El maquillaje en mal estado de limpieza y conservación puede llevarnos a poner en riesgo nuestra salud. Según un estudio publicado en el Journal of Applied Microbiology, alrededor del 79-90% de los productos de cosmética analizados estaban contaminados por bacterias. De hecho, el 93% de los mezcladores de belleza estudiados no se habían limpiado.
El dermatólogo Carlos Morales Raya advierte de que los productos de maquillaje en mal estado de limpieza “pueden ser un caldo de cultivo ideal para el crecimiento de bacterias y hongos”. Recalca que mantenerlos en correcto estado “evitará la alteración de la flora cutánea, así como posibles infecciones de heridas, aparición de hongos en la piel en forma de tiñas -cada vez más frecuentes- y el empeoramiento de otras afecciones cutáneas como el acné o la rosácea”.
Además, compartir el maquillaje (sobre todo cuando existen enfermedades contagiosas) también puede ser un riesgo para nuestra salud. Así lo demostró una investigación publicada en el American Journal of Ophthalmology, en la que se estudió un brote de conjuntivitis debido a compartir productos como el delineador o sombras de ojos.
Para limpiar, desinfectar y mantener en buen estado nuestras brochas, pinceles, pintalabios, esponjas, envases y otros utensilios de maquillaje contamos con algunos trucos que nos comparte la maquilladora profesional Sarah Crujera.
Brochas y pinceles
Comenzaremos la limpieza mojándolos en agua tibia. Es importante que no sea caliente, ya que el calor podría hacer que el pegamento que une el mango de la brocha con el pelo se reblandezca y se despeguen ambas partes.
Aunque existen jabones específicos para limpiarlas, la maquilladora recomienda “frotar un poco la brocha humedecida en una pastilla de jabón Lagarto y limpiarla en nuestra palma de la mano o contra unas mantas de silicona específicas para ello”. “Para no deformarlas no debemos ejercer mucha presión y es importante realizar movimientos circulares si la brocha es redonda, y hacia arriba y abajo si la brocha es plana”, recalca.
Para dejarlas secar podemos engancharlas en un soporte de secado de brochas para que el pelo quede hacia abajo y así gotee el agua. También sobre una toalla extendida en una mesa, apretando un poco la brocha contra ella para quitar el exceso de agua, sin arrastrar ni ejercer mucha presión. Una vez que estén completamente secas, ya podremos guardarlas.
“Lo ideal —como explica Crujera— es limpiarlas cada vez que las usamos, pero como la realidad no suele ser esa debemos hacerlo una vez a la semana si las usamos a diario o cada dos semanas si nos maquillamos poco”.
En cambio, si queremos desinfectarlas y limpiarlas a diario de manera más rápida, existe un truco económico y rápido: “mezclar en un pulverizador alcohol de 96º con alcohol de romero para opacar un poco el olor, lo pulverizamos a una distancia prudencial de las brochas, las limpiamos un poco contra un tisú y en dos minutos estarán listas, ya que el alcohol se evapora muy rápido”, explica la maquilladora.
Pintalabios y máscara de pestañas
Para los pintalabios, ya sean en formato barra o en aplicador tipo gloss, debemos hacer lo siguiente: “pasar sobre ellos un tisú para quitar esa primera capita y aplicar un poco de alcohol con un pulverizador a una distancia prudente”.
Si somos muy propensos a tener herpes, conjuntivitis, morreras, orzuelos y otras afecciones, tanto respecto a los pintalabios como a la máscara de pestañas la mejor opción es utilizar hisopos o aplicadores desechables para aplicarlos.
Además, Crujera insiste en que en este caso “aunque nos duela, si están contaminados por enfermedades debemos tirarlos”.
Envases de maquillaje
Para esa base de maquillaje o corrector petrificado en el dosificador, lo ideal es utilizar un hisopo con un poco de alcohol para limpiar toda la zona.
Para las paletas, el colorete y otra cosmética en polvo, debemos limpiar el envase con una toallita húmeda, aunque el espejo se puede limpiar con un poco de alcohol o con limpiacristales aplicado previamente en un paño.
“Además, si queremos desinfectarlos, con un spray con alcohol espolvoreamos un poco desde lejos para que no quede manchado y se evaporará rápidamente”, recalca la maquilladora.
Esponjas
Si la esponja es de silicona, podemos limpiarla con una toallita húmeda o con un algodón con desmaquillante de ojos bifásico. Sin embargo, lo más común es utilizar esponjas tradicionales en forma de huevo.
“Estas, a diferencia de las triangulares que son desechables, sí están pensadas para varios usos y se pueden limpiar con jabones específicos o con una pastilla de jabón Lagarto”, explica Crujera.
Para ello, humedecemos mucho la esponja, la frotamos un poco contra el jabón y vamos apretando con delicadeza para que vaya saliendo el maquillaje acumulado mientras la sumergimos en agua. Aun así, recalca que “es recomendable cambiarla máximo cada tres meses según el uso que le demos y su calidad”.
¿Cómo puedo mantener mi equipo de maquillaje en buen estado?
“En primer lugar, las brochas debemos guardarlas siempre bien ventiladas, evitar tenerlas en el baño o en cajones, ya que son sitios con mucha humedad y pueden provocar hongos, de ahí también la importancia de guardarlas solo si están completamente secas”, explica la maquilladora.
Es importante no utilizar ni maquillaje ni utensilios en mal estado: “Si el pelo de las brochas se pone verde o gris, si la base o las sombras tienen mal olor, si vemos que el producto se ha cortado… En esos casos debemos deshacernos de ellos”, recalca.
Existen otros trucos que nos ayudarán a no ensuciar el maquillaje en exceso, como lavar también el neceser, intentar quitar los restos de polvo con la propia brocha cuando nos maquillamos o no escurrir el producto de la máscara de pestañas en el borde, ya que la propia máscara posee un émbolo pensado para que salga la cantidad perfecta de producto.
Además, es importante “no soplar el colorete o la brocha para no introducir posibles virus en ella y otro truco muy bueno para mantener el maquillaje en buen estado, sobre todo el que es en crema, es meterlo a la nevera en aquellas zonas de mucho calor en verano”.