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Cómo lograr que una cabeza de ajo del supermercado nos dure eternamente

Eva San Martín

6 de noviembre de 2020 05:42 h

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Después de la lechuga, el ajo es esa otra planta que cualquiera debería intentar cultivar en casa. Entierra un diente de ajo ahora y espera. Antes del próximo verano te sorprenderás recogiendo una cabeza de ajo completa. Una apetitosa demora que puede multiplicar entre cinco y diez veces la cantidad que tenías. Y así eternamente. 

Hay motivos para intentarlo: el ajo es uno de los cultivos más sencillos; y crece bien tanto en maceta como en el suelo. [Hace un tiempo te contamos cómo transformar un hueso de aguacate en una planta]. Mientras que no olvides regarlo durante los periodos más secos y de darle todo el sol que puedas, hay poco más que hacer. 

Puedes gastarte un euro a la semana en un puñado de ajos que merezcan la pena (o más del doble, si son ecológicos) o invertir ese euro, plantar los mejores dientes que tengas, y tener ajo gratis todo el año, y para siempre. Hay más: si nunca has plantado ajos, ahora es el momento perfecto para empezar. 

Plantar ajo: ahora es el momento 

El ajo necesita pasar un mes aproximado (unos 30 días) con una temperatura constante por debajo de los 10ºC: este frío es esencial para activar los genes que hacen que el bulbo empiece a dividirse y forme varios dientes individuales. 

Sin este periodo periodo frío, técnicamente llamado vernalización, tu planta también crecerá feliz, pero conseguirás un único bulbo engrosado sin dientes diferenciados; más parecido a una pequeña cebolla. Aunque, por supuesto, también puedes cometértelo. 

Es decir, las noches frías resultan imprescindibles para que lo que recojas en verano sea una cabeza de ajo con entre cinco y diez dientes. Por eso, hay que empezar ahora, durante octubre y noviembre: la tierra permanece lo suficientemente caliente en otoño como para permitir que el ajo empiece a crecer. Así, en diciembre ya deberías ver el primer brote asomar de la maceta. 

Pero la verdadera magia se produce bajo tierra, y una vez que el frío del invierno se instala: el diente plantado engrosa y empieza a multiplicarse para conformar toda una nueva cabeza de ajo. En primavera, a medida que los días vuelvan a alargarse y la tierra a calentarse, tu pequeña planta de ajo volverá a la actividad, y crecerá. Y así hasta el verano: cuando estará listo para añadirlo a tus platos. 

Ajos en maceta o en suelo

El diente de ajo necesita una profundidad de al menos 2,5 centímetros (cm) para crecer; pero también puedes plantarlo más profundo, a unos 10 cm, en una maceta con tierra rica, que no se encharque y a pleno sol. 

Haz un agujero en la tierra con una pala, o usa los dedos, para enterrar el diente en lugar de empujarlo, ya que podrías dañar su base, de donde saldrán las raíces. La parte más puntiaguda debe estar hacia arriba: es la que formará el tallo. 

Si vas a plantar varios dientes (algo muy aconsejable), sepáralos entre 10 y 15 cm: de otro modo, los bulbos acabarán por robarse espacio y obtendrás dientes más pequeños que no han terminado su crecimiento. O usa varias macetas. Puedes añadir un fertilizante a mitad de primavera; pero si tu suelo es razonablemente bueno, ni siquiera esto es necesario.

Ahora bien: si plantas tu ajo en maceta, usa una que sea profunda; y necesitarás añadir fertilizante una vez a la semana a partir de abril, ya que los nutrientes de tu tierra habrán empezado a acabarse. Y recuerda que necesitarás regarla de forma regular cuando se acerque el verano. 

Ahora bien, evita regar los bulbos una vez que ya están formados, porque puedes hacer que se pudran. [En este artículo te enseñamos cómo hacer el mejor fertilizante para tus plantas, y solo necesitas los restos de comida de tu cocina]. 

¿Me crecerá el ajo del súper?

Sí; de hecho, plantar el ajo del súper es la forma más sencilla de iniciarse; sobre todo si tienes en casa un diente que ya ha empezado a echar tallo. Ahora bien, escoge solo los mejores, los más grandes, firmes y gruesos. Y si puedes comprar en un mercado de productores o escoger una variedad ecológica y de cercanía (que haya crecido en tu misma comunidad), mejor. 

Así te aseguras de que el ajo es de la mejor calidad, no contiene inhibidores de crecimiento y está adaptado a crecer en tu clima. Es decir: si compramos ajos chinos o que proceden de otro lugar geográfico lejano, y, además, estos han sido regados con sustancias para evitar que germinen, no nos van a crecer. 

Otra opción es adquirir ajos para plantar en un vivero o en una tienda online. O pedirle algunos a un vecino o amigo o amiga que ya se haya iniciado en este sabroso arte. [Hace unos días te contamos cómo escoger las plantas más sanas de la floristería o el vivero].

Lo que necesitas para pasar el año

Depende de lo mucho que te guste el ajo. En mi caso, mucho. Si también es tu caso, con unos cuarenta dientes de ajo tendrás alimento gratis para todo el año. Puesto que cada bulbo contiene entre cinco y diez dientes, en función de la variedad, necesitarás entre cuatro y ocho cabezas. 

Tus ajos estarán listos en verano. Para hacer la prueba, levántalos un poco con una pala o un tenedor. Y colócalos en un lugar aireado para secar. Después, puedes consérvalos en un sitio seco y fresco hasta que los necesites; o colgarlos: así te durarán todo el año. Y no tires los tallos verdes: están deliciosos en ensalada o como guarnición. ¡Buena suerte!

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