Seis trucos sencillos para eliminar y evitar los malos olores de la nevera
Seguramente te ha ocurrido: abres la nevera y un olor desagradable sale de ella, y aunque saques aquellos alimentos que ya no están en buen estado o que crees que están desprendiendo ese hedor, este continúa presente durante más días. Aquí es donde entran en juego esos trucos de limpieza populares y de antaño que recuperar y poner en práctica porque siguen siendo igual de efectivos.
Lo idóneo es prevenir con algunos actos cotidianos muy sencillos con los que evitar que la suciedad y los malos olores se creen en nuestras neveras: no almacenar restos de comida abiertos (debemos taparlos con papel de aluminio o film), limpiar los derrames y prestar atención a los productos antes de que se pongan putrefactos.
Aun así, tener a mano esta lista de trucos es esencial cuando los olores ya han llegado, aparentemente, para quedarse. La buena noticia es que la gran mayoría de los productos utilizados son naturales, fáciles de encontrar en nuestras casas o en supermercados y una eficaz alternativa a los productos de limpieza comerciales.
Vinagre
El vinagre es, sin duda, uno de los mayores aliados de la limpieza del hogar y, por tanto, también de nuestros frigoríficos. Las formas de utilizarlo son varias: por ejemplo, hay gente que empapa una miga de pan en vinagre y la deja en un recipiente descubierto en la nevera para que absorba los malos olores.
Otros optan por crear un pulverizador casero con vinagre blanco, el zumo de un limón y una taza de agua muy caliente para desprender esta mezcla en la nevera (previamente vaciada) y limpiarla con una bayeta.
En los casos en los que existan manchas grandes u olores fuertes se puede añadir a dicha mezcla una cucharada de bicarbonato para potenciar su función. Una vez limpio el frigorífico, cerraremos la puerta y dejaremos que actúe el producto durante un cuarto de hora antes de volver a meter los alimentos.
Café
Ya hemos hablado en otras ocasiones de usos del café más allá de su consumo, y este es uno de ellos. Además, no importa su formato cuando de eliminar los malos olores se trata. Si tenemos café en grano, podemos meterlo directamente dentro de un recipiente sin tapa e introducirlo en la nevera, aunque echándole un poco de agua el café expulsará con más rapidez su olor en el electrodoméstico.
En el caso de que utilicemos cápsulas de café, solamente debemos vaciar unas cuantas (una vez gastadas) en un bol y meterlo en la nevera. Otra opción es guardar y reutilizar los posos después de tomarlo. Para ello debemos dejarlos secar, y una vez secos introducirlos en un recipiente siempre sin tapar y meterlos en la nevera. Eso sí, debemos saber que es bastante probable que los malos olores desaparezcan, pero a cambio todo nuestro frigorífico tenga un notable aroma a esta bebida.
Agua oxigenada
Utilizar este producto es un buen remedio para hacer una limpieza a fondo del frigorífico. Para ello, vaciaremos la nevera por completo y empaparemos una bayeta en agua oxigenada para limpiar con ella todos los rincones de la nevera: baldas, paredes, cajones, etc.
Esto servirá para limpiar aquellos restos de suciedad que hayan podido crearse con el uso cotidiano y además neutralizará los malos olores. Aun así, si estos no desaparecen por completo, podemos echar un poco de agua oxigenada en un recipiente, meter en él la bayeta usada y dejarla dentro de la nevera durante unas horas con esta vacía.
Limón
El limón es otro de los ambientadores caseros por excelencia, capaz de combatir bacterias y hongos por su alto contenido cítrico y poseedor de un olor fresco y agradable que puede venirle muy bien a nuestra nevera… Y a nuestras ganas de limpiar.
Así lo demuestra un estudio publicado en Sage Journals, en el que se expuso a participantes de manera discreta a una limpiador multiusos con aroma a cítricos y al hacerlo se llegó a la conclusión de que mejoró la accesibilidad mental del concepto conductual de limpieza.
Además, el limón es una opción eficaz para neutralizar los olores con un acto muy simple: cortar un limón por la mitad, clavar en él clavos de olor (una especia aromática que consiste en el capullo seco del árbol clavero y que se puede encontrar en algunos supermercados o tiendas online) e introducirlo en la nevera.
Esta es una buena opción no solo para eliminar aquellos olores que estén presentes en el frigorífico, sino también como método de prevención ante ellos, manteniendo siempre el limón con clavos en la nevera y cambiándolo cada cierto tiempo, cuando empiece a perder su olor característico.
Bicarbonato
El bicarbonato es otro de nuestros infalibles ayudantes de limpieza. Para eliminar los malos olores de la nevera, algunos optan por crear una mezcla pastosa de agua y bicarbonato y empapar con ella un rollo de papel higiénico para introducirlo en la nevera y que este absorba los malos olores y la humedad.
En otros casos, también podemos utilizar esta pasta para limpiar a fondo la nevera con la ayuda de una bayeta después de vaciarla, sobre todo en los casos en los que los olores son muy fuertes.
Patata
Puede que no tengamos a mano ninguno de los otros productos mencionados, pero es fácil que contemos con alguna patata en el cajón de las verduras. Aunque los demás trucos puedan resultar más eficaces, este también se mantiene en la retaguardia como uno de los más sencillos.
Lo que debemos hacer es pelar una patata y meterla en el frigorífico, ya que este tubérculo actúa como absorbente. Eso sí, es recomendable cambiarla cada dos o tres días, ya que es un alimento que tiende a absorber los olores rápidamente.
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