Tu perro es increíble por muchos motivos. Sus oídos perciben cosas que los tuyos ni sospechan, ya que trabajan mejor con altas frecuencias. Y ve de un modo distinto al tuyo, menos cromático pero más útil para captar el movimiento. Pero si existe un superpoder que de verdad eleva a tu perro, sin duda es su impactante olfato. Por algo tiene 300 millones de células receptoras de olores en su nariz300 millones de células receptoras de olores, una barbaridad comparadas con los seis millones de las nuestras.
Tampoco es casual que la parte de su cerebro dedicada a analizar los olores resulte, grosso modo, unas 40 veces mayor que la tuya. Si nosotros nos movemos por el mundo guiados por nuestros ojos, y somos seres eminentemente visuales, tu camarada perruno recorre el suyo, como los gatos, sobre todo pilotado por su nariz. Queda claro: en cuanto a narices se refiere, tu perrete es todo un superhéroe.
Este prodigioso olfato permite a los perros, entrenados para ello, avisar a los enfermos de diabetes cuándo deben tomar su insulina; o predecir un ataque de epilepsia, entre otras heroicas tareas. Aunque oler es mucho más que una habilidad para tu amigo. El hocico también parece esconder la llave de su felicidad peluda.
Según un estudio de 2019, los juegos de olfato ponen de buen humor a tu perro y hacen que vea el mundo de un modo más optimista. Tomàs Camps, presidente del Grupo de etología de la Asociación española de veterinarios de pequeños animales (Avepa) y director de Etovets, recomienda utilizarlos de forma habitual en casa.
“Si además de oler, el perro puede encontrar premios o croquetas de alimentos durante el juego, se activa el mecanismo de recompensa: una respuesta fisiológica que involucra a la dopamina y que le sirve para liberar ansiedad”, explica el veterinario experto en comportamiento animal. En este artículo te contamos cómo ayudar a tu perro durante el confinamiento, y en este otro, cómo preparar a tu amigo para quedarse de nuevo solo en casa durante la desescalada.
Uno de los mejores juguetes para mantener ocupada su nariz, y feliz a tu perrete, durante horas son las llamadas alfombras de olfato; un tapete acolchado que puedes rellenar de premios o bolitas de comida para dejar que tu amigo las encuentre. También es un modo ingenioso para que tu devorador peludo preferido no engulla sus croquetas de una sentada, y lograr que las coma más despacio. Puedes comprarla ya hecha o hacerla tú en casa, aprovechando las camisetas que ya no te pones, o una alfombra de tejido polar que tengas por ahí. Incluso puedes usar tus calcetines viejos.
Lo que necesitas para hacer una alfombra de olfato
1. Una alfombra de goma o tapete antideslizante para el fregadero con agujeros. Las encuentras en la sección de menaje de cocina, o puedes comprarlas online. Las hay rectangulares o redondas, y de diferentes tamaños. Una dimensión de 30 centímetros (cm) por 40 cm resulta perfecta para un perrete de tamaño medio.
2. Camisetas o calcetines viejos. O una manta de tejido tipo forro polar, no muy grueso. De hecho, puedes hacerla de casi cualquier tejido, siempre que resista. La cantidad de tela, eso sí, dependerá del tamaño de la alfombra de goma que uses.
¿Cómo fabricar la alfombra de olfato?
Corta tu tejido, camisetas, calcetines o manta, o una mezcla de ellos, en tiras de entre tres y cuatro cm de ancho, y entre 15 y 18 cm de largo. No te esmeres demasiado: no necesitas ser muy preciso y las tiras irregulares además aportan mayor diversidad de espacios al juguete. Eso sí: necesitarás muchas, aunque la cantidad exacta la marca el tamaño de tu alfombra, pero calcula entre 250 y 300 tiras.
Empieza por anudar las piezas al extremo de la alfombra: introduce la tira por un agujero y la sacas por el siguiente; para fijarlas, haz un nudo simple. Repite avanzando con las demás tiras en sentido longitudinal. La siguiente fila se teje en sentido perpendicular, pasando la tira por un agujero y sacándola por el inmediatamente inferior.
Y así sucesivamente: teje cada fila en un sentido (una longitudinal y otra vertical) hasta terminar todos los agujeros. En estos vídeos se ve en proceso de tejido paso a paso. En este caso, utilizan tela de trapillo y tela tipo polar; pero puedes usar del mismo modo las tiras recortadas de tus camisetas viejas.
Todo el proceso puede llevarte entre una y dos horas. Lo que lo convierte en un proyecto perfecto durante la desescalada progresiva; y que además puedes tejer mientras disfrutas de tu serie preferida del momento.
Enseñar al perro a usar su alfombra
Empieza poco a poco, y pónselo fácil. Al principio, bastará con repartir algunas bolitas de comida por el suelo, alrededor del juguete. Y dale una pauta, como “encuéntralas”, para que sepa que el juego empieza. Cuando tu amigo peludo se las haya comido, reparte otro puñado por la alfombra para que te vea.
Y repite la frase, “encuéntralas”. ¡Tu amigo no tardará en entenderlo! Para complicarlo, en fases más avanzadas, oculta cada vez mejor las croquetas dentro de la alfombra, entre las tiras. Al contrario de lo que ocurre con otros puzzles de comida, no debes dejar a tu perro solo con la alfombra. Hay que supervisar siempre el juego, porque tu amigo podría arrancar las tiras y tragárselas.
Y no solo tu perrete, también tu gato, tu conejo y hasta tu cobaya disfrutarán la alfombra de olfato. ¡Un hitazo peludo en toda regla!hitazo
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