Cómo eliminar las manchas marrones que persisten en el fondo del váter

El inodoro es una de las zonas del hogar más utilizadas y una de las que más acumulación de bacterias presenta. Esto no solo es debido a la continua deposición de residuos orgánicos, sino también a la zona de la casa en la que está ubicado.

Por ello, mantener una correcta higiene del baño es necesario para evitar la propagación de gérmenes, bacterias y suciedad, y también para evitar posibles malos olores y prolongar la vida útil del inodoro. De esta manera, es importante mantener una higiene regular en todos los sanitarios de la casa, que nos permita disfrutar del correcto funcionamiento de todos ellos.

Así, existen algunos métodos que te permitirán limpiar tu inodoro de manera sencilla y eficaz para que quede como tras su primer uso, eliminando todo tipo de manchas que persisten en el fondo del váter.

Piedra pómez

La piedra pómez es una gran opción para frotar manchas persistentes, ya que permite raspar los restos sin dañar la porcelana de los sanitarios. Por ello, utilizar este material permitirá retirar las manchas más persistentes del fondo del inodoro de manera sencilla y sin usar más recursos.

Para ello, tan solo habrá que sumergir la piedra pómez en agua hasta que esté completamente mojada y frotar sobre las manchas marrones en movimientos circulares. Humedecer la piedra permitirá suavizarla y evitar rayaduras en la porcelana.

Es posible continuar la tarea cuanto tiempo sea necesario hasta retirar las manchas, frotando siempre con movimientos suaves. Una vez terminada la limpieza, tira de la cadena para eliminar todos los restos. De esta manera, será posible retirar la suciedad más incrustada en el inodoro sin necesidad de recurrir a productos químicos.

Bicarbonato de sodio y vinagre

Dos de los productos de limpieza más aclamados a la hora de realizar las tareas de mantenimiento del hogar son el bicarbonato de sodio y el vinagre blanco de limpieza. Esto es así ya que ambos resultan útiles para tratar diferentes problemas típicos en el hogar, como manchas persistentes o malos olores.

Además, tanto el bicarbonato de sodio como el vinagre blanco de limpieza pueden ser utilizados de forma individual y de forma conjunta para amplificar el método de limpieza. Para limpiar el inodoro correctamente, es recomendable combinar ambos y disolver así los residuos más persistentes.

Para comenzar, vierte una taza de bicarbonato de sodio en el fondo del váter. Este actúa como un suave abrasivo, por lo que puede romper las manchas presentes en el fondo del sanitario.

A continuación, añade dos tazas de vinagre blanco, el cual ayudará a disolver los restos minerales como la cal y, además, producirá una reacción efervescente en contacto con el bicarbonato de sodio.

Posteriormente, deja la mezcla reposar durante al menos media hora, las burbujas producidas por la combinación de materiales aflojarán todos los restos presentes en el inodoro. Pasados 30 minutos, utiliza unos guantes de limpieza y un cepillo para frotar en las manchas que aún sean visibles.

Para finalizar, tira de la cadena para enjuagar el váter. Tras ello, puede que sea posible divisar restos aún incrustados en el sanitario, por lo que será necesario repetir el proceso.

Lejía

Otro de los materiales más comunes respecto a la limpieza del hogar es la lejía. Esta permite no solo limpiar, sino desinfectar, por lo que es una gran opción para retirar la suciedad incrustada en cualquier tipo de sanitario. Su aplicación es sencilla, ya que solo requerirá de lejía (o cloro) y unos guantes de limpieza.

Es importante utilizar guantes, ya que la lejía es un producto tóxico y un químico bastante abrasivo. De esta manera, utilizar guantes de goma evitará la aparición de irritación cutánea o incluso de quemaduras.

Para comenzar, vierte media taza de lejía en el váter y déjalo actuar durante al menos media hora. Mientras reposa, el producto desinfectará y eliminará cualquier acumulación de materia orgánica en el inodoro. Tras ello, también es posible utilizar un cepillo de cerdas no muy duras (como un cepillo de dientes) para frotar las manchas persistentes.

Tras ello, tira de la cadena para eliminar todos los restos tanto de lejía como de residuos levantados. Si el proceso no ha sido efectivo, es posible repetirlo hasta que todos los restos orgánicos queden totalmente eliminados.

Además, la lejía no solo servirá para desinfectar la zona y retirar los restos más incrustados, sino que además es un potente blanqueador, por lo que su uso puede resultar eficaz también para que el inodoro vuelva a adquirir su característico color blanquecino.