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Alimentos 'tatuados', ¿una alternativa a los adhesivos?

Aguacate tatuado

Marta Chavarrías

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Estamos acostumbrados a ver en la sección de frutas y verduras de los supermercados la fruta marcada con una pequeña etiqueta adhesiva. En muchas ocasiones, estas se pegan entre sí o se desprenden de la pieza, por lo que la finalidad con la que están diseñadas se perdería porque nos quedamos sin la capacidad de hacer un seguimiento del producto.

Desde hace ya unos años se está investigando la tecnología láser como alternativa a estas etiquetas adhesivas. Este uso puede sonar como algo no muy natural, lo que lleva a generar ciertas dudas y reticencias. 

Una encuesta realizada sobre el impacto que causa el uso de esta tecnología en los consumidores revela que el 43% de los encuestados se muestran preocupados por la salud y la seguridad de este tipo de etiqueta. Existe cierto temor de que estos productos con codificación láser no sean seguros para comer. La tinta usada ¿es peligrosa?, ¿puede migrar del alimento?, ¿y si la ingiero?

Tatuar la fruta con láser

La codificación láser de frutas y verduras funciona al iluminar la piel con una luz intensa. Esto elimina el pigmento de la superficie para dejar una marca que pueda informar sobre el origen del producto.

Hace unos años, en 2013, la Unión Europea aprobaba el uso de óxidos e hidróxidos de hierro (conocidos y denominados en el ámbito legal como E-172) en la piel de la fruta para hacerles marcas láser sin penetrar la piel. Esta especie de sello impreso incluye información como códigos QR y códigos de barras.

La idea es marcar la piel de la fruta o verdura sin dañar el interior. El proceso consiste en eliminar pequeños pigmentos de la superficie de los frutos y aplicar un líquido de contraste natural (comestible) para mostrar la información que se desea.

En España, LaserFood, pionera en este campo e instalada en el Parc Científic de la Universidad de València, registraba en 2018 en Europa la marca Natural Branding para referirse al etiquetado natural de productos agroalimentarios mediante el marcado láser.

Los expertos, junto con investigadores del Instituto de Ciencias de los Materiales de la Universidad de Valencia (ICMUV), consiguieron dar con los parámetros necesarios para implantar esta tecnología para etiquetar, identificar y trazar los productos alimenticios. 

En la mayoría de los casos, durante el proceso solo se elimina una capa micrométrica de la cáscara. El láser permanece tan cerca de la superficie que las frutas y verduras quedan intactas debajo de la piel. El consumidor, según los responsables de este sistema, puede pelar la fruta o ingerirla porque es un proceso seguro; se respetan las propiedades organolépticas de los alimentos y no se modifican ni el sabor ni el color. 

Tampoco aumenta el riesgo de entrada de patógenos alimentarios, aunque en algunos casos se recomienda dar una capa de cera en el tatuaje para eliminar la posible pérdida de agua.

La vida útil, por tanto, sigue siendo la misma porque el marcado con láser no reduce la calidad de los productos.

Los óxidos autorizados para realizar este tipo de tatuajes son minerales naturales fabricados a partir de polvo de hierro que puede ser de color amarillo, rojo, naranja, marrón o negro. 

La reducción de residuos, la gran ventaja

Uno de los grandes beneficios de este tipo de etiquetado es la reducción de residuos (tinta, papel, plástico, pegamento) que sí tienen otros sistemas como la etiqueta en papel. Según un estudio realizado por la Unión Europea sobre las soluciones de etiquetado con láser, este supuso un ahorro de más del 106.000 m2 de papel o de casi 6.000 kilos de pegamento.

También se observó una mayor rapidez del etiquetado ya que, por cada 900 etiquetas obtenidas con el sistema estándar, se consiguen hasta 1.000 con el láser. Otro de los beneficios asociado al tatuado con láser es la reducción de posibles casos de fraude

Al etiquetar directamente el producto, sin posibilidad de que la etiqueta caiga o no se desprenda, se garantiza que el código de trazabilidad corresponde con el alimento. El tatuaje no se puede cambiar, ni borrar con agua. Solo se elimina al pelar la fruta.

Los retos a los que se enfrenta el tatuado de frutas

Ni manzanas ni plátanos son todos del mismo tamaño, unas piezas son más grandes que otras, con curvaturas distintas. La divergencia de formas y tamaños tienen el potencial de dificultar el marcado en la línea de producción cuando se trata de hacer una marca legible. 

Y, aunque la opción puede ser efectiva en el caso de frutas con una piel más gruesa, como aguacates, puede que no lo sea tanto en el caso de otras más delicadas, que se pueden magullar fácilmente si se golpean. 

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