Los 30 son los nuevos 40. Si no que pregunten a los fabricantes de detergente, científicos y ecologistas. Por extraño que parezca, da la sensación de que todos se han puesto de acuerdo al menos en esto: el planeta necesita que hagamos la colada a temperaturas más bajas. “Si todos los europeos bajáramos la temperatura de la lavadora solo tres grados le estaríamos ahorrando al planeta unas emisiones contaminantes similares a las que producen 700.000 vehículos durante un año entero”, afirma la campaña Yo prefiero 30, lanzada por la industria europea de los detergentes.
La iniciativa propone hacer la colada a un máximo de 30ºC, en lugar de a 40ºC, la temperatura más habitual en los hogares. Porque 30ºC, según los fabricantes de detergentes, resulta “más que suficiente para limpiar una colada normal”, es decir, que incluya prendas de vestir como pantalones, camisetas, faldas, camisas, ropa interior o ropa de casa, como manteles.
El objetivo, señalan, es “reducir las emisiones de CO2”, responsables del cambio climático; producidas, sobre todo, durante el calentamiento del agua. Sea o no un ecolavado de cara de la industria (los fabricantes no dicen nada, por ejemplo, de reducir el contenido de fosfatos o de blanqueadores de los detergentes, productos que destrozan los ecosistemas acuáticos), ecologistas y científicos les dan la razón en la importancia de lavar la ropa con agua tibia.
Puesto que el mayor gasto de electricidad (y de emisiones relacionadas) se produce al calentar el agua, Greenpeace coincide, y también recomienda “lavar a 30ºC o, mejor aún en frío para reducir buena parte del impacto ambiental de lo que vestimos”. Eso sí: la asociación ecologista añade otras dos medidas para minimizar el impacto: “Realizar una carga completa y en un programa eco, si tu lavadora tiene esta opción”. [En este artículo además te contamos qué fibras vestir y cuáles evitar para ser amables con el planeta].
Los científicos también lo aplauden. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), poner la lavadora consume (de media) 254 kilovatio hora (kWh) al año. Puesto que generar cada kWh arroja a la atmósfera 0,28 kilogramos (kg) de CO2, según el factor de emisión más utilizado, suponen 71,12 kg de gases de efectos de invernadero al año. “Pero si bajamos la temperatura, podemos reducir hasta un 85% el consumo de energía de la colada”, comenta Paco Heras, biólogo del Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM), y coautor del blog Hogares Verdes. Con ello, además, recortamos las emisiones.
Y menos microplásticos al agua
Si crees que lo que vistes y cómo lo limpias no está conectado con la creciente polución plástica, te equivocas. Según un estudio de la Universidad de Plymouth, lavar 6 kg de ropa deja entre 137.951 fibras (en prendas de poliéster y algodón) y 728.789 fibras (las prendas acrílicas) liberadas como contaminación oceánica.
La mayoría de estas partículas son microfibras, es decir, tienen menos de cinco milímetros de tamaño. De nuevo, la temperatura cuenta. Las prendas lavadas a 25ºC y con un ciclo corto de 30 minutos, liberan menos microfibras y tintes al agua, afirman investigadores de la Universidad de Leeds. Y evita que las prendas más delicadas se decoloren.
¿Pero sale limpia?
La duda ahora es si, como afirman los fabricantes, la ropa de verdad saldrá limpia al bajar la temperatura. La asociación italiana de consumidores Altro Consumo ha hecho la prueba con nueve modelos de lavadoras de gran difusión en el mercado. Conclusión: “Aunque la eficacia del lavado, en general, se reduce, con prendas de uso cotidiano y una suciedad normal lavar a 30ºC resulta más que suficiente”.
En cambio, para no acumular malos olores, aconseja subir la temperatura y lavar a 60ºC una de cada diez coladas. Merece la pena hacer la prueba. Pero no olvidemos comprar menos ropa y extender el uso de las prendas entre lavados. Todo cuenta para el planeta.
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