Tener una despensa bien ordenada, con cada cosa en su sitio, nos ahorrará mucho tiempo en la cocina. No importa si cuentas con un armario más o menos amplio, o con un cuarto adosado que hace las veces de organizador; hay varias claves que podemos seguir y tener en cuenta para tenerlo todo lo más estructurado posible.
Saber dónde está cada utensilio e ingrediente -y tenerlos bien a mano- nos va a facilitar en gran medida la tarea en los fogones. Así que si hace tiempo que reina el caos en tu cocina y no sabes por dónde empezar a darle la vuelta a la situación, no te preocupes, toma nota porque vamos a contarte cómo enfrentarte a tan ardua tarea.
Lo primero que tenemos que hacer es conocer bien nuestro espacio, y cómo lo tenemos amueblado. Hacernos un plano mental de cómo podemos ordenarlo todo, cómo lo queremos agrupar. Si está muy desordenada la depensa o realmente nunca te has preocupado de imprimirle un método, lo más recomendable es partir desde cero y empezar desde el principio.
Así que toca -aunque sea engorroso- vaciar toda la despensa. En cualquier caso, es un paso práctico pues nos servirá por una parte para limpiar bien todos los muebles que la arman -como cajones, armarios, estanterías o carritos auxiliares-, ver si necesitamos cambiar o restaurar alguna de las piezas del mobiliario y también fijarnos en los alimentos que almacenamos para asegurarnos de que todos están en buen estado y no se ha echado nada a perder.
Es el momento también de tener en cuenta si te conviene utilizar algún aislante para el armario que usas de despensero o las baldas de las estanterías con algún vinilo. Puede resultar muy interesante porque protegerá las superficies, las hará antideslizantes y, además, hay algunos revestimientos muy decorativos y fáciles de limpiar. Así que te puede ahorrar tiempo también la próxima vez que quieras limpiar el polvo a la vez que le das estilo.
Una vez todo bien limpio, si necesitas renovar algún mueble puedes encontrar en el mercado muchas soluciones de almacenaje muy prácticas con cajones extraíbles que tienen mucha capacidad para guardar cosas o con puertas transparentes que nos permitirán en todo momento saber qué guardamos en su interior; cajas de distintos tamaños, algunas apilables para aprovechar mejor el espacio o colgadores para guardar algunos utensilios de cocina.
Aprovechar bien el espacio
No todos disponemos de un cuarto aledaño a la cocina con mucho espacio para ordenar todo lo que necesitamos en el día a día. Por eso, si estamos en la tesitura de contar con una cocina pequeña, tendremos que ser muy prácticos, funcionales y pensar en opciones que nos permitan tener todo lo indispensable. Por ejemplo, podemos instalar estanterías que sean regulables para modificar su altura según nos interese.
Con más o menos espacio, lo más cómodo es organizar la despensa por zonas y categorías: podemos clasificar los productos según el tipo de producto que almacenamos en bebidas, pastas, harinas y legumbres, cereales, galletas y otros productos de desayuno, aceites etc, o según el envase, o incluso, la fecha de caducidad.
Lo esencial es que sea una fórmula sencilla para ti y que seas riguroso a la hora de volver a guardar las cosas que estés utilizando en cada momento. Hay que seguir un método. Es importante, por ejemplo, que aquellos ingredientes o utensilios que más uses los tengas más a mano. Y, por último, tampoco hay que pasarse con la cantidad de categorías que establezcamos. Se trata de hacernos la vida más fácil, no de complicarnos.
Otro tip que puede resultarte útil es almacenar los productos más pesados -como puede ser una garrafa de aceite o las cajas de la leche o botellas de refrescos- en las partes medias; de esa forma evitarás tener que agacharte o coger un taburete para alcanzarlo cuando lo necesites, aunque esta pieza es fundamental en una despensa organizada en altura.
Aunque en la mayoría de marcas que trabajan con mobiliario de cocinas podemos encontrar ya un sinfín de muebles con gavetas y cajones extraíbles que tienen muchísima capacidad y son muy útiles para tenerlo todo siempre organizado, podemos apañarnos perfectamente empleando por ejemplo cajas para ir ordenando por categorías, o cestas de distintos tamaños si quieres imprimirle un estilo más rústico.
Tener botes de vidrio también nos ayudará a guardar pastas, legumbres, harinas y otros alimentos. Este tipo de recipientes nos permitirán mantener nuestros ingredientes mucho más visibles, ordenados y a conservarlos mejor y durante más tiempo. Evita guardar los paquetes ya abiertos aunque utilices pinzas para cerrarlos, son objetivo de insectos que encontrarán mucha más facilidad para colarse en su interior, lo que echará a perder el alimento.
Pon etiquetas en tu despensa
Otra idea que funciona muy bien para verlo todo fácilmente a un simple golpe de vista es el etiquetado. Se trata de pegar pegatinas en nuestras cajas, cajones o botes para clasificarlo todo mejor y que no se nos escape nada. Es super práctico para almacenar las legumbres o cereales que podamos comprar a granel o que vamos a trasvasar del paquete al tarro que usemos para conservarlo en nuestra despensa.
Es verdad que si el bote en cuestión es transparente, eso ya será de gran ayuda para saber qué contiene pero el etiquetado sí que será eficaz en muchos otros casos. En especial cuando haya que indicar, por ejemplo, la fecha de caducidad del alimento. Esto es muy útil también cuando vamos a congelar carnes, pescados o platos que hayamos cocinado en casa.
La luz también es un elemento fundamental de las despensas, en especial si en tu caso cuentas con un cuartito que destinas a este uso. Si tienes luz natural, una cosa menos de la que debes preocuparte. Pero si no es así, tendrás que tener en cuenta también instalar algún punto de luz en su interior para poder iluminarlo en cualquier momento.