Envejecer es inevitable, pero frenar el proceso todo lo que sea posible, prolongar nuestra vida, y lo que es más importante, nuestra salud, está de moda. El mercado del antienvejecimiento, que incluye clínicas, medicamentos y tratamientos de todo tipo, sobrepasó los 60.000 millones de dólares en 2021 y se espera que crezca sin parar en los siguientes años. ¿Qué dice la ciencia de todo esto?
El envejecimiento es un proceso de lenta degradación de los los tejidos del cuerpo, que acumulan daños en su material genético con los años. Estos daños son acumulativos. La piel, por ejemplo, un tejido que es un termómetro del envejecimiento, desarrolla arrugas, a pesar de que las células de la piel se renuevan constantemente. Pero una vez una célula madre de la piel tiene dañado su ADN, las nuevas células que salgan de ella tendrán este fallo desde el principio. Lo mismo se aplica a los huesos, los órganos internos o el cerebro.
Los daños en el ADN de las células se producen, sobre todo, a causa de la oxidación. Este proceso de oxidación es inevitable, porque necesitamos oxígeno para transformar la comida en energía. Pero esto también ha dado a los científicos una pista de cómo detener el envejecimiento.
En realidad sabemos cómo retrasar el envejecimiento, pero, de momento, solo en otros animales. En los experimentos se ha comprobado que restringir las calorías a la mitad permite vivir hasta un 50% más de tiempo… pero solo si eres un gusano. Menos comida, menos oxidación.
¿Y en las personas? No sabemos si comiendo la mitad viviremos más años, pero seguro que los que vivamos se nos hacen mucho más largos. Pero ¿podríamos comer y aún así obtener los mismos beneficios?
La dieta de la longevidad
Uno de los principales problemas de cualquier dieta es la dificultad que tiene seguirla. El ayuno va contra nuestro instinto de supervivencia, que nos impulsa a comer siempre que haya comida. Por desgracia, hoy en día casi siempre tenemos comida a mano.
Valter Longo es un biólogo italiano responsable de una dieta que imita el ayuno, sin eliminar por completo la comida. La dieta de Longo se denomina dieta que imita el ayuno, o FMD por sus siglas en inglés. Es un método de ayuno intermitente alto en grasas y bajo en calorías que dura cinco días. Este método puede ser más llevadero que otros métodos de ayuno intermitente, como el de la ventana de alimentación 16/8 o los ayunos prolongados.
El primer día de la dieta aporta aproximadamente 1.090 kcal, con muy pocas proteínas, suficientes grasas y algo de carbohidratos. En los cuatro días siguientes solo se consumen 725 kcal con una composición parecida. Esta dieta proporciona aproximadamente la mitad de las necesidades calóricas habituales de una persona media, y esto es suficiente para inducir la regeneración celular y mejorar las capacidades cognitivas.
Podría parecer una moda más, pero la FMD ha sido extensamente estudiada, y sus resultados son muy positivos. Se ha comprobado que en combinación con el tratamiento de distintos tipos de cáncer mejora el pronóstico y la supervivencia de los enfermos. También se considera un tratamiento eficaz para prevenir y tratar el Alzheimer. Mejora la hidratación y textura de la piel y el estado de ánimo. Usándola en ratones se ha conseguido evitar el riesgo de enfermedades cardiovasculares asociado a la obesidad.
El último espaldarazo a la dieta de Longo es un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature en el que se ha podido ver, también en ratones, cómo reducía el síndrome metabólico, incluyendo la resistencia a la insulina, el hígado graso, y otros marcadores del riesgo de diabetes y del envejecimiento.
Cómo se aplica la dieta que imita el ayuno
El creador de esta dieta, el doctor Valter Longo, recomienda hacer esta dieta siempre bajo supervisión médica, especialmente para quienes sufran de enfermedades preexistentes, como diabetes o enfermedades cardiovasculares.
La dieta FMD es pescatariana, y por tanto sus ingredientes son de origen vegetal sumando el pescado. Aunque dura cinco días, se puede repetir varias veces dependiendo de el estado de la persona. Mientras que un deportista puede hacerla dos veces al año, una persona con obesidad podría hacerla todos los meses. Estas son las directrices, según el propio doctor Longo:
- La FMD se realiza durante 5 días consecutivos de un mes.
- Día 1: La ingesta calórica es aproximadamente del 1.090 a 1.100 kcal, dividida en 10% proteínas, 56% grasas, y 34% carbohidratos.
- Días 2 a 5: La ingesta se reduce a aproximadamente 725 a 800 kcal por día, con un reparto de 9% proteínas, 44% grasas, y 47% carbohidratos.
- La dieta incluye alimentos naturales y también suplementos diseñados para proporcionar nutrientes esenciales mientras minimiza los niveles de glucosa en sangre y la proteína IGF-1, implicada en los procesos de envejecimiento y desarrollo de enfermedades.
- Los alimentos suelen ser ricos en grasas saludables (como nueces, aceitunas y aceite de oliva), bajos en proteínas y con carbohidratos complejos (verduras, legumbres y algunos granos).
- Se recomienda obtener las proteínas del pescado, no más de tres comidas durante la duración de la dieta.
- Se enfatiza la hidratación, recomendando el consumo de agua y tés sin calorías.
- Los suplementos incluyen glicerol, aminoácidos esenciales, vitaminas, minerales y omega-3 para preservar la masa muscular.
La FMD a menudo se realiza con kits de alimentos preparados, diseñados específicamente para este propósito por L-Nutra, una empresa fundada por Longo. Estos kits incluyen sopas, barras energéticas, suplementos, y bebidas, todo formulado para cumplir con los objetivos nutricionales de la dieta. Sin embargo cualquiera puede calcular las cantidades adecuadas de nutrientes y crear sus propias recetas.
* Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo publicado por Oberon.