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¿Qué puedes hacer hoy para evitar el cambio climático? Muchas personas piensan que separar la basura, usar bolsas de la compra reutilizables, vestirse con tejidos naturales o cambiar las bombillas por otras de bajo consumo son su contribución al futuro de la humanidad.
Lamentablemente, muchas de estas acciones son meramente cosméticas y no tienen una influencia real en el cambio climático. Según los estudios, la medida de mayor impacto a nivel individual es tener menos hijos.
Sin embargo, poco importa, porque en breve estas contribuciones voluntarias se pueden convertir en renuncias obligatorias. Aunque variarán de una persona a otra, es probable que la mayoría de la humanidad necesite hacer algunos sacrificios comunes para mitigar las peores consecuencias del cambio climático:
- Cambiar los patrones de consumo: específicamente consumir menos, sobre todo cuando se trate de bienes con una elevada huella de carbono.
- Cambiar la dieta: aumentando la cantidad de alimentos vegetales y limitando el consumo carne, especialmente vacuno.
- Cambiar los hábitos de viaje: sobre todo el transporte aéreo y el uso del vehículo privado.
- Adaptación a las energías renovables: los ciudadanos tendrán que asumir costes iniciales e inconvenientes asociados a la transición a las fuentes de energía renovables.
- Inversión en infraestructuras verdes: los impuestos y los costes de los servicios públicos pueden aumentar a medida que las sociedades invierten en fuentes de energía renovables, infraestructuras verdes y otras tecnologías.
- Limitar el crecimiento demográfico: la superpoblación puede ejercer presión sobre los recursos y contribuir a las emisiones de carbono y aunque es un tema delicado y complejo, tener menos hijos podría garantizar la sostenibilidad de nuestro planeta.
- Proteger y ampliar los bosques: esto puede implicar cambios en el uso del suelo que afecten a la agricultura, la vivienda y otras actividades.
- Cambios en el comportamiento: en último lugar están los comportamientos que la gente identifica como sostenibles, como reducir los residuos, hacer compost, reutilizar artículos, reparar en lugar de sustituir y, en general, ser más conscientes de nuestro impacto en el medio ambiente.
Pero tú, ¿a qué estarías dispuesto a renunciar? Este es el objeto de una encuesta realizada por YouGov por encargo del diario alemán Welt am Sonntag.
Los resultados, aplicados a un país con una elevada conciencia ambiental como es Alemania, son muy reveladores. Alemania está adoptando medidas de gran alcance para contribuir a atajar el cambio climático, como la transición a la electromovilidad y la prohibición de instalar sistemas de calefacción de gas y gasóleo. El gobierno alemán se ha comprometido a que el país alcance la neutralidad en emisiones para 2045.
Según la encuesta, dos tercios de los alemanes están dispuestos a hacer sacrificios personales para proteger el planeta del cambio climático. El 43% de los encuestados estaba dispuesto a volar con menos frecuencia y el 40% a utilizar menos la calefacción.
Pero cuando se trata de otras opciones respetuosas con el clima, los alemanes se mostraron más reacios. Menos de un tercio estaría dispuesto a cambiar su dieta y sólo el 13% a renunciar al transporte privado y prescindir del coche.
Así están dispuestos los europeos a combatir el cambio climático
Es interesante comparar los resultados anteriores con los del resto de los países de la UE, algo que se puede comprobar en la Encuesta sobre el clima 2022/23 del Banco Europeo de Inversiones. Dentro de la UE hay una gran variación en los cambios de estilo de vida que la gente está dispuesta a abordar por el cambio climático.
No obstante, el 80% de los habitantes de los 27 Estados miembros de la UE siente ya los efectos del cambio climático en su vida cotidiana, y más aún creen que si no reducimos drásticamente nuestro consumo de energía y bienes en los próximos años, nos dirigimos a una catástrofe mundial.
Según la encuesta del BEI, la mayoría de los franceses encuestados (57%) se muestran favorables a un sistema de créditos de carbono. Este sistema asignaría a cada persona un número fijo de créditos cada año para gastar en artículos con una gran huella de carbono como los vuelos y la carne.
Los franceses creen, en general, que el gobierno tiene un papel mucho más importante en la lucha contra el cambio climático que los ciudadanos y dos tercios están a favor de medidas más restrictivas para cambiar el comportamiento de la gente.
La alimentación también es un tema importante para los franceses. Seis de cada diez afirmaron que pagarían algo más por alimentos producidos localmente y de forma más sostenible. La mayoría (57%) está a favor de limitar la cantidad de carne y productos lácteos.
Aunque (ya) no forma parte de la UE, una encuesta de YouGov realizada en el Reino Unido reveló que el 36% de los británicos encuestados estaría dispuesto a limitar su consumo de lácteos y carne a dos o tres comidas por semana.
Sólo el 12% estaría dispuesto a eliminar por completo la carne y los lácteos de su dieta. Casi el 60% se declaró dispuesto a no comprar nunca productos fabricados con plásticos de un solo uso, precisamente una de las medidas con menor impacto.
Los ingleses dispuestos a renunciar al coche para ir a pie, en bicicleta o en transporte público son el 20%, algo más que en Alemania, y un 14% que ya lo estaba haciendo.
No obstante, no se mostraron más proclives a cambiar sus planes de viaje. Sólo una cuarta parte de los encuestados en el Reino Unido afirmó que pagaría un suplemento por los vuelos para compensar su impacto medioambiental.
Los italianos también se sitúan por encima de la media de la UE cuando se trata de apoyar medidas gubernamentales más estrictas para cambiar el comportamiento de los ciudadanos.
El 85% de los italianos que respondieron a la encuesta del BEI apoyaron la idea de etiquetar los productos alimenticios para destacar su huella climática. El 64% de los encuestados también se declararon dispuestos a pagar un poco más por los alimentos locales.
Más de dos tercios de los italianos están a favor de limitar la cantidad de carne y productos lácteos que se pueden comprar para ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El escepticismo español
¿Y en España? En nuestro país, uno de los más afectados por el cambio climático de la UE, y que sufre los efectos de una prolongada sequía que puede acabar con ecosistemas como el de Doñana y la producción agrícola en muchas áreas, la gente no está tan convencida de que tengan que hacer algo.
Una encuesta reciente de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) ha revelado que el porcentaje de personas que creen que el cambio climático es un problema muy grave ha descendido entre 2020 y 2022. Desgraciadamente, el cambio climático se está convirtiendo en un asunto político y no científico.
A pesar de ello, la encuesta del BEI reveló que España es uno de los países con mayor respaldo a medidas gubernamentales más estrictas para cambiar el comportamiento de la población.
El 80% de los encuestados cree que su propio comportamiento podría marcar la diferencia, frente al 72% de media en toda Europa. La mayoría apoya las subvenciones para el aislamiento en los hogares, las zonas de bajas emisiones en el centro de las ciudades y la restricción del uso de vehículos contaminantes.
Es importante recordar que, aunque las acciones individuales son importantes, poco se puede conseguir sin cambios sistémicos. Dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales responsables del calentamiento global se generan en la producción de energía quemando gas natural y petróleo.
Solo China es responsable de una cuarta parte de las emisiones, los Estados Unidos de un 13%, mientras que toda la Unión Europea contribuye en un 7,6%.
Los gobiernos, las empresas y otras instituciones tienen un importante papel que desempeñar en la mitigación del cambio climático y deben asumir una parte significativa de la carga. Además, son responsables aplicar políticas y prácticas que faciliten a los individuos los cambios necesarios de forma más fácil y eficaz.