Cómo cuidar de nuestros ojos durante la cuarentena
Leer, escribir, dibujar, mirar la televisión, teletrabajar, dedicar tiempo a los juegos de mesa, hacer manualidades, consultar más el móvil, etc., son algunas de las actividades que más solemos hacer durante los días de confinamiento. Y son también acciones que ponen a prueba nuestros ojos, que han tenido que adaptarse a estas nuevas circunstancias. Porque la mejor luz para este tipo de actividades es la del sol. ¿Qué ocurre si no tenemos una buena entrada de luz natural? ¿Se resienten nuestros ojos? ¿Cómo podemos cuidarlos?
Primer problema: abuso de dispositivos digitales
Durante estos días de confinamiento muchas personas han aumentado de forma considerable el uso de dispositivos digitales como ordenadores, móviles y tabletas, lo que puede provocar en muchas personas lo que se denomina Síndrome Visual Informático (SVI). Se trata de una afección que aparece por el sobreesfuerzo de los ojos a causa del uso prolongado de pantallas electrónicas. Los principales efectos suelen ser:
- visión doble o borrosa
- fatiga
- sequedad ocular
- mareos
- ojos rojos
- dolor de cabeza
Se calcula que el 90% de las personas que pasan tres horas o más seguidas delante de un ordenador pueden desarrollar este síndrome. Para aminorarlo el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España (CNOO) aconseja descansar de cinco a diez minutos cada hora, parpadear con regularidad y cerrar los ojos o desviar la mirada de izquierda a derecha.
Esto nos ayudará a minimizar el impacto de la evaporación de la lágrima delante de las pantallas y a evitar la fatiga visual. También pueden usarse lubricantes oculares que mantienen el ojo húmedo. Si se puede, nos pasaremos a la lectura en papel porque nuestros ojos pueden reconocer más fácilmente a qué distancia está la tinta, algo que no ocurre con los píxeles de las pantallas.
Aplicaremos además la regla 20/20/20, es decir, descansar la mirada durante 20 segundos cada 20 minutos de trabajoo de cualquier otra actividad de horizonte visual corto (mirar el móvil o la tablet). En caso de que se pueda, procuraremos mirar a una distancia superior a los seis metros.
Para muchos el teletrabajo se ha convertido en estos días en algo habitual. Para evitar problemas con la vista frente al ordenador aplicaremos las siguientes medidas:
- Ajustar los colores del monitor (que sean claros y mates).
- Configurar los caracteres y el tamaño de la fuente para que sean legibles y no nos obliguen a forzar la vista.
- Trabajar con texto negro sobre fondo blanco.
- Limpiar bien la pantalla con un paño de polvo antiestático.
- Situar la pantalla a una distancia de entre 50-60 centímetros de la vista y la parte superior de esta debe quedar un poco por debajo de los ojos para que, al parpadear, se cubra todo el ojo.
- Es recomendable situar el monitor perpendicular a la ventana para evitar reflejos.
- Parpadear tan a menudo como sea posible mantendrá las superficies de los ojos bien lubricadas.
Segundo problema: abuso de la televisión
Además de las pantallas del ordenador, es importante evitar leer la pantalla del móvil en la oscuridad porque esto aumenta la irritación y la sequedad ocular. El menor tamaño de estos dispositivos obliga muchas veces a acercarlos en exceso a la vista, lo que aumenta la demanda de acomodación sobre el sistema visual para enfocar correctamente el texto. Es recomendable usar tablets de mayor tamaño si se hace un uso prolongado.
Tampoco es recomendable mirar la televisión totalmente a oscuras, algo de lo que estos días seguramente todos estaremos abusando. La distancia a la que debe estar depende del tamaño pero la norma general es que no esté a menos de dos metros. Es recomendable parpadear con frecuencia y apartar la vista de vez en cuando para reducir la fatiga visual.
En la mayoría de los casos, las consecuencias de mantener la vista en un objeto o una pantalla que se encuentra cerca supone un esfuerzo adicional que se traduce en falta de parpadeo. Como reconoce la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), trabajar frente a pantallas requiere una concentración y atención especiales e, inconscientemente, el número de parpadeos por minuto baja de forma considerable. Este descenso se traduce en sequedad de ojos, irritación y fatiga visual.
Tercer problema: iluminación inadecuada
En algunos casos, estar todo el día en casa también implica mayor escasez de luz natural. Por tanto, estamos más expuestos que antes a la luz artificial de nuestras casas. Una iluminación inadecuada en potencia y en enfoque también afecta a la salud de nuestros ojos. Según un estudio publicado en 2011 en American Journal of Public Health, aumentaron en un 12% las enfermedades oculares provocadas por la exposición a luces brillantes, frías y fluorescentes.
De acuerdo con la investigación, las bombillas fluorescentes blancas y frías y las luces halógenas (con una luz más blanca) pueden emitir más cantidad de radiaciones de luz ultravioleta que las bombillas antiguas y podrían causar un mayor daño en los ojos. Los problemas observados están relacionados con estos tipos de luz.
¿Y los sistemas LED? Esta fuente de luz blanca, cada vez más usada por su bajo consumo y alta eficiencia, ofrece una iluminación de alta intensidad y más proporción de luz azul, un tipo de luz que varios estudios han comprobado que puede dañar la retina, incluso a través de las exposiciones domésticas. Sin embargo, la Sociedad Española de Oftalmología reconoce que no hay evidencias científicas claras que demuestren que la luz azul, tanto si es de los ordenadores como los teléfonos como de otras fuentes como las lámparas LED, sea perjudicial.
La luz natural suele ser más “cómoda” para el ojo porque este se adapta mejor a los umbrales de contraste. La luz artificial, en cambio, puede iluminar de forma irregular y alterar colores y contrastes, algo que fatiga más la vista. Es recomendable durante estos días:
- Poner las mesas de trabajo y estudio al lado de la ventana, en habitaciones que tengan luz natural. La luz natural debe llegarnos de nuestro lado menos bueno, es decir, si somos diestros, es preferible que la luz nos venga de la izquierda, y al revés. De esta manera no nos taparemos a la hora de escribir, leer, dibujar, etc.
- Si no contamos con una buena entrada de luz natural, es recomendable optar por dos focos de luz: uno de luz ambiental y otro cerca del lugar donde realizamos la actividad (en el escritorio o al lado del sofá).
- Aumentar la exposición a la luz natural tanto como se pueda.
- Abrir persianas y cortinas para que entre más luz natural de fuera.
- Apagar las luces de casa cuando no sean necesarias.
- Para leer, situar la fuente de luz detrás de nosotros y enfocada en el libro.
- Evitar el deslumbramiento por observar directamente la bombilla indirectamente. Este último caso ocurre cuando vemos reflejada la luz en una superficie como una mesa, un cristal o un mueble. Para evitarlo, podemos usar recubrimientos mates y evitar fuertes contrastes de luz.
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