Lo lleves o no: seis usos prácticos para tu viejo sujetador
Durante la cuarentena, muchas dejaron de utilizarlo. Y, como tantas otras veces antes, esta prenda volvió a convertirse en un revulsivo de rebeldía, y en un símbolo de liberación. Se creó el #nobrachallenge, un reto digital en el que las mujeres subían fotografías a Instagram, vestidas, pero sin sujetador.
La pandemia cambió nuestra relación con el sujetador. Nos hizo replantearnos los pros y contras de utilizarlo. Y hasta los médicos esgrimieron tantos motivos negativos como positivos del uso de esta prenda femenina.
Mientras que algunos estudios han dejado su utilidad fisiológica, directamente, en entredicho: ni previenen el dolor de espalda ni evitan que se nos caiga el pecho, según concluye un estudio de 2013, de la Universidad de Franche-Comte en Besançon.
Queramos llevarlo o no, una decisión que debería ser únicamente personal, lo cierto es que esta prenda envejece mal. Antes de deshacernos de ella, si está en buen estado, podemos plantearnos donarla.
Pero, cuando nos sobra, bien porque hemos decidido deshacernos del sujetador, bien porque está hecho un asco; no está de más saber cómo sacarle partido; y qué usos podemos darle a la pieza de lencería. Porque resulta que Internet está llena de ideas para aprovechar esta prenda que sujeta el cuerpo femenino.
1. Reforzar unos guantes del horno con las copas del sujetador
Si tenemos unos guantes del horno que no nos parecen suficientemente gruesos, y nos achicharramos los dedos cuando sacamos comida caliente, podemos reforzarlos. En este caso, esas almohadillas acolchadas que a veces incluye esta prenda para darle forma al pecho, pueden servirnos: basta con sacarlas, y coserlas o pegarlas por dentro de los guantes, en la zona donde colocas los dedos. Nos servirán para alejar el calor de la piel.
2. Hacernos un difusor de perfumes con la copa del sujetador
Si quitamos los tirantes y cosemos o pegamos con cola las dos copas juntas, una encima de otra, para hacerlas más acolchadas, parece que podemos fabricarnos un difusor de perfume con un sujetador viejo. Dentro de las copas, podemos meter flores secas, o un algodón bien empapado de perfume o de aceites esenciales, como eucalipto o lavanda.
Cuando atamos a este invento a una cuerda, podemos colgarlo de un armario; o guardarlo en un cajón, para impregnar nuestras prendas de un olor especial. Y no solo podemos reutilizar un sujetador: aquí van siete ideas prácticas para aprovechar tus medias agujereadas.
3. Úsalos como parches para el pantalón
Por mucho que los pantalones agujereados sean tendencia, a veces se nos va la mano. Y el roto se extiende más allá de lo que teníamos pensado También puede ocurrirnos, que queramos llevar los pantalones rotos en pleno invierno; pero que, aceptémoslo, nos pelemos de frío con ellos.
Pues bien: las copas de un sujetador viejo pueden resolvernos la papeleta; porque podemos usarlas para colocar por dentro un parche para este roto en los jeans; y quedan bastante bonitos. Cuando te hartes también de ese par de vaqueros, dónalos. O echa un vistazo a estas cinco cosas que hacer con tus viejos jeans o vaqueros rotos.
4. Utilizar un sujetador viejo como rodillera u hombrera
Cuando necesitamos coser una rodillera a un pantalón, y no tenemos una a mano, también podemos recurrir a las copas o al relleno de un sujetador: basta con coserlas en el pantalón que queramos proteger. Y hay quien las usa, del mismo modo, como coderas.
Aquí no termina el asunto: porque podemos aprovechar estas copas como hombreras, para levantar una camisa tristona, y darle un aspecto totalmente nuevo.
5. Si un zapato o deportiva nos hace daño…
Hay zapatos, botas e incluso deportivas a los que cuesta domar. Y, a veces, nos viene bien tener un refuerzo acolchado para evitar esas molestas, y dolorosas, rozaduras que nos dejan en los pies. Pues bien: podemos cortar un trozo de esa copa acolchada del sujetador, y colocarla en la zona que nos está machacando la existencia.
6. Para darle forma a un peluche
Los peluches pierden forma con el uso; y se quedan flojos. Pero podemos aprovechar las copas del sujetador para rellenar este tipo de muñecos y devolverles su forma y aspecto rechoncho.
Hagamos lo que hagamos, la decisión de llevar o no sujetador debería ser personal. Y si decidimos deshacernos de él, ya tenemos alguna idea práctica para sacarle partido a este pequeño gesto de liberación.
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