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¿Cómo funciona una electrolinera?

Darío Pescador

7 de septiembre de 2022 05:31 h

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Si tienes un coche eléctrico, estás en clara minoría. En España, durante 2021, solo se vendieron 10.000 coches con emisiones cero, es decir, completamente eléctricos, lo que supone un 0,3% del total de ventas. Una experiencia habitual para los dueños de estos vehículos es tener que esperar turno para recargar las baterías del coche durante un viaje largo, porque ahora mismo hay algo menos de 8.000 “electrolineras” en el país

Sin embargo, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética aprobada el año pasado, de acuerdo con la regulación europea, prevé que en 2040 todos los automóviles vendidos serán eléctricos (o de hidrógeno, pero eso es otro tema) y que en 2050 ya no podrán circular los vehículos con motor de combustión interna. 

En el resto del mundo la situación es un poco mejor, pero no mucho: solo nueve millones, un 0,7%, de los coches, son eléctricos, y casi la mitad se encuentran en China. Según un informe de Bloomberg, se espera que en 2030 el número de vehículos eléctricos alcance los 116 millones. Esto significa que en los años que siguen veremos cómo surgen electrolineras a nuestro alrededor como champiñones. Quizá sea el momento de ver cómo funcionan.

Cómo funciona una electrolinera

Una electrolinera, o estación de carga de vehículos eléctricos, tiene una función similar a la estación de bombeo de gasolina que conocemos como gasolinera, pero en este caso se trata de una máquina que proporciona energía eléctrica para cargar las baterías de los vehículos enchufables. Esto incluye coches completamente eléctricos o híbridos.

Los dueños de vehículos eléctricos también cuentan con una subvención para instalar en sus casas o sus plazas de garaje un punto de recarga a través del plan Moves III. Sin embargo, quienes carezcan de un sitio propio donde dejar el coche dependen de la red pública de electrolineras para poder hacer uso de él.

Las estaciones de recarga públicas suelen encontrarse en la calle o en centros comerciales, y también en espacios públicos y zonas de aparcamiento. Empieza a haber también electrolineras junto a las estaciones de servicio. Los puntos de recarga públicos se pueden localizar en sitios web y aplicaciones como google maps o ElectroMaps o Chargemap.

Los requisitos para una electrolinera son diferentes a los de una gasolinera. En lugar de depósitos de combustible enterrados en el suelo es necesaria una conexión a la red eléctrica de alta potencia, y unas máquinas, los convertidores, que se encargan de seleccionar el modo de recarga y calcular su coste.

El funcionamiento de las electrolineras obedece a la forma de recarga de las baterías de los coche eléctricos, de iones de litio, que son como las que emplean los teléfonos móviles, pero más grandes. Para recargar estas baterías es necesaria corriente continua, mientras que la electricidad que utilizan los hogares y la industria es de corriente alterna. En este paso, la conversión, se decide cuánto tardará el proceso de carga.

¿Cuánto tarda en cargarse mi coche eléctrico?

La forma en la que se realiza esta conversión de corriente, y la potencia disponible, determinan la velocidad de carga, que se ha clasificado en cuatro modos.

  • Modo 1: consiste en conectar al vehículo a una toma de electricidad doméstica, y la conversión la hace el propio vehículo. No es muy seguro ni muy rápido, por lo que se emplea en vehículos eléctricos pequeños como motos y patinetes. 
  • Modo 2: la mayor parte de los vehículos eléctricos se cargan en casa o en el garaje durante la noche, ya que es el modo más económico. Por un lado estaremos pagando un precio de kWh menor, y es posible contratar tarifas nocturnas específicas para esa toma, que es del mismo tipo que los otros enchufes domésticos. En este caso también se usa el convertidor interno del coche, con un pequeño dispositivo intermedio situado en el cable que se asegura de que no haya sobrecargas y la efectividad sea máxima. Como el convertidor tiene poca capacidad, ya que la potencia en los hogares es como mucho de 16 amperios, es una carga lenta de entre 6 y 18 horas.
  • Modo 3: este es el modo de recarga llamada semirrápida disponible en las electrolineras o cuando se instala un punto de carga doméstico dedicado, que puede ser trifásico. La manguera de carga y la toma son especiales, y tiene varios contactos, por unos circula la corriente y los otros sirven para comunicar el coche y el punto de carga y verificar su seguridad. La conversión a corriente continua la realiza el coche también. Estos puntos pueden tener hasta 32 amperios y la carga dura unas cuatro horas. 
  • Modo 4: es la llamada carga rápida, disponible en las electrolineras, que también es la de mayor precio. Estos convertidores, parecidos a surtidores de gasolina, proporcionan corriente continua. Usan mangueras como las del modo anterior, y el convertidor externo permite una corriente de carga de hasta 125 amperios, que puede recargar la batería de un coche al 70% en 30 minutos. 

Además también hay unos pocos puntos que ofrecen Modo 4 con recarga ultrarrápida, que pueden proporcionar hasta 700 kW de potencia y pueden cargar el 80% de la capacidad en tan solo seis minutos. Aquí es donde la comodidad puede pasar factura.

Todos sabemos que la batería de iones de litio del móvil se deteriora con el tiempo, y llega un momento en que acepta menos carga y dura menos. Lo mismo ocurre con las baterías de los coches eléctricos. Pues bien, cuanto más rápido sea el modo de carga, más corta será la vida útil de las baterías. Usar el modo superrápido o ultrarrápido con mucha frecuencia puede obligarnos a sustituir las baterías antes de lo previsto. 

Cuánto cuesta recargar un coche eléctrico

Con las tarifas actuales, recargar un coche en una toma de casa, con un precio medio del KWh de 0,30 euros, y teniendo en cuenta que un coche medio tiene una batería de 20 KWh, rondaría los seis euros. En las electrolineras, el precio depende del modo de carga, y también del proveedor y el programa de descuento del que se disponga.

El modo 3 está entre los 0,35 y 0,50 euros por KWh, mientras que los de carga ultrarrápida de alta potencia están entre los 0,50 y los 0,70 euros por KWh, lo que duplica el precio de cargar la batería en casa. Teniendo en cuenta que la autonomía de los coches eléctricos es aproximadamente la mitad que la de un coche de gasolina, serían necesarias dos cargas para igualarse a un depósito lleno de combustible.

Y aun así el precio, especialmente en esta crisis, es considerablemente menor, lo que puede hacer que el coche eléctrico se amortice rápidamente, dependiendo de su uso. En cualquier caso, tenemos menos de veinte años para pensarlo. 

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