Andy Warhol las convirtió en arte, aunque la mayoría de los mortales solo nos las comemos. De tomate frito, de cerveza o para la sopa. Si eres de los que le dan a la lata, coge aire y ponte creativo antes de abandonarla. El recipiente metálico está hecho de acero o aluminio, y resulta 100% reciclable, pero consumimos muchos: más de 8.000 millones de latas en 2018 solo para conservar nuestros refrescos y cervezas, dice la Asociación de Latas de Bebidas.
Aunque recuperamos la mayoría de estos recipientes, casi nueve de cada diez, según Ecoembes, otros se quedan fuera del sistema de reciclaje: en total, unas 16.520 toneladas. Otro problema: incluso cuando reciclamos las latas gastamos energía. Toca llevarlas a la planta de reciclaje, poner en funcionamiento la maquinaria para separarlas de otros residuos, hay que trocearlas, limpiarlas, etc.
Y, por fin, fundirlas a 700ºC para fabricar con ellas otra lata nueva, papel de aluminio o el manillar de una bici. A pesar de nuestro buen gesto con el planeta, todo esto aún se traduce en gases que acaban en la atmósfera y contribuyen al cambio climático. La próxima vez que vayas a tirar una lata de tomate o de aceite al contenedor amarillo (su sitio, cuando termina su vida útil), piensa que puedes transformarla en algo diferente. Y tan práctico como un recipiente para ordenar los cubiertos o una maceta donde germinar aromáticas. Aquí te ofrecemos siete ideas.
1. Un organizador de escritorio (9 latas reutilizadas)
Rodea varias latas de tamaño pequeño o mediano alrededor de una lata central de café más grande, y colócalas todas sobre una tabla o bandeja giratoria, como ves aquí. Así tendrás todos sus accesorios del escritorio al alcance de la mano con solo girar la tabla. Si quieres levantar los recipientes del suelo y hacerlos más accesibles, usa un clavo de punta y un martillo.
Así podrás perforar pequeños agujeros y pasar un alambre para anclarlos a la altura que quieras. Para que quede más curioso, cubre antes los envases con telas de colores y patrones diferentes con ayuda de un poco de cola. También puedes unir las latas con otro trozo de tela grueso o juntarlas con forma de pirámide.
2. Envase para utensilios de cocina (1 lata reutilizada)
Mientras que una lata vieja tiene el tamaño perfecto para almacenar utensilios de cocina como cucharas de madera o batidoras de mano, también puede resultar un poco rudimentaria. Si quieres darle un toque más cálido, cubre el recipiente con una tela bordada o pégale corchos usados de botellas de vinocorchos. Y ponle unas piedrecitas en el fondo para evitar que se vuelque.
3. Ordenador de cubiertos (4 latas reutilizadas)
Para fabricar un ingenioso y portable organizador de cubiertos necesitas: cuerda de grosor medio, algo de tela y cuatro latas, una para cada tipo de cubierto (cuchillo, tenedor, cuchara y cucharilla). Forra las latas con retales de tejidos y cola, y únelas entre sí con la cuerda: dale varias vueltas para que adquiera consistencia. Puedes fabricar un asa con el mismo cordel: dóblalo y ata cada extremo a la cuerda que rodea las latas. Ya puedes llenarlo de cubiertos.
4. Pantalla de lámpara (1 lata reutilizada)
Dale luz a tu escritorio o a un rincón del salón con una lámpara de lata. Resultan muy sencillas de fabricar y logran un efecto tan campestre como cálido. Con un envase limpio (o pintado) y perforado con un abrelatas para pasar el casquillo, puedes construir un flexo rústico si le añades un pie de listones de madera atornillados con palomillas. Una alternativa con la misma pantalla: usar dos triángulos para crear el cuerpo de una lámpara de mesa.
5. Maceta para plantas aromáticas (1 lata reutilizada)
¿No quieres tirar esa lata de té o de aceite de oliva que te regaló un amigo? Pues lo tiene todo para convertirse en una maceta para tus plantas: es barata y posee una dosis de carácter. Usa un abrelatas para destapar la lata y perfora unos agujeros en el fondo, con un clavo de punta y un martillo, que dejen salir el agua y no ahogar tus vegetales. Si prefieres, o la lata no resulta tan vistosa por sí misma, puedes pintarla.
6. Florero (1 lata reutilizada)
Para hacer un florero con toque agreste, pega una lámina fina de corcho flexible a una lata vacía, y córtala a la altura adecuada. Si quieres personalizarlo y darle un toque romántico, puedes tallar tus iniciales con ayuda de un bolígrafo.
7. Caja de hilos (1 lata reutilizada)
Si pintas el recipiente y construyes una tapa, ya tienes un contenedor estupendo donde guardar los hilos o cualquier otro objeto pequeño. Para la tapa, puedes usar una lámina de corcho o un trozo de madera, y perforar un agujero en el medio para anudar un asa.
No estaremos salvando el mundo, ni haremos sombra al rey de serigrafía, pero el planeta agradecerá el gesto.
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