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La fascitis plantar es la causa de aproximadamente el 15% de los casos de dolor en la planta del pie que son motivo de consulta frecuente en la consulta de Medicina Familiar y Comunitaria. Se manifiesta sobre todo con dolor que afecta al talón y en la planta del pie y, en función del grado de evolución, puede hacer que caminar sea un auténtico problema para quien la sufre.
Qué es la fascitis plantar
La fascitis plantar es una inflamación de la fascia plantar, el ligamento que atraviesa la parte inferior del pie y que conecta los dedos de los pies y el hueso del talón. Esta inflamación del arco del pie se produce cuando se desgastan las fibras de los tejidos de esta zona, lo que acaba provocando inflamación y dolor.
La fascia está sometida a tensiones estáticas por el propio peso corporal y a tensiones dinámicas durante la marcha, la carrera y el salto. Si estas tensiones son excesivas pueden inflamar la fascia y provocar dolor, que aparece sobre todo al levantarnos por la mañana o después de un periodo de descanso y que acostumbra a disminuir de forma gradual al caminar, pero que empeora al realizar ciertas acciones como subir escaleras o caminar descalzos y, al final del día, si estamos de pie durante mucho tiempo.
Algunos factores que pueden empeorar la fascitis plantar incluyen las actividades repetitivas de alto impacto como correr, acciones que incluyan la carga de peso, estar de pie o caminar durante mucho tiempo, tener los pies planos o arcos muy altos y el tipo de calzado que usemos. Por tanto, cualquier cosa que irrite o dañe la fascia plantar puede causar fascitis plantar.
Por qué la fascitis plantar es más común en verano
Cuando llega el verano no solo cambiamos de estación sino también la forma en la que nos vestimos y calzamos. Pasamos de los zapatos cerrados del invierno, que nos ofrecen sujeción y estabilidad, a otro tipo de calzado, menos sujeto, más suelto, y además cambiamos la altura de la suela, lo que provoca que los músculos que intervienen cuando caminamos también cambien de posición.
Según el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Navarra (COFN), entre las distintas causas de la fascitis plantar encontramos el uso continuado y frecuente de chanclas o sandalias de suela fina, un calzado con poca amortiguación y menos sujeción que hace que aumenten los casos de fascitis plantar durante el verano y otros problemas, como ya explicamos en este artículo. Con las chanclas, un calzado inestable de suela fina, nuestro talón golpea una suela más desigual y el arco del pie pierde apoyo, obligando a la fascia a ponerse a trabajar.
Al ir en chanclas hay un aplanamiento de toda la planta del pie, lo que hace que la carga al andar no se reparta de forma proporcionada. Este tipo de calzado nos obliga a poner tensión en toda la cadena posterior de la pierna, sobre todo el de los gemelos y el sóleo, que entran en el tobillo a través del tendón de Aquiles. Esto hace que la cuerda del arco se estire y provoque pequeños desgarros en el ligamento. Con el tiempo, es posible que sintamos un dolor punzante en el arco y dolor en el talón.
Cómo prevenir la fascitis plantar
La mejor cura para la fascitis plantar es la prevención. Algunos pasos para prevenir este problema son, sobre todo ahora en verano:
- Usar calzado ancho con un tacón de dos a cinco centímetros.
- Evitar calzados con poca suela, estrecha y sin agarre que obliguen a llevar los dedos de los pies en forma de garra para no perder el zapato.
- Priorizar el calzado que nos sujete bien el tobillo y el talón, que hará que se distribuya mejor el esfuerzo al caminar en todo el pie.
- Usar calzado adecuado a las actividades que vayamos a desarrollar, que ofrezca un apoyo correcto para el arco del pie y una buena amortiguación para los impactos, sobre todo en el caso de que realicemos deporte. Priorizar las actividades de bajo impacto como caminar, ir en bicicleta o nadar.
- Corregir el sobrepeso y la obesidad ya que el exceso de peso puede dañar la fascia plantar, haciéndola menos capaz de absorber los golpes, lo que puede provocar dolor en el talón.
- Usar plantillas ortopédicas, si el experto lo considera oportuno, en el caso de que haya alguna alteración del arco plantar, como puente excesivo o aplanamiento.
- No caminar descalzos sobre terreno duro.
- Aplicar hielo sobre la zona dolorida tres o cuatro veces al día para ayudar a reducir el dolor y la inflamación.
Según la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS), más del 90% de las personas con fascitis plantar mejoran a los diez meses de haber iniciado métodos de tratamiento simples como descansar, ya que disminuir o evitar las actividades que empeoran el dolor es el primer paso para reducirlo.
También puede ayudar realizar estiramientos de la parte trasera de la pierna inclinándonos hacia adelante contra una pared con una rodilla estirada y el talón en el suelo. Para estirar también el tendón del talón, debemos empujar las caderas hacia la pared de forma controlada y mantener esta posición durante al menos diez segundos. Sabremos si estamos realizando bien el estiramiento si sentimos un pequeño tirón.
Otro estiramiento que nos aliviará es el de la fascia plantar, que podemos hacer sentados, cruzando el pie afectado sobre la rodilla de la otra pierna, sujetamos los dedos del pie y los acercamos lentamente hacia nosotros de forma controlada. La otra mano la colocamos a lo largo de la fascia plantar, que sentiremos como una banda apretada a lo largo del pie cuando estiramos. Los expertos aconsejan realizar este estiramiento a primera hora de la mañana.