias, en el mejor de los casos solo suprimen de forma temporal los síntomas. Además, los medicamentos pueden tener efectos secundarios que pueden afectar a la conducción.
- Cursos de perfeccionamiento: la clave para eliminar la ansiedad al conducir está en desarrollar la confianza en entornos controlados. Los cursos de conducción segura y de perfeccionamiento de la conducción son excelentes para conseguirlo porque permiten desarrollar las habilidades al volante de manera segura y lejos del tráfico con un profesional capacitado. Te enseñan a hacer frente a situaciones de emergencia, como una frenada a fondo o un golpe de volante brusco.
- Pide ayuda: si, aún así, no consigues vencer el miedo a conducir, pide ayuda psicológica. Una terapia con psicológicos te hará enfrentar a tus miedos y a las situaciones de tráfico que te provocan temor (conducción nocturna, con lluvia, con mucho tráfico, etc.). Una terapia cognitivo-conductual atiende los síntomas producidos por la ansiedad y ofrece un plan de trabajo acorde al origen de la patología. El objetivo es analizar y detectar los pensamientos catastrofistas, controlar la ansiedad y enfrentarte a las situaciones de miedo.
- Utiliza la realidad virtual: este tratamiento, por el que apuesta la Dirección General de Tráfico (DGT), consiste en recrear, a través de unas gafas de realidad virtual, simulaciones 360º con escenarios y situaciones que producen el miedo con el acompañamiento del psicólogo. El último paso es la exposición real paulatina.
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