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Granitos en la lengua, ¿por qué salen y cómo evitarlos?

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La lengua, igual que los dientes, nos puede dar mucha información sobre nuestro estado de salud, como ya explicábamos en este artículo, si bien no siempre le prestamos mucha atención, muchas veces ni siquiera cuando nos está enviando señales de que está pasando algo. 

Las papilas gustativas, que son las protuberancias planas y rosadas que se encuentran en la parte superior, los lados y las puntas de la lengua, son las encargadas de detectar el gusto y la temperatura. Pero cuando se irritan e inflaman, puede ser doloroso y dificultar la alimentación. 

Igual ocurre cuando aparecen pequeños granitos, una afección en ocasiones molesta y dolorosa (aunque no siempre) que puede confundirse con las llagas pero que es algo distinto. 

La aparición de estos granitos en la lengua puede generar numerosos interrogantes. Aunque suelen desaparecer por sí solos al cabo de un tiempo, también pueden ser un signo de un problema más grave.

Lo más recomendable es que si estos granitos permanecen mucho tiempo o van acompañados de otros síntomas, como enrojecimiento intenso, dolor o fiebre, acudamos al dentista para que pueda inspeccionarlos bien, identificar la causa e iniciar el tratamiento adecuado.

“Cada caso es diferente y es importante valorarlo para determinar ante qué problema estamos”, admite el doctor Jorge Ferrús, implantólogo, periodoncista y cofundador de la Clínica Dental Ferrus & Bratos.

Los principales síntomas de los granos en la lengua

En la mayoría de los casos observamos un pequeño bulto rojo con dolor, con una punta blanca o amarilla. Pueden aparecer en distintas zonas: en la punta de la lengua o en la parte final. En el primer caso suele estar relacionado con la ingesta de algún plato caliente o con que nos hayamos mordido sin querer. En el segundo caso, en cambio, puede implicar inflamación de las placas. 

Aunque no siempre ocasionan molestias, cuando lo hacen aparecen signos como:

  • Dolor cuando el grano entra en contacto con alimentos picantes.
  • Molestias si se roza con los dientes.
  • Sensación de quemazón.
  • Picor u hormigueo en la lengua.
  • Inflamación de las papilas gustativas. 
  • Hinchazón de la garganta si están cerca de la parte posterior de la lengua. 

Determinar la causa de los granos en la lengua, primer paso

Deshacernos de esta molestia bucal requiere que conozcamos antes cuál es la causa y por qué han aparecido estos granos. Aunque no siempre está claro por qué sucede, entre las causas más habituales, como detalla Ferrús, están las siguientes:

  • Determinados hábitos nutricionales: la ingesta de comidas o bebidas demasiado calientes provoca que las papilas gustativas se quemen. Cuando esto sucede, se vuelven más rojas y se inflaman y, en función de la gravedad de la quemadura, podemos sentir la lengua roja y con dolor. También puede ocurrir que aparezcan como consecuencia de llevar una dieta en la que es habitual el consumo de alimentos muy picantes.
  • Virus: como reconoce el experto, “afecciones a nivel del organismo o localizadas en otras partes del cuerpo también pueden tener reacciones dentro de la boca. Así, el virus del papiloma humano (VPH) puede provocar granitos en la zona posterior de la lengua, cerca de la garganta y cierta sensación de escozor.
  • Las alergias alimentarias también puede inflamar la mucosa oral y la lengua; si esto sucede, la clave es tomar el antihistamínico pertinente.
  • Ciertas infecciones bucodentales: infecciones por hongos, como candida albicans, pueden ser otra causa de la aparición de granitos y rugosidades en la lengua, que suelen ir acompañados de cierta tonalidad blancuzca. “El tratamiento más habitual contra estos problemas es la prescripción de un medicamento antifúngico y la recomendación de extremar la higiene oral”, reconoce Ferrús. 
  • Llagas o aftas: aunque es más habitual que salgan en la encía o en el interior del labio, también pueden hacerlo en la lengua. Lo más habitual es que “desaparezcan por sí solas al cabo de varios días”, reconoce el experto, pero es posible recurrir a productos específicos en farmacia, los más comunes son los geles con ácido hialurónico. Si perduran más de una semana un especialista debe valorar el problema para descartar un déficit de vitaminas.
  • Heridas a consecuencia de un mordisco mientras masticamos pueden provocar un pequeño bulto con aspecto de granito. “Es normal que en este caso la herida sea rojiza y duela”, admite Ferrús. Lo más habitual es que la herida se cure por sí sola al cabo de unos días.

Sea cual sea la causa, algunos pasos simples nos ayudarán a aliviar los síntomas (si los hay) como beber abundante agua, aplicar un gel oral tópico para aliviar el dolor, evitar los alimentos ácidos o picantes para que no irriten aún más, evitar el tabaco y usar un enjuague bucal sin alcohol.

Cómo mantener la salud de la lengua

Aunque el cepillado de los dientes es fundamental para mantener la higiene bucodental, la mayoría de las veces no consigue eliminar las bacterias que se depositan en la lengua porque solo permite frotar y barrer, pero no raspar. 

Desde el Consejo General de Dentistas de España aconsejan:

  • Raspar la lengua después del cepillado de dientes: este paso nos ayudará a eliminar las bacterias y las células muertas y a prevenir enfermedades y el mal aliento (halitosis). Podemos hacerlo con un raspador lingual, que es la forma más eficaz de limpiar la lengua, con movimientos desde la parte interna de la lengua hacia la punta de la misma.
  • Eliminar factores irritantes: aquí se incluyen problemas como dientes rotos, coronas o prótesis mal ajustadas, eliminar el tabaco y el consumo de alcohol o café.
  • Llevar una alimentación equilibrada que priorice el consumo de frutas y verduras para así reducir el problema de déficit de vitaminas que pueda afectar a nuestra lengua.

En algunos casos esta higiene puede completarse con el uso de un enjuague específico, siempre y cuando lo haya prescrito el dentista.