Si te preocupa el cambio climático, toca hacer algo para reducir las dañinas emisiones a la atmósfera. Podemos huir de las botellas de agua, tomar menos carne (o ninguna) y llenar nuestra cesta de la compra con alimentos de temporada. Pero hay algo más: cambiarnos a la electricidad verde. Con el fin del polémico 'impuesto al sol', una ambiciosa Estrategia Nacional de Autoconsumo y un decreto que permite compartir los paneles fotovoltaicos y hasta apuntarse a una cooperativa renovable, ya no hay excusa, dicen los expertos.
Enchufarse a la corriente verde tiene un doble incentivo: no solo dejamos de lanzar CO2 a la atmósfera, además ahorraremos dinero, con recortes de hasta la mitad en la factura de la luz. Encender la luz no nos sale gratis. Tampoco al planeta. De hecho, el suministro de electricidad, gas, aire acondicionado y agua en 2018 fue responsable del 20,9% de las emisiones de gases de efecto invernaderogases de efecto invernadero en España, principales responsables del calentamiento global: un total de 59,7 millones de toneladas de CO2.
Puesto que uno de cada cinco kilos de CO2 lo emitimos en nuestros hogares, toca pensar seriamente en el modo de reducir la huella climática doméstica. Existen medidas rápidas, como reemplazar todas las bombillas por luces led. Pero hay más: “Tras el fin 'impuesto al sol', tener en casa electricidad procedente de fuentes renovables no solo es posible y fácil, también resulta más barato”, afirma María Prado, responsable de energías alternativas y renovables de Greenpeace España.
Luz sin CO2 y más barata
Nuestro potencial verde resulta inmenso. De hecho, uno de cada tres ciudadanos en España quiere producir su propia electricidad, de forma individual o colectiva, según revela un estudio de 2016 que realizó el instituto de investigación ambiental CE Delft. Un tercio que sumaría 15,5 millones de personas que podrían generar (con paneles solares en sus tejados, calderas de biomasa e instalaciones geotérmicas o eólicas a pequeña escala) el 19% de la demanda de electricidad en 2030, y hasta el 45% en 2050.
Si España aprovechara todo su potencial renovable tendría electricidad limpia de sobra para todos, y hasta para exportar. Según estima el Secretario de Estado de Energía, José Domínguez, en declaraciones a Reuters, el país tiene potencia eléctrica renovable suficiente para proveer a 84 millones de familias84 millones de familias, cuatro veces el número actual de hogares.
Así, el país podría generar electricidad a partir del sol y del viento a un precio de entre 36 y 40 euros por megavatio/hora, por debajo de los 45 o 50 euros que hemos pagado por ella durante 2019. Enchufarse a la corriente verde implica no solo dejar de emitir CO2; además puede tener beneficios para la economía doméstica.
¿Qué opciones tenemos en España?
1. Paneles en tu tejado (o en el edificio de enfrente)
La primera opción: el autoconsumo, es decir, poner paneles solares en tu tejado o compartirlos con otros vecinos. Aunque el sol no constituya la única forma de obtener electricidad renovable -también puedes instalar, por ejemplo, una minieólica-, el autoconsumo doméstico fotovoltaico vive una explosión tras el fin del polémico impuesto al sol que implantó el Gobierno del PP.
El decreto para el autoconsumo eléctrico facilita que tanto las viviendas unifamiliares como las comunidades de vecinos instalen placas. Además, estos paneles no tienen por qué estar en nuestro tejado: pueden estar en el de enfrente, pero permitiendo beneficiarnos de la electricidad que produzcan como si fueran nuestros. De hecho, el decreto dice que podemos compartir los electrones verdes con los vecinos de otro edificio, siempre que nos encontremos a menos de 500 metros de distancia.
Ahora la pregunta del millón: ¿de verdad es más barato? La respuesta, dice Prada, es sí; pero la rentabilidad varía, y tardaremos entre siete y diez años en amortizar la inversión. “El precio de una instalación fotovoltaica para una familia oscila entre los 3.000 y los 7.000 euros, un 90% menos que hace apenas una década”, explica. El coste dependerá del número de placas que instalemos, es decir, del tamaño de nuestro tejado.
No solo importan los metros cuadrados, también hay que fijarse en la orientación. Así, un tejado al sur, que recibe un mayor número de horas de sol, puede resultar hasta un 30% más rentable que otro con orientación norte. El ahorro en la factura también depende de nuestros horarios. Lo ideal es estar en casa a medio día y consumir en esa franja, cuando hace sol. Pero si, como la mayoría de los mortales, llegas a casa por la tarde, la electricidad que generan tus paneles se exporta a la red.
Según el decreto, algo te pagan: “la red te compensa en la próxima factura de la luz, pero te paga la electricidad casi a la mitad del precio”, dice la experta en energía. Aun así, y aunque llegar a un autoconsumo eléctrico del 100% aún es complicado, con un buen estudio del consumo en casa, “podemos obtener entre el 46 y el 50% de nuestra luz de fuentes renovables, y recortar nuestra factura casi a la mitad”, dice Prada. Eso sí: para el 50% restante del consumo tendrás que seguir tirando de la red eléctrica.
2. Comprar electricidad 'no tan verde'
La segunda opción: comprar electricidad renovable a una compañía privada o empresa pública, como sucede en Cataluña con Barcelona EnergíaBarcelona Energía. En 2018, las renovables supusieron el 38,5% de la electricidad, sobre todo eólica (casi el 20%), hidráulica (13%), fotovoltaica (3%) y solar termoeléctrica (1,7%).
Problema: si compras luz renovable, reducirás tus emisiones, pero no tanto como quizás pienses. El motivo: en general, las compañías no pueden suministrar electricidad renovable directamente a tu casa. Y una vez que la energía está en la red, no hay forma de distinguir un megavatio generado por una instalación solar o eólica del producido por combustibles fósiles, como el gas natural o el carbón, o por una planta nuclear.
Por mucha luz verde que compres, te llegará una mezcla menos verde. Sin embargo, estarás apoyando la certificación de energía renovable; y si todos pedimos el cambio, apremiamos a las empresas a que amplíen la producción verde para poder comprar más certificados.
3. Cooperativas ciudadanas de energía limpia
Finalmente, puedes contratar la luz con una de las cada vez más ubicuas cooperativas ciudadanas energéticas. Así, por cuotas de entre 50 y 100 euros podemos hacernos socios y obtener parte de la luz limpia que generen. Las cooperativas energéticas ya cuentan con 175.000 ciudadanos en España, y aunque todavía apenas generan el 1% total de la luz, según Prada, “son las que realmente están liderando la revolución eléctrica verde”, y cada vez darán más que hablar.
Opciones para todos los gustos y casi todos los bolsillos. Pero un objetivo común: colgar en la puerta el cartel de Hogar, verde hogar.
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