¿Funcionan realmente los fertilizantes caseros para plantas?

Diego Olivares

16 de febrero de 2024 22:29 h

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El DIY (del inglés do it yourself, haz lo tú mismo) está en boga en el ámbito casero y son muchas las personas que optan por hacerse ellas mismas buena cantidad de cosas del día a día. Nos atrevemos con todo: con el sushi, con mermeladas imposibles e incluso con la transformación de nuestros viejos muebles en renovadas piezas vintage

Dentro de esta ola de creatividad doméstica se han colado el uso de fertilizantes caseros y el compostaje. Es normal cuando apostamos por formas de vida más sostenibles y por no desperdiciar nada. Así que si podemos aprovechar los restos de la cena para alimentar a nuestras plantas, mejor que mejor. 

Te cuento qué hay detrás de esta práctica tan popular en redes sociales y si realmente funciona para mantener a tus plantas bien sanas. 

A saber sobre los fertilizantes caseros

Antes de desmentir o confirmar la efectividad de estas recetas caseras, repasemos cuál es el objetivo de todo esto. Al fin y al cabo lo que queremos es aportar de alguna forma los nutrientes al medio de cultivo, ya que en la naturaleza las plantas encuentran los nutrientes minerales a través de procesos de descomposición que ocurren en el suelo: restos de plantas y animales, excrementos, frutos de otras plantas... Entonces, ¿por qué no hacerlo en casa? 

Al incorporar estos restos orgánicos al suelo lo que en realidad queremos es crear compost. Vamos, lo que ocurriría en la naturaleza pero de forma controlada y utilizando nuestros desperdicios. 

Para esto necesitamos hacerlo bien. No sirve echar a la maceta los restos que vas viendo por casa al tuntún con el deseo de que, de repente, se convierta en el mejor alimento posible.

Deberás hacerte con un compostador y realizar una serie de procesos con el objetivo de que en ese suelo se cree la magia y los nuevos nutrientes disponibles para las plantas. En el mercado hay compostadores caseros y también puedes encontrar un montón de vídeos de cómo realizar esta práctica. Eso sí, prepara espacio y reserva un hueco en la agenda, ya que te llevará cierta práctica que a la larga agradecerán tus plantas. 

Es cierto que la fabricación de fertilizantes caseros puede no ser tan precisa como el uso de fertilizantes comerciales, donde las concentraciones de nutrientes están claramente especificadas. Detrás de cada uno de estos productos que puedes encontrar en el mercado en diferentes formatos, ya sean de origen orgánico o no (abonos sólidos, preparados líquidos, bastoncillos, abonos granulados, etc) hay muchos profesionales que han trabajado con el objetivo de suministrar a tus plantas justo lo que necesitan y de forma bastante eficiente. 

Aunque esta práctica necesite sus matices, hay ciertos beneficios que sí o sí obtendrás con ella: 

  • Salud del suelo: aunque no puedas medir exactamente la cantidad de nutrientes en un abono casero, la materia orgánica generada ayudará de forma considerable a la salud del suelo, mejorando la retención de agua, fomentando la actividad microbiana beneficiosa y ayudando a mantener un suelo bien estructurado. 
  • Mayor sostenibilidad: la fabricación de abonos caseros es una práctica muy sostenible ya que además de reducir la dependencia de fertilizantes químicos para alimentar a tus plantas, conseguirás reciclar estos residuos orgánicos que en el día a día generas, contribuyendo a la reducción de residuos
  • Jugar con las recetas: aunque es prácticamente imposible saber a ciencia cierta qué cantidad obtendrás de cada macro y micronutriente a la hora de hacer tu propio compost, podrás jugar con los distintos ingredientes para conseguir aquello que necesitas. Te explico más sobre ellos a continuación.

La fabricación de abonos caseros o compost es un proceso natural, lento y complejo y puede hacer variar el resultado obtenido dependiendo de muchos factores: temperatura ambiente, calidad de los alimentos, residuos presentes en ellos...

Los tres ingredientes más populares 

Esta es la cantidad de nutrientes que tiene cada uno de los ingredientes propuestos y las cosas que deberás tener en cuenta si vas a usarlos: 

  1. Piel del plátano: según la media observada en diversas fuentes, esta contiene principalmente potasio (K) en una cantidad de alrededor un 3% en peso seco. No significa que al triturar plátanos obtengas inmediatamente un poco de potasio listo para su uso. Recuerda que hay muchos factores que deben entrar en juego como son la descomposición, la actividad microbiana y otros procesos químicos que lo hacen soluble para las plantas. 
  2. Cáscaras de huevo: su presencia en calcio (Ca) es alta (35-40% en peso seco), lo cual es importante para el desarrollo de las paredes celulares de la planta. Pero cuidado, si vives en zonas donde el agua es dura (con presencia de sales de calcio) el suelo conseguirá aprovecharse de casi la misma cantidad o más de calcio que utilizando este ingrediente, el cual debe procesarse como cualquier otro elemento orgánico para que la planta pueda aprovechar sus propiedades. 
  3. Posos de café: contienen nitrógeno N en 1-2% en peso seco, el cual podemos encontrar en otros ingredientes o restos como hojas, ramas u otros residuos vegetales. Si eliges este ingrediente ten cuidado, ya que tiende a acidificar el suelo y puede que plantas a las que querías ayudar terminan quejándose por no poder asimilarlos. 

Consejos finales 

Esto suena genial, pero no todo vale. Aprovechar los restos vegetales de tu jardín o los desperdicios de casa puede ser una excelente práctica para tus labores jardineras, pero mezclar el sustrato con una piel de plátano triturada o los restos del café de la mañana, por muy buena pinta que tenga, no será efectivo. 

La fabricación de abonos caseros o compost es un proceso natural, lento y complejo y puede hacer variar el resultado obtenido dependiendo de muchos factores: temperatura ambiente, calidad de los alimentos, residuos presentes en ellos, etc. 

Nunca apliques directamente estos restos orgánicos en la tierra de tus macetas. Además de no funcionar, ya que necesita pasar por una serie de procesos complejos y laboriosos (compostaje), puede ser un foco de problemas que harán más mal que bien a tu planta: moscas, hongos y malos olores. 

Si buscas una precisión exacta en la concentración de nutrientes, considera complementar tus abonos caseros con fertilizantes comerciales específicos para no fallar el tiro con tus plantas. Al fin y al cabo en casa tenemos muchos tipos de plantas, con demandas concretas y ningún laboratorio donde poder obtener los análisis que nos digan la riqueza de los distintos macro y micronutrientes para cada una de ellas. 

Como siempre, investiga, prueba y disfruta del proceso.