En mayor o menor medida, todos aquellos que comparten vida con un perro se comunican con él a través de las palabras. Sea para saludarlo efusivamente al llegar a casa, para dar una orden o incluso para contarle cómo ha ido el trabajo; hablar con nuestros amigos perrunos es parte de nuestro día a día.
Pero ¿existe una forma adecuada para hablarle a nuestra mascota? ¿Les beneficia que hablemos con ellas? Preguntamos a Felipe Fuentes, veterinario etólogo miembro de Etología Veterinaria y de Esteban Navas, director de la escuela de adiestramiento canino ACANE.
¿Beneficia a mi perro que hable con él?
Los canes responden más a la voz de sus compañeros humanos que a la de cualquier otra persona, incluso cuando no los están viendo. Así lo demuestra un estudio publicado en la revista NeuroImage en el que comprobaron que, al escuchar elogios y discursos neutrales de sus tutores y de una persona aleatoria, los perros mostraban una mayor sensibilidad en su corteza auditiva ante la voz de los primeros.
El etólogo Felipe Fuentes dice que “el vínculo perro-tutor se ve reforzado a través del habla. Este vínculo supone en él una reducción de estrés, refuerza conductas deseadas y le da mayor seguridad, suponiendo un mayor bienestar en el animal y en su calidad de vida”.
Aunque Esteban Navas, de ACANE, apunta por su parte que “con los gestos sería suficiente para entendernos con los perros porque son capaces de interpretarlos a la perfección”, el etólogo sí pone en valor que “hablarles de forma adecuada puede mejorar su estado de ánimo, lo que implica rebajar las posibilidades de que desarrollen ansiedad, evita alteraciones de su sistema inmunitario y dificulta alteraciones de salud y problemas de conducta”.
Pero en este tipo de comunicación hablada con nuestros perros hay varios matices. Ambos expertos coinciden en que “hablar mucho o de manera inadecuada a nuestros perros puede ser contraproducente. Hablarles afecta a su estado de ánimo, para bien o para mal; si le hablo alterado, conseguiré alterarlo a él también y si le hablo de forma relajada, lo induciré a la calma”, explica Esteban Navas.
Un ejemplo que apunta Felipa Fuentes: “Los tutores poco experimentados no dejan de hablar a sus perros cuando están realizando ejercicios de obediencia y este exceso de información solo dificulta más el aprendizaje y aumenta su ansiedad, sobre todo si no sabe lo que le estamos pidiendo porque no se lo hemos enseñado antes”, apunta.
De ahí la importancia de hablarles de la manera más adecuada, y para ello hay una clave fundamental: el tono de voz que usamos.
La clave está en el tono de voz
Está claro que los perros son capaces de saber lo que significan algunas palabras, de hecho, pueden saber el significado de hasta 215, según un estudio publicado en Applied Animal Behaviour Science en 2022. Pero esto, según apunta Esteban Navas, “no significa que nos entiendan, sino que las han aprendido por repetición y asociación: por ejemplo, si decimos 'vamos a la calle' y el perro se pone contento, es porque ha asociado esas palabras a ponerle la correa e ir a la calle”.
Pero si hay algo que los perros sí han aprendido a entender más allá de las palabras es el tono de voz. “Los perros han ido aprendiendo las diferentes formas en que les hablamos gracias al tono de nuestras voces: por ejemplo, si hablamos con volumen elevado o gritos, han aprendido que las consecuencias pueden ser negativas”, explica Felipe Fuentes.
Ambos expertos coinciden en que con el tono de voz somos capaces de transmitirles nuestro estado de ánimo y esto puede influir en el suyo, generando emociones positivas o negativas en ellos.
Pero si hay un tono que los perros aman, y así lo afirman estudios como el publicado en la revista Animal Cognition, es el tono con el que hablamos a los bebés. A este tipo de lenguaje que incluye palabras con contenido relacionado con el perro y un tono específico muy dulce y exagerado se le llama “habla perruna”. Y les encanta.
Así lo demuestran estudios como el publicado en la revista Animal Cognition, que descubrió cómo la entonación de bebé consigue que el animal preste más atención y que, además, elija pasar más tiempo con la persona que está utilizando este tipo de habla perruna.
Otro estudio de la Universidad húngara Eötvös Loránd publicado en Communications Biology investigó el cerebro de diferentes perros adultos para analizar su comportamiento según cómo se les habla. Los autores se dieron cuenta de que diversas áreas del cerebro de los perros se activan ante hablas exageradas y de tonos agudos, llegando a la conclusión de que hablarles como lo haríamos con bebés ayuda a la comunicación con el animal.
Hay además algunas claves, según el etólogo Felipe Fuentes, para hablarle de manera más adecuada a nuestros amigos perrunos: “Debemos hablarles con tranquilidad, con un tono suave y relajados. Además, es fundamental evitar discusiones entre nosotros en las que elevemos la voz delante de ellos, pues este tono lo detectan y les puede poner muy nerviosos”.