Por qué levantarnos de la mesa de trabajo para ir a picar a la nevera puede alargarnos la vida
¿Se levanta usted sistemáticamente cada cierto tiempo de la mesa de trabajo para hacer un viaje a la nevera, aunque solo sea para mirar lo que hay y cerrarla sin picar nada? Entonces está de suerte.
Las personas inquietas y nerviosas podrían tener una ventaja comparativa respecto a las más relajadas a la hora de combatir la obesidad, la diabetes de tipo 2 y los accidentes cardiovasculares.
Y todo ello debido a su “manía” de levantarse, atusarse el pelo, mover pies y piernas o dar vueltas sistemáticamente por casa mientras piensan, dictan mensajes o incluso miran la televisión.
Todo este nerviosismo genera una actividad evaluada desde 1999 por un grupo de expertos para la revista científica Science como NEAT, que es el acrónimo de Non Exercise Activity Thermogenesis, en castellano “termogénesis (generación de calor mediante reacciones metabólicas que implican una quema de grasas almacenadas) inducida por actividades que no implican ejercicio físico”.
En estas se puede incluir: sacar el perro a pasear, el cuidado del jardín o las plantas de la terraza, la limpieza del hogar que implique quitar el polvo, pasar el aspirador, etc. Y también todo aquello que se haga con cierta frecuencia y que no llegue al nivel de un ejercicio físico moderado.
Se trata de actividades que no alteran apenas el ritmo cardíaco ni aceleran el metabolismo, pero que en mayor o menor medida suponen una activación de la quema de grasa parda, la que regula la temperatura, y que realizadas de manera constante pueden sumarse con cierto peso al consumo diario de calorías.
El principal creador del concepto fue el fisiólogo James A. Levine, que en 2002 publicó un artículo en Sciencie en el que puede leerse: “Los estudios fisiológicos demuestran, curiosamente, que NEAT aumenta con la sobrealimentación y disminuye con la subalimentación”.
“Por lo tanto”, concluye Levine, “NEAT podría ser un componente crítico en la forma en que mantenemos nuestro peso corporal y/o desarrollamos obesidad o perdemos peso”.
En otra palabras, que acciones como ir a la nevera y picar un poco, pueden ser la piedra de toque, realizadas con frecuencia, para que aumentemos el rango de calorías diarias quemadas.
Por qué unas personas adelgazan más que otras comiendo lo mismo
Según describe la clínica Mayo en un artículo: “al evitar sentarse, promover el movimiento y participar en actividades simples, repetitivas y creativas, se puede gastar una cantidad significativa de calorías adicionales que pueden reducir el peso y quizás prevenir las complicaciones cardiovasculares y metabólicas asociadas con la obesidad”.
El artículo de los expertos de la clínica va algo más allá y asegura que “la variabilidad de la NEAT puede explicar las diferencias en el gasto calórico en individuos con fenotipos similares; las variaciones en las actividades laborales y de ocio de los individuos juegan un papel fundamental en las diferencias NEAT.”
Es decir que la NEAT puede explicar por qué dos personas que comen lo mismo, hacen el mismo ejercicio y tienen perfiles genéticos similares (familiares, hermanos, gemelos) pierden peso de manera distinta. Los más inquietos perderán más, lógicamente.
Así, la NEAT –que Levine fija, en otro artículo publicado en 2007 en Journal of Internal Medicine, en 350 kcal diarias de media– marcaría la diferencia, tal como se observa en la siguiente figura:
La NEAT es importante para la salud
Pero más allá de tener repercusión en el control del sobrepeso o en la eficacia del ejercicio diario, al parecer la NEAT puede ser un factor diferencial en lo que salud y esperanza de vida se refiere. Así lo refieren en un artículo publicado en 2022 en la revista Physical Activity and Nutricion (PAN) investigadores de la Universidad de Seúl.
En el mismo postulan que “estudios recientes han demostrado que el síndrome metabólico, la adiposidad o el aumento de peso, el control deficiente de la glucosa y el riesgo de diabetes tipo 2 pueden estar directamente relacionados con el tiempo que pasamos sentados y/o con un nivel bajo de NEAT”.
Es decir, cada vez más estudios indican que el sedentarismo en el trabajo, y en el ocio, es altamente nocivo y apoyan las recomendaciones de la OMS de que debemos levantarnos cada 30 minutos de la mesa de oficina o del sofá para movernos por lo menos durante dos minutos.
Cuando mayor sea el tiempo de “actividad fútil” mayor será el NEAT y mayor la reactivación de la termogénesis. Otros estudios indican que las personas más quietas tienen mayores picos de glucemia postprandial –la que se produce tras comer y hasta dos horas después de la ingesta–, que cada vez se relaciona más con la inducción de la resistencia celular a la insulina y por tanto a la diabetes de tipo 2.
Deportistas sedentarios
El artículo también destaca que “un estudio canadiense mostró una relación causal entre el tiempo sentado y la mortalidad por todas las causas, incluida la mortalidad por enfermedad cardiovascular (CVD), independientemente de la EAT”.
Esto es: con independencia de que hagamos ejercicio físico con la frecuencia recomendada: 50 minutos a la semana de actividad moderada o 75 minutos a la semana de ejercicio vigoroso.
Dicha correlación sirve para definir a los llamados “deportistas sedentarios”, personas que hacen deporte con regularidad pero que el resto de su tiempo lo pasan sentados en la oficina o tumbados en el sofá.
Así, según el citado artículo, los investigadores canadienses “encontraron un riesgo progresivamente mayor de mortalidad por todas las causas, incluida la cardiovascular, con niveles más altos de tiempo sentado.”
Y ahora, si usted ha terminado de leer este artículo, qué mejor que levantarse y darse una vuelta de dos minutos por la casa o la oficina, ¡Y no olvide hacer una visita a la nevera!
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