Estas son las razones por las que no debo usar agua de mar para curar las heridas
El uso de agua salada como una fórmula de curación no es nuevo. Este tipo de utilidad se remonta ya a la época de los griegos, romanos y egipcios, que la utilizaban para tratar cortes, heridas e irritaciones en la piel. En medicina, a menudo se usa una forma concentrada de agua salada, llamada solución salina.
El agua salada ayuda a limpiar y ayuda a curar mediante un proceso denominado ósmosis. La sustancia química que incluye sal, el cloruro de sodio, obliga al líquido de las células a “salir” del cuerpo cuando entra en contacto con ellas. Este proceso se considera antibacteriano y antiinflamatorio. Pero, ¿es aconsejable lavar todo tipo de heridas sumergiéndonos en el agua del mar?
Qué contiene el agua de mar
El cloruro y el sodio, dos de los iones más prevalentes en el agua de mar, representan juntos más del 90% de todos los iones disueltos en el océano. El agua de mar contiene una cantidad muy alta de sal en peso (se calcula que esta cantidad ronda las 35.000 partes por millón). O, como ejemplifica el Servicio Nacional de los Océanos (NOS), “aproximadamente el 3,5 % del peso del agua proviene de las sales disueltas”. Algunas estimaciones apuntan que, si la sal en el océano pudiera eliminarse y extenderse sobre la superficie de la Tierra, formaría una capa de más de 166 metros, casi la altura de un edificio de oficinas de 40 pisos.
El agua de mar también contiene importantes cantidades de minerales, especialmente de yodo, que ayuda a acelerar la cicatrización de las heridas. Los minerales, junto con las vitaminas y antioxidantes, son asimilados a través de la piel y nos benefician en caso de alteraciones dérmicas como psoriasis, acné o dermatitis atópica. La solución salina de alta concentración tiene aproximadamente la misma cantidad de cloruro de sodio. Entonces, ¿es igual de efectiva el agua de mar que la solución salina?
Precauciones con el agua de mar y las heridas
La solución salina no es solo agua salada del mar. La diferencia fundamental entre las dos es la higiene: la solución salina es estéril; el agua de mar, no. Si bien la solución salina no introduce nuevas bacterias a la herida, el agua de mar está lejos de ser pura ya que puede contener trazas de contaminación humana, además de una importante variedad de microorganismos. Y aquí está la clave de la cuestión.
De hecho, entrar en el agua de mar si tenemos una herida abierta puede ser contraproducente. La mayoría de bacterias presentes en el mar, como Staphylococcus aureus, sobreviven en el agua salada. También sobreviven los dinoflagelados que causan la marea roja y producen biotoxinas dañinas; virus entéricos que causan gastroenteritis o hepatitis; quistes protozoarios como Cryptosporidium y Giardia; bacterias Vibrio, entre las que se incluye Vibrio coleraVibrioVibrio colera.
Las bacterias Vibrio habitan de forma natural en ciertas aguas costeras, pero están presentes en concentraciones más altas, sobre todo entre los meses de mayo y octubre, cuando la temperatura del agua es más alta, justamente coincidiendo con los meses de verano. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidense (CDC), la vibriosisvibriosis, que es la enfermedad que provocan estas bacterias, se contrae no solo por comer mariscos crudos o poco cocidos, sino también por la exposición de una herida abierta al agua salada. Este tipo de bacterias afecta especialmente a las personas con el sistema inmunitario debilitado.
Advertencia de la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también advierte que el agua de mar “puede contener microorganismos que pueden ser patógenos, incluyendo bacterias, protozoos y virus”. Algo que seguro no beneficiará para nada si tenemos alguna herida. Como lo demuestra un estudio realizado por expertos chinos en ratas, según el cual la inmersión en agua de mar con una lesión puede agravar la respuesta inflamatoria de la herida y retrasar el proceso de cicatrización.
En una nota sobre algunos de los principales mitos del verano, el Baylor College of Medicina, de Houston, los expertos admiten también que el agua salada del mar puede contener gérmenes o bacterias que pueden infectar una herida abierta. Los mismos expertos aconsejan esperar hasta que la herida se cure y se cierre por completo antes de sumergirla en agua salada.
Recientemente, un estudio realizado por la Universidad de California y presentado en la reunión anual de la Sociedad de Microbiología estadounidense (ASM) demuestra que nadar en el mar altera el microbiona de la piel y puede aumentar el riesgo de infección. En la investigación, los expertos han podido detectar bacterias presentes en el mar, especialmente del género Vibrio, en la piel de las personas después de secarse al aire y tras pasar de seis a 24 horas de nadar.
En algunos casos, la presencia de esta bacteria ha sido diez veces superior en la piel humana que la detectada en el mar, lo que indica, admiten los expertos, una “afinidad específica por fijarse en la piel humana”. Además, la exposición a agua de mar contaminada también puede causar enfermedades gastrointestinales y respiratorias, así como infecciones en el oído y en la piel.
Mejor con agua del grifo
En conclusión, el agua de mar, siempre que podamos asegurarnos que no está contaminada, puede tener ciertos efectos antiinfecciosos y ayudar a curar pequeñas heridas como cortes o rasguños. Pero en el caso de heridas más grandes o quemaduras moderadas o graves, en las que se produce una pérdida total de la epidermis y parte de la dermis superficial, es preferible evitar el contacto con el agua de mar.
Por ende, un estudio clínico publicado en la revista médica BMJ Open descubrió que el uso de agua del grifo para tratar heridas abiertas es una “alternativa segura” a la solución salina, con una tendencia clara hacia un menor número de infecciones. El lavado reduce el riesgo de infección y fomenta el proceso de curación. Por lo general, todo lo que se necesita para detener el sangrado de una herida es un apósito estéril.