En la actualidad, resulta casi impensable limpiar la ropa a mano como se hacía en el pasado. En ese entonces, era común bajar al río o a la fuente más cercana con la ropa sucia y frotar manualmente hasta haber quitado todas las manchas existentes en el tejido. Sin embargo, con la irrupción de las lavadoras, esa tarea se ha visto mucho más simplificada.
Pese a que sus orígenes se remontan a más de 300 años atrás, cuando se empleaban máquinas similares para lavar y escurrir prendas, la lavadora eléctrica comenzó a comercializarse de manera masiva a comienzos de los años 50, revolucionando la manera de limpiar la ropa. Desde entonces, el electrodoméstico ha sido un esencial en las casas, permitiendo a los usuarios hacer la colada rápidamente desde la comodidad del hogar.
Sin embargo, como con todos los aparatos eléctricos de uso doméstico, es importante llevar a cabo un buen mantenimiento que permita que el electrodoméstico dure el mayor tiempo posible. Además, conviene aplicar técnicas para que su uso sea lo más eficiente posible, permitiéndonos ahorrar en la factura de la luz.
El truco para que la ropa salga más limpia
El uso continuado de la lavadora supone un gran gasto de luz y agua. Por ello, es importante optimizar el lavado para que la ropa salga lo más limpia posible, sin restos o malos olores. Uno de los principales productos que ayudan siempre en la limpieza es el vinagre blanco. En este caso, verter una taza de este vinagre sobre la ropa durante el aclarado ayudará a eliminar restos incrustados de detergente, suavizar la ropa y neutralizar los malos olores.
Otro de los grandes aliados a la hora de la limpieza es el bicarbonato de sodio. Sus propiedades alcalinas y desodorantes permiten retirar hasta las manchas más incrustadas a la vez que elimina los malos olores.
Ahorra en la factura de la luz
La limpieza de tus prendas no es el único factor que debemos mirar a la hora de programar la lavadora; optimizar los lavados no solo permite reducir el gasto energético, sino ahorrar tiempo con ropa que no se ha limpiado correctamente y que por ende, deberemos volver a poner en el cesto de la ropa.
Una de las recomendaciones más destacadas es la de lavar con agua fría siempre que esto sea posible, ya que el mayor consumo del electrodoméstico viene dado a la hora de calentar el agua. Los ciclos calientes nos permiten eliminar las manchas más incrustadas y desinfectar efectivamente el tambor del electrodoméstico, pero si tan solo buscamos lavar la ropa y no necesitamos ninguna de estas funciones, es recomendable lavar en frío. Además, algunas prendas son más sencillas de lavar de esta manera, ya que presentan dificultades al sumergirlas de manera continuada en agua caliente.
Es recomendable revisar las horas de menor coste energético, y programar los lavados en función de las franjas más baratas. Organiza el calendario de lavados en función de los horarios de menor costo para no consumir demasiada energía en hora punta.
Otros consejos útiles para el uso de la lavadora
Uno de los fallos más recurrentes a la hora de poner la lavadora es el llenado de los compartimentos de detergente y suavizante. Es fácil pensar que cuanto más jabón utilices, más limpia quedará la ropa, sin embargo, esto es un grave error. Usar demasiado detergente podría impedir que este se mezclase correctamente, dejando de esta manera residuos tanto en las prendas lavadas como en el tambor del electrodoméstico.
Esto no solo perjudicaría el lavado, sino que además dañaría a la lavadora, la cual podría quedar llena de residuos tras el lavado. En consecuencia, si añades más cantidad de la requerida durante un largo periodo de tiempo, el electrodoméstico podría acumular restos de jabón durante meses, contribuyendo a un mal funcionamiento y al mal olor de la ropa tras el lavado.
Por ello, siempre es recomendable atender a las instrucciones del fabricante, en donde explican las dosis de jabón y suavizante necesarias por cada lavado. Estas normalmente varían en función de la dureza del agua.
Otro consejo es no llenar la lavadora en exceso, ya que esto podría impedir que las prendas se agiten correctamente y que tanto el detergente como el agua se distribuyan de manera adecuada. Por ello, todas las lavadoras tienen un máximo de carga que indica cuánto debemos llenarla para que la ropa se limpie de la manera más eficiente.
Por último, es recomendable limpiar la lavadora cada uno o dos meses. Esto permitirá aumentar la vida del electrodoméstico y ayudará a que los lavados den mayor sensación de limpieza y mejoren el olor de las prendas. La limpieza de la lavadora debe llevarse a cabo en las cuatro partes principales que acumulan residuos, estas son:
- El tambor.
- La goma de la puerta.
- El dispensador de detergente y suavizante.
- El filtro.