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En España, cada vez son más los menores de edad que utilizan prácticamente a diario cualquier dispositivo electrónico. Concretamente, alrededor del 70% de los menores de entre 10 y 15 años tienen un móvil en su haber y, depende del caso, puede que lo utilicen sin supervisión. Y puede que alguna vez hayamos pensado en aplicar un control parental.
La realidad es que, en muchas ocasiones, no podemos estar tan pendientes como nos gustaría de qué consumen o qué dejan de consumir los menores en sus dispositivos. Por la inmensidad de Internet (y su falta de límites), es cierto que puede preocuparnos con qué se pueden encontrar por ahí.
Aunque en muchas ocasiones los niños y niñas saben, e interpretan, mejor de lo que creemos las cosas, sí hay que tratar de supervisar el acceso a Internet de estos. Las herramientas de control parental, lejos de ser limitadores, facilitan esta tarea a los padres y madres.
Qué es una herramienta de control parental...
Las herramientas de control parental son softwares que permiten a los progenitores administrar el uso que hacen los menores de uno o varios dispositivos electrónicos. Esto incluye desde móviles, hasta consolas o hasta aplicaciones como Netflix, YouTube o Amazon Prime Video.
Es una alternativa que tenemos que tener en cuenta antes de prohibir el uso o el acceso a Internet, ya que esta medida puede llegar a ser perjudicial. Sobre todo, si tenemos en cuenta que tras el confinamiento de marzo de 2020, la tecnología se ha vuelto aún más esencial en nuestra vida.
… y qué puede hacer
Ahora bien, ¿qué permite una herramienta de control parental? Lo más básico, y lo que hacen de serie la mayoría, es limitar el contenido. Es decir, muchas aplicaciones de este tipo permiten bloquear el acceso a apps concretas u obstaculizar la entrada a determinados sitios web según algunos filtros (religión, pornografía, drogas, etc.). Incluso, en algunos casos, limita el acceso automáticamente según la edad.
Otras características que pueden tener son:
- Bloqueo de llamadas. Se puede evitar que números que no tienen guardados los menores en su teléfono los llamen.
- Gestión del tiempo. Una de las más importantes: se puede limitar el uso que le dan los menores a los dispositivos. Por ejemplo, para bloquear la pantalla del móvil a la hora de dormir, durante las comidas o las horas de clase. De esta manera, evitamos que pase demasiado tiempo con él o que deje de lado responsabilidades.
- Registro de actividad. Como si de un historial de navegación se tratara, estas herramientas pueden mantener un registro de qué aplicaciones utiliza, qué webs visita, etc.
- Botón de emergencias. Esta es menos común, pero algunas herramientas de control parental ofrecen un botón de emergencias para el menor por si ocurriera cualquier problema.
Otra función que ofrecen algunos controles parentales es la geolocalización, pero en ConsumoClaro creemos que es mejor tratarla aparte:
- Geolocalización. Esta característica, que existe en muchas de ellas, puede suponer una vulneración de la privacidad del menor si no se le avisa con antelación. Ya recomendamos algunas aplicaciones para compartir la ubicación con el consentimiento de la persona.
Hay que respetar al menor
Antes de recomendar algunas herramientas de control parental, creemos que hay que recordar que hay que respetar la privacidad del menor. Como indica la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos) en una nota técnica, es importante que en ningún caso vulneremos los derechos del menor y educarlos en el uso de las redes y los dispositivos.
Algunas de las recomendaciones que hacen para los progenitores son:
- Educar a los menores en los riesgos para su privacidad y su seguridad a los que se exponen al utilizar dispositivos electrónicos. Hay que fomentar su uso responsable y educar en los peligros.
- No aplicar un control parental de manera unilateral. Es recomendable hablar a la infancia de este tipo de herramientas y avisarles de su activación, además de explicarles para qué sirve y cuál es la intención.
- Limitar el tiempo de uso es esencial.
- Muchas herramientas de este tipo bloquean automáticamente algunos contenidos y webs. Hay que tener en cuenta la edad, el uso y la madurez del menor, además de que hay que estar abiertos a desbloquear y acordar algunos contenidos con el joven.
Bloquear sin sentido o demasiado puede provocar un efecto negativo
A pesar de los consejos anteriores, hay que ser consciente de que no se puede evitar la comunicación. Las herramientas de control parental no son perfectas y no solo hay contenidos que pueden no filtrar, sino que hay maneras de saltarse el bloqueo (como el uso de proxys).
Por lo que es muy importante que mantengamos una comunicación sincera y abierta con el menor, tener en cuenta su opinión y el uso real que le da. No es lo mismo un niño de 8 años que de 15, por lo que hay que tratar de no ser muy limitantes. Y, sobre todo, no vulnerar su privacidad.
Algunas recomendaciones
- Qustodio. Es una de las aplicaciones de control parental más extendidas, ya que es muy completa. Se trata de una herramienta compatible con ordenadores (Windows y Mac) y con dispositivos portátiles (Android, Kindle, iOS) y se pueden sincronizar entre sí.
Qustodio proporciona todo lo que puede ofrecer una de estas aplicaciones: informes de actividad, bloqueo de aplicaciones o juegos concretos, monitorización de redes sociales, control de horas, bloqueo de pornografía… y un botón de emergencia para emitir su localización. Es una buena alternativa, aunque incluye planes de pago si queremos tenerlo en varios dispositivos.
- SecureKids. Como Qustodio, SecureKids es una herramienta de control parental muy conocida y completa. Aunque en este caso, el plan de pago family 5 (29,95€ al año) es el más recomendable, ya que ofrece los requisitos mínimos que buscamos en una aplicación de este tipo.
Bloqueo de aplicaciones, límite de tiempo de uso, número ilimitado de filtros web, estadísticas de actividad, etc. y hasta cinco dispositivos de menores (los que tienen limitado el uso) y dos de adultos (los que reciben la información y los avisos).
- Screen Time. Si lo que estamos buscando es, simplemente, evitar que el menor se pase horas y horas frente al móvil o la tablet y no nos haga ningún caso, entonces Screen Time es la aplicación ideal. No se trata de un control parental al uso, sino de un temporizador.
Podemos controlar el tiempo que el joven pasa con el dispositivo: desde aplicar un número de horas concretas al día –de esta manera, si por ejemplo ponemos un límite de dos horas, al superarla se bloquea el teléfono y no se desbloquea hasta el día siguiente– hasta bloquearlo de forma remota, por si no nos está haciendo caso.
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