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¿Cómo escoger la comida del gato?

Eva San Martín

28 de diciembre de 2020 22:21 h

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Buena noticia: tu gato te necesita. Y también precisa alimentarse con la comida felina adecuada; una tarea que no siempre resulta sencilla, como nos recuerda Isabel, socia de elDiario.es. “Me gustaría que me informasen sobre los piensos de gato y la comida húmeda; y por qué a algunos les ponen tanto cereal, si un felino no es un pollo”, se pregunta Isabel. 

Como sucede en el caso de los perros, en el mercado cada vez existen más opciones de alimentos para gatos. Y desorientarse es sencillo. ¿Por dónde empezamos? El primer consejo: utiliza la misma mentalidad con la que ideas un desayuno. Es decir, empieza por asegurarte de que el alimento de tu amigo resulta nutricionalmente equilibrado. 

“Necesitas una comida que sea completa (tiene que especificarlo el paquete) y adecuada para la especie, es decir: que haya sido formulada para gatos”, explica Marta Hervera, nutricionista veterinaria con certificación europea y cofundadora de Expert Pet Nutrition. 

Además, el alimento debe resultar apropiado para la edad de tu felino; es decir, hay que tener en cuenta si es un adulto, un cachorro que aún está creciendo o si ya es un gato mayor o senior. Y no: un gato no es un perro pequeño, ni desde el punto de vista de su alimentación ni de su comportamiento. 

Por tanto, no puede comer su alimento. Mientras que el perro es omnívoro, el gato es un carnívoro estricto: esto significa que tiene unos requerimientos nutricionales muy específicos y particulares. Y el hecho de que sea completo y formulado para gatos es una garantía de que ese alimento, al menos, contiene todos los nutrientes que tu camarada de ronroneos necesita, y también en la cantidad diaria que los precisa tomar. 

“Pollo” o “cordero”, mejor que “carne”

Puesto que tu gato es un carnívoro estricto, la carne es un ingrediente clave en su dieta. También significa que su alimento debe contener nutrientes que su cuerpo no sintetiza de forma natural, como la taurina, la arginina o la niacina. 

Si la carne aparece entre los primeros ingredientes de la etiqueta es buena señal; ya que sugiere que contiene suficientes productos de origen animal para proporcionar los aminoácidos y ácidos grasos que tu gato necesita. 

Ojo, que hay truco: “La etiqueta no da la información real sobre los ingredientes porque ofrece cantidades brutas; y estas pueden variar tras el procesado”, advierte la nutricionista veterinaria. Aun así, si en lugar de palabras genéricas como “carne o subproductos de carne”, lees ingredientes que reconoces, como “pollo”, o “cordero”, mejor: los alimentos para gatos de mayor calidad suelen ser más específicos en la lista de ingredientes. 

¿Frutas y verduras? Otra buena señal

Hervera recomienda escoger alimentos con ingredientes naturales e integrales, como frutas y verduras; o con hidratos de carbono de alta calidad, como el arroz, la avena o la patata. “No es el que el gato necesite comer manzana, pero tampoco está mal que la coma”, anota. 

Y, además, le ayudamos a tomar fibra, un nutriente que puede ser interesante. Hay más: el precio también habla de la calidad y de los ingredientes. “La calidad, hay que pagarla”, anota la nutricionista. 

¿Húmedo o seco? ¿Con o sin cereales?

El alimento seco de calidad es apropiado. El problema es que el gato es un mal bebedor, y normalmente no ingiere la cantidad de agua que debería. Para favorecer la ingesta de líquido, y prevenir los tan habituales problemas renales, conviene introducir alimento húmedo en su dieta; o al menos, combinarlo con las croquetas. [¿Qué debería comer mi gato, ¿latas húmedas o pienso?]

¿Y qué hay de los cereales? Este ingrediente se incluye para aportar almidón, una fuente de energía que el gato digiere sin problemas; y que permite no añadir tanta grasa. Y, aunque son tendencia, los nutricionistas veterinarios son cautos a la hora de recomendar un alimento sin cereales para tu gato.

Al menos mientras que no se sepa qué ocurre con la comida sin cereales para perros, y por qué da problemas (la agencia de medicamentos de Estados Unidos -FDA por sus siglas en inglés- ha activado una alerta sanitaria). “Puesto que el alimento sin cereales para gatos no ofrece ningún beneficio nutricional directo, yo en este momento, no lo recomiendo”, zanja Hervera. 

El truco de la etiqueta (y porqué hay que llamar al fabricante)

Ya que el procesado puede alterar la cantidad de los ingredientes (también de las vitaminas y aminoácidos), hay que exigir al fabricante que pruebe su producto antes de venderlo. Algo que, por sorprendente que resulte, no es obligatorio; aunque Hervera lo considera un requisito esencial de garantía. 

Puede pasar, por ejemplo, que un aminoácido que figura en la etiqueta se pierda en el procesado, o que deje de estar en la cantidad que tu gato necesita. Mientras que un test de digestibilidad (tampoco obligatorio) te informa de si la proteína es lo suficiente digerible, es decir, si tu felino podrá aprovecharla. 

“Por desgracia, los fabricantes de alimentos para gatos o perros no están obligados a pasar unos test concretos; y nos toca a nosotros llamar al productor y asegurarnos de que ese alimento ha sido probado antes de venderse”, anota. Eso sí: cuando llamas, el fabricante sí está obligado por ley a facilitarte toda la información. 

¿Y si no lo hace? Sospecha de ese alimento, y busca otro. La recomendación: escoger la comida de mayor calidad que puedas. Sin olvidar esas ricas latitas que hacen ronronear de placer a tu amigo. No solo ahorrarás en facturas del veterinario; tu gato también será más feliz. 

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