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Quizá incluir una en nuestro hogar pueda parecernos extraño, pero lo cierto es que las lavadoras con función vapor ya llevan años lavando nuestra ropa en tintorerías y en otras grandes industrias.
El vapor (que, al fin y al cabo, es agua en forma de gas que alcanza los 100º) es el encargado de lavar las prendas de ropa a través del movimiento del tambor de la lavadora, haciendo que las fibras se relajen y penetrando en ellas limpiando la ropa.
El uso de este electrodoméstico en nuestros hogares es poco común a la par que novedoso: estas son sus características y otros aspectos a tener en cuenta para que podamos decidir por nosotros mismo si nos interesa o no añadirla a nuestra lista de electrodomésticos.
Principales ventajas: sin bacterias ni arrugas
Durante la pandemia los médicos ya recomendaban el uso del vapor para esterilizar la ropa sin perjudicarla. Actualmente hay lavadoras domésticas con programas especiales para desinfectar la ropa con vapor u oxígeno activo (ozono) y hasta detergentes para desinfectar la ropa.
Esto ocurre con las lavadoras al vapor. Al alcanzar temperaturas tan altas, actúan como esterilizadoras matando en un 99,9% los gérmenes, bacterias o alérgenos encontrados en la ropa, lo que resulta beneficioso sobre todo para aquellas personas alérgicas o con problemas dermatológicos.
Además, la temperatura del lavado a vapor hace que los tejidos se relajen y, a diferencia de las lavadoras convencionales, entre en todos ellos limpiando la prenda desde el interior.
Por su parte, uno de los beneficios del uso del vapor es que, al no utilizar agua en exceso, la ropa sale más seca y sin arrugas de lo que saldría en las lavadoras convencionales.
Esto supone un ahorro de tiempo a la hora de planchar, “la tarea más incómoda en el hogar para 4 de cada 10 españoles (41%)” según los datos del estudio Hogar Digital e Inteligente en España 2016 realizado por Tyco. Además, los programas de todas ellas suponen un tiempo corto de lavado, unos 15-30 minutos.
Consumo
En primer lugar, este tipo de lavadoras utilizan menos cantidad de agua y detergente que las convencionales, ya que la mayoría llevan incluido un autodosificador a través del que la propia máquina se encarga de distribuir el detergente en su punto justo en cada lavado.
Además, la mayoría de vendedores de este tipo de aparatos coinciden en que, “el lavado a vapor utiliza un 35% menos de agua y un 20% menos de energía que los ciclos tradicionales”.
Por su parte, con el nuevo etiquetado de eficiencia energética en electrodomésticos impuesto hace dos años, los electrodomésticos más eficientes, que antes pertenecían a la clase A+++, ahora se han asignado a la clase B o A, la franja adecuada para que nuestra lavadora a vapor sea lo más eficiente posible energéticamente hablando.
Esto quiere decir que la lavadora consumirá un 40% menos que otras de menor etiquetado, colaborando en nuestro ahorro y en el bienestar del medioambiente. Además, en algunos electrodomésticos las nuevas etiquetas energéticas no solo informan del consumo eléctrico, sino que también aportan datos sobre su capacidad o ruido, incluso del agua utilizada por ciclo de lavado.
Precio
Una de las diferencias con las lavadoras convencionales reside en el precio, ya que la mayoría de estos modelos van acompañados de otras funciones especiales que hacen que este encarezca.
Lo idóneo es establecer una comparación de precios y modelos, pues también existen lavadoras convencionales que incluyen la opción de vapor. Aun así, la diferencia de precio con las convencionales no es desmedida: los modelos más baratos y con menos programas y extras rondan los 500 euros y los más caros alcanzan los 1000 euros.
Eso sí, uno de los principales problemas reside en los costos de reparación, pues son más complicados y caros debido a que las lavadoras de vapor poseen mayor cantidad de piezas.
Además, algunas lavadoras incluyen programas ultrarrápidos y automáticos, control remoto, conexión wifi, pantallas LED táctil, opción de secadora, etc. En ocasiones, muchos de estos extras no nos serán útiles y podrán aumentar el precio del electrodoméstico.
Capacidad y ruido
Al igual que en todas las lavadoras, debemos considerar su capacidad, siempre teniendo en cuenta que esta capacidad máxima se calcula en función del peso de las prendas mojadas.
Algunas alcanzan entre 6 y 8 kilos, idóneas para personas que viven solas, parejas o familias pequeñas, pero si la familia es más grande lo más recomendable es comprar una de entre 9 y 12 kilos, lo que también aumentará el precio.
Respecto al ruido, debemos saber que este es mayor durante el centrifugado (suele alcanzar los 70-80 dB), mientras que el del lavado es menor (50-60 dB). Como explican en la web de la cadena de electrodomésticos Euronics, “de 55 a 75 dB el ruido ya es considerable; en este rango podría encontrarse el ruido de un aspirador en funcionamiento o en una calle con mucho tráfico”.
Tipo de ropa
Lo cierto es que todos los tejidos pueden ser lavados con vapor, pero probablemente sea mejor el resultado observado en las prendas naturales y no en las sintéticas.
Por ejemplo, es probable que en una prenda de algodón penetre más el vapor a través de los tejidos, mientras que en prendas sintéticas como las gorras o riñoneras, cuyo tejido es más espeso y compacto, será más difícil que el vapor alcance todo el tejido interno.
Existen algunas lavadoras que llevan incluidos programas aptos para todo tipo de colores y tejidos y otras que identifican el tipo de estos para elegir el mejor movimiento para cada uno. Debemos tener en cuenta que cuantos más programas y extras, más cara será la lavadora.
Existen también lavadoras que incluyen programas de agua y vapor, muy útiles, por ejemplo, si queremos lavar una camiseta sucia de barro: mientras el vapor penetra en el interior de los tejidos limpiando a fondo la mancha, el agua limpiará el exterior de las prendas.
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