¿Cómo evitar que las avispas se posen encima de la comida?
Las avispas se parecen en lo que refiere a su dieta más a nosotros que a las abejas, animales que estrictamente se alimentan del néctar de las flores. Las primeras, en cambio, gustan de todo tipo de alimentos, desde carne a verduras, huevo, etc. De hecho, algunas especies se alimentan de otros insectos, abejas incluidas.
Y para capturar sus alimentos se guían tanto por el olfato como por los colores, lo que explica que las encontremos muchas veces revoloteando alrededor de los cubos de basura o bien, por lógica, cerca de los puestos de comida, especialmente si hay alimentos dulces. Tienen especial predilección por los colores vivos, así como por los olores fuertes, desde la carne en descomposición (y no tanto) hasta los aromas florales y azucarados.
Así que si nos encontramos con el concurso de avispas en nuestras comidas y cenas al aire libre, no debería extrañarnos; no se le pueden poner puertas al campo, especialmente si la comida es vistosa y aromática. No obstante, de lo explicado se derivan una serie de precauciones para evitar que las avispas nos detecten, acudan a nuestro festín gastronómico y aumenten así las probabilidades de que nos piquen.
Cosas que llaman la atención de las avispas
Desde Seviplagas, empresa dedicada a combatir todo tipo de plagas, nos aconsejan lo siguiente:
- Colores vivos: por su rango de visión, les atraen mucho los colores vivos y chillones como el amarillo, el rojo o el naranja ácido. Debemos evitarlos en nuestras vestimentas.
- Fragancias florales: las colonias y los perfumes con un aroma floral, cítrico, anisado o dulce ejercen un gran atractivo para las avispas y las guían hacia nosotros y nuestra comida.
- El olor a comida: en especial si esta está caliente, ya que también son sensibles al calor y los aromas desprendidos. La solución pasa por disponer de fuentes con tapa o bien usar recipientes para contener el alimento. También es importante, una vez hayamos terminado de comer o cenar, retirar las sobras de la mesa con prontitud.
- El agua: las avispas acuden a las fuentes de agua a beber y refrescarse, como cualquier otro animal. Por lo tanto, si cenamos cerca de una piscina , un estanque o una fuente, su presencia será más probable.
- Plantas en floración: olores a néctar como el del azahar o similares, es decir olores dulzones y potentes, son un imán para las avispas, algo que no ocurre en cambio con el olor balsámico del jazmín, que las repele. La norma será no cenar cerca de este tipo de flores.
- Los árboles frutales: los frutales, con sus flores o sus frutas maduras son otra fuente de atracción para las avispas. Comer o cenar cerca de ellos nos asegurará su presencia, así que buscaremos otros lugares para alimentarnos en exteriores.
- La fruta caída del árbol: la fruta que cae o ha sido picada por los pájaros en el árbol y tiene la pulpa al aire, fermentándose y pudriéndose, les resulta muy atractiva. Recogeremos, pues, la fruta en mal estado o bien evitaremos comer y cenar en zonas donde la pueda haber. Del mismo modo, evitaremos los olores a basura cercanos.
Cómo evitar la presencia de avispas
Si de todos modos las avispas acuden a cenar con nosotros con insistencia, hay algunos trucos que podemos poner en práctica para tratar de ahuyentarlas. Desde distintas páginas web se propone el uso de plantas aromáticas en la mesa o bien tener una barbacoa encendida, pero en Serviplagas proponen como más eficaces los siguientes trucos:
- Platos con vinagre: el olor a ácido vinagre (ácido acético) es un potente repelente, tanto por su intensidad como porque el ácido acético indica que un azúcar se está fermentando y por tanto se trata de un alimento en mal estado.
- Naftalina: el olor a naftalina potente las repele, así que guardaremos las bolas en un recipiente, un vaso por ejemplo, para que el viento o la brisa no disperse el olor.
- Pepino o limón con clavo: otra propuesta, tal vez menos molesta para nuestro olfato, es dejar en un plato rodajas de pepino o de limón con especia de clavo, ya que se supone que estos aromas molestan a las avispas.
- Velas con aromas antiavispas: las mismas velas de citronela que se usan para ahuyentar a los mosquitos funcionan también para las avispas, aunque tienen el mismo problema: si hay brisa o viento, el olor se dispersará. Además, hay que ponerlas en el suelo porque si no el olor no se queda en la mesa.
Cómo actuar ante la picadura de una avispa
Aunque solemos confundirlas, es distinta la picadura de una abeja a la de una avispa. Las abejas dejan el aguijón dentado incrustado en la herida y mueren tras picar; las avispas, en cambio, no dejan clavado su liso aguijón, lo que les permite picar más de una vez. Si nos ha picado una abeja, no debemos intentar quitar el aguijón pellizcando la piel de alrededor porque corremos el riesgo de incrustarlo más. Tampoco debemos aplicar barro porque los gérmenes que contiene nos pueden provocar una infección.
Por otro lado, uno de los problemas más habituales de este tipo de picaduras son las reacciones alérgicas, sobre todo las de la avispa. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), una sola picadura basta para provocar un cuadro general de ronchas, dificultad para respirar o mareo. Si sufrimos una reacción alérgica que vemos que se agrava, deberemos llamar a urgencias y su personal nos indicará cómo debemos proceder.
En caso de que la reacción sea leve pero dolorosa, procederemos con el siguiente protocolo, según indica Mediline Plus, la página de asesoramiento del gobierno de los Estados Unidos
- Trataremos de extraer el aguijón (si aún lo tenemos). Para tal fin, rasparemos cuidadosamente con el canto de un cuchillo u otro objeto delgado, sin filo y recto (como una tarjeta de crédito) sobre la zona para retirar el aguijón. Esto siempre que la persona herida pueda quedarse quieta y sea seguro hacerlo. También podemos tratar de sacar el aguijón con pinzas o con los dedos. Pero de hacerlo así, evitaremos comprimir el saco del veneno que está en el extremo del aguijón, ya que si este saco se rompe se liberará más veneno.
- Limpiaremos completamente el área con agua y jabón.
- Después aplicaremos hielo (envuelto en un paño limpio) en el lugar de la picadura durante unos diez minutos para después retirarlo con el fin de dejar la zona descansar durante otros diez minutos. Repetiremos el proceso. Si la persona tiene problemas circulatorios, disminuiremos el tiempo de aplicación de hielo para evitar posibles daños en la piel.
- De ser posible, mantendremos la zona afectada inmóvil para evitar que el veneno se disemine.
- Siempre por consejo médico o farmacéutico, podemos tomar por vía oral, si podemos tragar, un medicamento antihistamínico.
19