Diverticulitis: qué alimentos evitar para no sufrir esta dolorosa enfermedad

Diverticulitis

Marta Chavarrías

29 de abril de 2022 22:10 h

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La diverticulitis es una enfermedad digestiva en la se forman divertículos, pequeñas bolsas en el tracto digestivo que se inflaman o infectan. Muchas personas, sobre todo mayores de 40 años, pueden desarrollar esta especie de bolsas o sacos en el colon. Es lo que se denomina diverticulosis y no tiene porqué ser un problema.

Diverticulitis, una enfermedad muy ligada a la alimentación 

Una persona puede tener divertículos y no experimentar inflamación o infección: lo que se conoce. como diverticulosis. Muchas de las personas con diverticulosis no experimentarán problemas. Sin embargo, si lo hacen, se trata de diverticulitis, que ocurre cuando estos divertículos se inflaman, generando notable dolor y riesgo de septicemia.

Esto puede aparecer por un aumento de la presión en el colon por heces o gas, o por la presencia de pequeños restos de heces duras que quedan atascados dentro del divertículo. Aunque los síntomas dependen del grado de inflamación, los más comunes suelen ser:

  • dolor en la parte baja e izquierda del abdomen.
  • náuseas.
  • vómitos.
  • diarrea.
  • estreñimiento.
  • ciertos signos urinarios como quemazón al orinar.

Si no se trata a tiempo, la diverticulitis puede complicarse con la aparición de abscesos por acumulación de pus en los divertículos, la formación de una obstrucción intestinal o de una fístula entre los intestinos y la vejiga o una peritonitis (la ruptura de un divertículo que se derrama sobre la cavidad intestinal y que debe tratarse como una urgencia médica).

Una de las causas de este aumento de presión, que afecta en casi el 50% de los casos a mayores de 50 años, sobre todo mujeres, se atribuye a una dieta pobre en fibra y rica en carbohidratos refinados o de absorción rápida, según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD). 

Esto explicaría por qué se trata de una enfermedad con una incidencia más baja en países como Asia y África, donde la dieta tiende a ser más rica en fibra, que en los países occidentales.

Así, y según una investigación publicada en 2021, estos son elementos que se asocian con un aumento del riesgo de presentar diverticulitis:

Cómo ayuda la dieta en la prevención y tratamiento de la diverticulitis

En general, la diverticulitis es una enfermedad con un buen pronóstico que puede tratarse, en los casos más leves, con reposo, fármacos y cambio de hábitos. Los beneficios de la dieta se centran en reducir, o al menos no aumentar, la inflamación y mantener movimientos intestinales saludables. Las pautas más importantes tras un ataque son:

1. Seguir una dieta líquida al principio

Esta recomendación sería válida hasta que se recupera la normalidad intestinal y se puedan añadir alimentos sólidos,de forma gradual. Agua, zumos de fruta o caldo pueden ser algunas opciones de dieta líquida para la diverticulitis. 

Se aconseja un periodo de reposo intestinal durante un ataque agudo sin complicaciones con el objetivo de conseguir que la persona vuelva a sentirse cómoda. 

En este caso, lo más recomendable es seguir una dieta baja en fibra, hasta que desaparezcan los síntomas como dolor abdominal y la diarrea. Esta recomendación se sustenta solo en el caso de que el paciente lo necesite ya que, según una revisión de varios estudios, no se demuestra que el reposo intestinal sea necesario en todos los casos.

2. Llevar una dieta rica en fibra (30-35 gramos diarios)

La fibra ayuda a mantener las heces con una consistencia blanda, lo que permite disminuir la presión en el interior del colon.

Alimentos como frutas y verduras frescas y su piel (manzana, pera, berenjena, calabacín, etc.) y los granos integrales (trigo, centeno, espelta, etc.) ablandan los desechos y  ayudan a acelerar su movimiento a través del colon.

Esto alivia el dolor, la distensión abdominal, estreñimiento (considerado un factor de riesgo para la enfermedad diverticular) y, por tanto, evita que se obstruyan los divertículos por la presencia de heces compactas.

3. Ingerir mucho líquido

La fibra es un gran aliado en la prevención de diverticulitis porque actúa al absorber el agua y aumentar la cantidad de materia fecal suave (fibra soluble). Pero no actúa sola porque, si no tomamos el líquido necesario para reemplazar lo que se absorbe, la fibra puede producir justo lo contrario. 

4. Vitamina D

Se ha descrito que bajos niveles de esta vitamina pueden relacionarse con la aparición de diverticulitis, por lo que es recomendable seguir los niveles que tenemos. Además de la alimentación (pescado azul, huevos, carnes y lácteos), la exposición al sol es una de las principales fuentes de vitamina D.

Las pautas generales de una dieta para la diverticulitis deben empezar por prestar atención a cómo nos sentimos cuando comemos un determinado alimento. Podemos notar ciertas conexiones entre los síntomas intestinales y determinados alimentos, lo que nos ayudará a adaptar el plan de alimentación más adecuado para nosotros. 

La alimentación puede complementarse con otro hábito, como la realización de ejercicio físico moderado (30 minutos diarios) para ayudar a favorecer el tránsito intestinal y reducir la presión del colon. 

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