¿Es buena idea dormir con tu mascota?
¿Tu perro o tu gato es para ti un miembro de la familia? El fenómeno de considerar a las mascotas como personas se conoce como antropomorfismo, que es la atribución de características humanas a animales, objetos o fenómenos naturales. Los humanos somos primates sociales que necesitamos establecer conexiones con otros individuos o con otros animales. Esta adaptación evolutiva termina muchas veces con la mascota compartiendo la cama de sus dueños, algo que, como veremos, tiene tanto aspectos positivos como negativos.
Los beneficios de un animal de compañía en la cama
Las personas que ven a sus mascotas como miembros de la familia suelen tener un vínculo emocional muy fuerte con ellas, lo cual puede ser beneficioso tanto para el humano como para el animal. Es más probable que el animal reciba un buen trato, comida y atención veterinaria.
También hay beneficios psicológicos para los dueños, ya que la compañía de mascotas se ha asociado con la reducción de niveles de estrés, ansiedad y depresión. Esto se vio muy claramente durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, durante el cual se redujo el contacto humano, y los dueños de mascotas tuvieron índices de estrés, ansiedad y depresión significativamente más bajos.
Sabiendo esto es fácil entender que algunas personas pueden encontrar bienestar emocional cuando duermen con sus mascotas. El estrés y la ansiedad están detrás de muchas alteraciones del sueño, y estas personas se pueden sentir más seguras y cómodas cuando comparten su cama con su mascota. Este sentimiento de seguridad puede reducir los niveles de ansiedad y facilitar un sueño más reparador.
Algunas investigaciones han mostrado que la simple presencia de una mascota puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en los seres humanos. Un estudio de 2013 comprobó que al someter a personas a una prueba de estrés que requiere resolver un problema muy complejo bajo presión, la presencia de su perro podía ser incluso más efectiva que la presencia de un amigo o un familiar para en la reducción de los niveles de estrés.
El acto de acariciar o abrazar a una mascota puede liberar oxitocina tanto en el humano como en el animal. La oxitocina es una hormona asociada con los sentimientos de amor y bienestar. La compañía de mascotas puede ser, además, especialmente beneficiosa para personas que sufren de trastorno de estrés postraumático, algo que se ha estudiado con los supervivientes de los graves terremotos en Japón en 2011.
Los problemas de dormir con tu mascota
Dormir con una mascota no siempre tiene consecuencias positivas, especialmente cuando dos personas comparten la cama con la mascota y tienen distintas sensibilidades. Uno de los problemas más comunes son las interrupciones del sueño debido a movimientos o ruidos de la mascota. Un estudio de la clínica Mayo siguió a dueños de mascotas durante años. Más de la mitad de los propietarios de animales de compañía les permitían dormir en el dormitorio. De estos, un 40% declararon que sus mascotas no les molestaban e incluso les ayudaban a dormir, pero una de cada cinco indicaron que sus mascotas les perturban el sueño.
Una de las primeras preguntas que se hacen al tratar los trastornos del sueño es si el paciente comparte la cama, algo que puede producir un sueño de mala calidad, tanto si se trata de una mascota como de una pareja, un hijo o un hermano. Aquí se produce una paradoja. En una revisión de estudios se llegó a la conclusión que compartir la cama (con mascotas o con humanos) hacía que las personas sintieran que dormían mejor, pero los datos resultantes de los análisis de sus patrones de sueño indicaban que tenían un sueño de peor calidad debido a factores como el calor o los movimientos en la cama. La presencia de una mascota en la cama podría hacer que una persona adopte posturas incómodas durante el sueño, lo cual podría llevar a dolores de espalda o cuello.
Además, algunos animales, especialmente los gatos, son más activos durante la noche. Esta actividad también puede interrumpir el ciclo natural del sueño del dueño. En algunos casos, permitir que una mascota duerma en la cama puede fomentar problemas de comportamiento, como la territorialidad o la ansiedad por separación. Esto provoca estrés tanto para el dueño como para la mascota, y puede afectar a la calidad del sueño del dueño a largo plazo.
Dormir con mascotas puede acarrear además otros problemas de salud no relacionados con la mala calidad del sueño. Aunque el riesgo para personas sanas es bajo, quienes tengan un sistema inmunitario debilitado, como los ancianos, aumentan su riesgo de contraer enfermedades zoonóticas como la tiña, la toxoplasmosis y ciertos tipos de parásitos intestinales que pueden ser transmitidos por mascotas. También hay riesgo de infecciones bacterianas como la salmonelosis, especialmente si la mascota ha estado en contacto con fuentes de contaminación, como alimentos crudos o heces de otros animales.
Para personas con alergias a los animales, compartir la cama puede exacerbar los síntomas, incluidos problemas respiratorios que podrían complicar enfermedades crónicas como el asma. Las mascotas pueden ser portadoras de ácaros y otros parásitos que pueden causar irritaciones cutáneas o sarpullidos.
Curiosamente, el estar en contacto con mascotas puede tener el efecto opuesto, especialmente en niños. Crecer con una mascota, y el aumento de la suciedad que viene aparejado, hace que los niños tengan una mayor diversidad en su microbioma, y esto refuerza y estabiliza el sistema inmunitario, lo que lleva a una menor incidencia de alergias y enfermedades autoinmunes en la edad adulta.
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